{"id":2907,"date":"2018-06-03T16:44:06","date_gmt":"2018-06-03T16:44:06","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=2907"},"modified":"2018-06-09T16:19:43","modified_gmt":"2018-06-09T16:19:43","slug":"si-estados-unidos-renuncia-a-desarrollarse-el-unico-objetivo-que-le-queda-es-impedir-que-sus-competidores-puedan-hacerlo-por-jean-claude-paye","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/06\/03\/si-estados-unidos-renuncia-a-desarrollarse-el-unico-objetivo-que-le-queda-es-impedir-que-sus-competidores-puedan-hacerlo-por-jean-claude-paye\/","title":{"rendered":"Si Estados Unidos renuncia a desarrollarse, el \u00fanico objetivo que le queda es impedir que sus competidores puedan hacerlo – por Jean-Claude Paye"},"content":{"rendered":"
Ante el creciente poder\u00edo de la econom\u00eda china, Estados Unidos est\u00e1 obligado a reaccionar para lograr sobrevivir. El proyecto de reforma fiscal de Donald Trump, tendiente a estimular la producci\u00f3n en suelo estadounidense, fue rechazado por el Congreso, que prefiri\u00f3 proteger las ganancias de las transnacionales. Es por eso que a la Casa Blanca no le queda ahora otra opci\u00f3n que sabotear las inversiones de Pek\u00edn a favor de la creaci\u00f3n de nuevas v\u00eda comunicaci\u00f3n y de la exportaci\u00f3n global de los productos chinos.<\/p>\n
La reforma fiscal estadounidense que se\u00a0promulg\u00f3 el 22 de\u00a0diciembre de\u00a02017 va en el mismo sentido que las\u00a0anteriores: impone una redistribuci\u00f3n de la\u00a0riqueza hacia los ingresos m\u00e1s elevados. Los\u00a0contribuyentes m\u00e1s\u00a0ricos, o\u00a0sea los\u00a0que declaran ingresos superiores al medio\u00a0mill\u00f3n de d\u00f3lares \u2013un\u00a01% de los contribuyentes estadounidenses\u2013, dejar\u00e1n de aportar al\u00a0fisco 60\u00a0000 millones de d\u00f3lares al\u00a0a\u00f1o. Es\u00a0lo\u00a0mismo que dejar\u00e1 de\u00a0aportar el\u00a054% de los contribuyentes, los\u00a0que ganan entre 100\u00a0000 d\u00f3lares y\u00a020\u00a0000 d\u00f3lares. Los\u00a0que ganan entre medio mill\u00f3n y 100\u00a0000\u00a0d\u00f3lares obtienen una reducci\u00f3n de impuestos que representa para el\u00a0fisco 136\u00a0000\u00a0millones de\u00a0menos. Esos\u00a0grupos de contribuyentes son un\u00a022,5% de la\u00a0poblaci\u00f3n estadounidense susceptible de pagar impuestos y son tan numerosos como los\u00a0que ganan menos de 20\u00a0000\u00a0d\u00f3lares, pero estos \u00faltimos s\u00f3lo dejar\u00e1n de pagar 2\u00a0200\u00a0millones, o\u00a0sea un 0,15% del total que percibe el\u00a0fisco\u00a0[1<\/a>].<\/p>\n En cuanto a las ganancias internacionales de las transnacionales, los impuestos estadounidenses se\u00a0alinean con los procedimientos europeos. En\u00a0lo\u00a0adelante las\u00a0transnacionales s\u00f3lo\u00a0pagar\u00e1n impuestos sobre sus ingresos estadounidenses, no\u00a0sobre sus ingresos mundiales. El\u00a0objetivo es que, a la inversa de lo\u00a0que suced\u00eda antes, las transnacionales env\u00eden esas ganancias al territorio estadounidense. Para evitar que las empresas estadounidenses escondan sus ganancias en para\u00edsos fiscales, lo\u00a0que disminuir\u00eda su\u00a0aporte al\u00a0fisco estadounidense, la\u00a0ley adopta un modo de c\u00e1lculo menos\u00a0conservador al evaluar sus\u00a0ganancias.<\/p>\n La nueva ley palidece ante su modelo. Si\u00a0bien en\u00a01981 la\u00a0reforma firmada por el entonces presidente Ronald Reagan se\u00a0elevaba a un 2,9% del PIB, la\u00a0de Donald Trump se\u00a0limita al 1% del PIB. Al\u00a0mismo tiempo, los 150\u00a0000\u00a0millones de d\u00f3lares que vuelven cada\u00a0a\u00f1o a las cajas fuertes de las empresas estadounidenses constituyen una suma mucho m\u00e1s modesta que los 312\u00a0000\u00a0millones de la American Taxplayer Relief Act<\/i>\u00a0[2<\/a>], promulgada por Barack Obama en\u00a02013 y que recibi\u00f3 la aprobaci\u00f3n de republicanos y dem\u00f3cratas. Esa\u00a0ley prolongaba las medidas ya adoptadas en\u00a02004 por la administraci\u00f3n de George Bush\u00a0hijo. Existe, en\u00a0efecto, un consenso entre el Partido Dem\u00f3crata y el Partido Republicano a\u00a0favor de la redistribuci\u00f3n de la riqueza hacia los\u00a0que m\u00e1s ganan, as\u00ed\u00a0como para reducir los impuestos que pagan las\u00a0empresas.<\/p>\n La reforma de Trump sigue una tendencia de larga data, es\u00a0parte de una pol\u00edtica continua de reducci\u00f3n de los impuestos de las empresas, reformas aportadas indistintamente por republicanos y dem\u00f3cratas. En\u00a01952, el impuesto sobre las empresas representaba un 32% de los ingresos federales y el\u00a0impuesto sobre los ingresos un 42%. Desde entonces, el\u00a0impuesto sobre las empresas se ha reducido constantemente y ya no\u00a0representa m\u00e1s que un\u00a09% de los impuestos federales, frente a un\u00a047% en el caso del impuesto sobre los ingresos\u00a0[3<\/a>]. Sin\u00a0embargo, los\u00a0dem\u00f3cratas hablan ahora de estafa fiscal y\u00a0se\u00a0opusieron resueltamente a la reforma. Su\u00a0virulento rechazo es en\u00a0realidad una operaci\u00f3n de diversi\u00f3n: no\u00a0tiene que ver con el contenido de la ley adoptada sino con el proyecto inicial de reforma fiscal, proyecto que hab\u00eda que parar a\u00a0toda\u00a0costa.<\/p>\n El proyecto de reforma fiscal, iniciado por congresistas republicanos en junio de\u00a02016 y retomado por la administraci\u00f3n Trump, preve\u00eda cambios radicales en el sistema fiscal destinado a las empresas, reduciendo del\u00a021 al 35% el\u00a0impuesto federal sobre las empresas, reforma que s\u00ed fue adoptada. Pero esa reducci\u00f3n no\u00a0modifica el\u00a0monto de lo\u00a0que realmente pagan las\u00a0empresas. Gracias a las exenciones fiscales, el\u00a0impuesto efectivo se\u00a0situaba alrededor de un\u00a020%. Al\u00a0suprimir muchas de esas exenciones fiscales o limitarlas, la\u00a0nueva ley impone una tasa nominal que se\u00a0acerca a la tasa real. De esa manera, al\u00a0afectar ciertos privilegios fiscales, la\u00a0nueva ley reinstaura mejores condiciones para la competencia entre las empresas.<\/p>\n Sin embargo, fue abandonada la parte fundamental de la Border Adjustment Tax<\/i>, que preve\u00eda una exoneraci\u00f3n para las exportaciones de bienes y servicios desde Estados\u00a0Unidos y gravaba las importaciones en un 20%. Contrariamente a las empresas que producen fuera de Estados\u00a0Unidos, las\u00a0empresas que trabajan en suelo estadounidense habr\u00edan sido exoneradas. Ese\u00a0mecanismo es abiertamente proteccionista.<\/p>\n El objetivo era incrementar la actividad de las empresas estadounidenses en\u00a0suelo estadounidense y redirigir las inversiones estadounidenses hacia el territorio nacional. Favorecer la\u00a0producci\u00f3n interna con reducciones de impuestos deb\u00eda permitir una reindustrializaci\u00f3n del pa\u00eds, gracias al\u00a0regreso, con pocos impuestos, de los 3\u00a0100\u00a0millardos\u00a0[4<\/a>] de d\u00f3lares acumulados en el extranjero por las filiales de las transnacionales estadounidenses. Ese\u00a0proyecto contradec\u00eda abiertamente el proceso de divisi\u00f3n internacional del trabajo y era coherente con las decisiones anteriores del presidente Trump de torpedear el Gran\u00a0Mercado Transatl\u00e1ntico y el\u00a0TLCAN\u00a0[5<\/a>].<\/p>\n La Border Adjustment Tax<\/i>, abandonada a mediados de\u00a02017, dej\u00f3 su\u00a0lugar, a principios de octubre, a un proyecto de\u00a0ley que pretend\u00eda gravar en un 20% las importaciones inter-grupos de\u00a0las transnacionales extranjeras implantadas en\u00a0suelo estadounidense, as\u00ed\u00a0como las importaciones de las filiales extranjeras de las transnacionales estadounidenses. No\u00a0se\u00a0trataba, esta\u00a0vez, de gravar todas las importaciones sino s\u00f3lo los flujos entre las unidades de un mismo grupo presente en Estados\u00a0Unidos\u00a0[6<\/a>]. El\u00a0objetivo era evitar que un\u00a0grupo pudiera reducir los\u00a0impuestos sobre las ganancias que tendr\u00eda que pagar en Estados\u00a0Unidos mediante la\u00a0compra de bienes intermedios producidos por sus propias filiales en el exterior, con lo\u00a0cual desplazar\u00eda su producci\u00f3n fuera del territorio estadounidense. Ese gravamen s\u00f3lo habr\u00eda reportado al Tesoro 155\u00a0millardos de d\u00f3lares en un periodo de 10\u00a0a\u00f1os, o\u00a0sea 10\u00a0veces menos que la Border Adjustment Tax<\/i>. Pero el\u00a0objetivo no\u00a0era tanto favorecer la recaudaci\u00f3n de impuestos como incitar las empresas a producir en Estados\u00a0Unidos.<\/p>\n Ese proyecto fue rechazado por los legisladores y fue reemplazado por una ley fiscal cl\u00e1sica que favorece los altos ingresos. Como en las reformas anteriores, los\u00a0capitales repatriados, gracias a tasas ventajosas (8 a 15,5%), ser\u00e1n s\u00f3lo transferencias de riqueza. Al\u00a0no\u00a0representar m\u00e1s posibilidades de inversiones ir\u00e1n, nuevamente, a inflar la burbuja burs\u00e1til. Tanto que, a finales de diciembre, 32\u00a0grandes empresas ya anunciaban compras de acciones ascendentes a un total de 90\u00a0000\u00a0millones de d\u00f3lares\u00a0[7<\/a>]. La\u00a0repatriaci\u00f3n de capitales, estimulada por la reforma fiscal, tendi\u00f3 a consolidar un alza espectacular, en un\u00a025%, del \u00edndice Dow\u00a0Jones durante el a\u00f1o\u00a02017 o fue, al\u00a0menos, un elemento desestimulador de las ventas de acciones en\u00a0alza en un contexto burs\u00e1til ahora m\u00e1s inestable.<\/p>\n El presidente Donald Trump acaba de presentar un plan de 1\u00a0500\u00a0millardos de d\u00f3lares para reactivar la construcci\u00f3n y renovaci\u00f3n de carreteras, puentes y aeropuertos. Ese\u00a0plan encuentra problemas de financiamiento, al\u00a0extremo que el\u00a0presidente le\u00a0asignar\u00eda s\u00f3lo 200\u00a0millardos del presupuesto federal mientras que el\u00a0sector privado y los\u00a0Estados aportar\u00edan la\u00a0diferencia: 1\u00a0300\u00a0millardos. La\u00a0oposici\u00f3n de los dem\u00f3cratas impidi\u00f3 que ese proyecto pudiera financiarse con el\u00a0aporte de la reforma fiscal.<\/p>\n La lucha entre dem\u00f3cratas y republicanos puede interpretarse como un\u00a0conflicto entre dos tendencias del capitalismo estadounidense: una\u00a0que defiende la globalizaci\u00f3n del capital mientras\u00a0que la\u00a0otra predica una recuperaci\u00f3n del desarrollo industrial de un pa\u00eds econ\u00f3micamente en\u00a0declive. Estados\u00a0Unidos era el motor y el principal beneficiario pol\u00edtico de la internacionalizaci\u00f3n del capital. Ante el derrumbe de la\u00a0URSS y el subdesarrollo de\u00a0China, Estados\u00a0Unidos fue durante 20\u00a0a\u00f1os la \u00fanica superpotencia, un superimperialismo que organizaba el\u00a0mundo en beneficio propio. El\u00a0avance de\u00a0China y la reconstituci\u00f3n pol\u00edtica de\u00a0Rusia quebraron la omnipotencia econ\u00f3mica y pol\u00edtica de Estados\u00a0Unidos.<\/p>\n La constataci\u00f3n de ese hecho conllev\u00f3 al surgimiento en Estados\u00a0Unidos de una contradicci\u00f3n interna sobre qu\u00e9\u00a0hacer ante esa realidad: huir hacia adelante liberalizando el intercambio u optar por el proteccionismo. Ese\u00a0problema no\u00a0es nuevo y ya fue planteado hace\u00a0m\u00e1s de un siglo por el economista austriaco Rudolf Hilferding. En su\u00a0libro El\u00a0capital financiero<\/i>, Hilferding constataba, en\u00a01910, que<\/p>\n \u00abNo es el pa\u00eds del libre\u00a0comercio, Inglaterra, sino los pa\u00edses proteccionistas, Alemania y Estados\u00a0Unidos, los\u00a0que se\u00a0convirtieron en los modelos del desarrollo capitalista.\u00bb\u00a0[8<\/a>].<\/p><\/blockquote>\n Hemos llegado ahora a una situaci\u00f3n similar. En\u00a01910, el\u00a0pa\u00eds imperialista dominante, Inglaterra, perd\u00eda terreno ante las potencias econ\u00f3micas en\u00a0ascenso. Hoy es Estados\u00a0Unidos el\u00a0que ve cuestionada su supremac\u00eda econ\u00f3mica, principalmente por\u00a0parte de\u00a0China. Gran\u00a0Breta\u00f1a hab\u00eda renunciado a ser la\u00a0potencia dominante, poni\u00e9ndose bajo la\u00a0\u00abprotecci\u00f3n<\/i>\u00bb de\u00a0Estados\u00a0Unidos. Ese\u00a0escenario deja de ser v\u00e1lido en las relaciones futuras entre Estados\u00a0Unidos y\u00a0China, aliada de\u00a0Rusia.<\/p>\n Quedan entonces dos posibilidades: una renovaci\u00f3n econ\u00f3mica de Estados\u00a0Unidos, basada en el proteccionismo, como lo\u00a0plantea un\u00a0sector de los republicanos; o una conflictualidad militar cada\u00a0vez m\u00e1s\u00a0abierta, opci\u00f3n que parece respaldar el Partido Dem\u00f3crata.<\/p>\n La lucha que acaba de tener lugar entre una parte de los republicanos y los dem\u00f3cratas puede verse entonces como un\u00a0conflicto entre el imperialismo estadounidense y el superimperialismo, tambi\u00e9n estadounidense.<\/p>\n Los conceptos desarrollados a principios del siglo\u00a0XX, durante la oposici\u00f3n entre Lenin y\u00a0Kautsky, cobran as\u00ed nueva actualidad. Kautsky consideraba que despu\u00e9s de la guerra de 1914-1918 deb\u00eda producirse un periodo, de desarrollo del sistema capitalista, caracterizado por el apaciaguamiento de las contradicciones entre los\u00a0Estados y los\u00a0diferentes grupos imperialistas, periodo que caracteriza como \u00abultraimperialista<\/i>\u00bb. Kautsky consideraba que<\/p>\nUn cambio en el sentido de la\u00a0continuidad<\/h3>\n
Abandono de una revoluci\u00f3n fiscal<\/h3>\n
Inflar la burbuja burs\u00e1til<\/h3>\n
\u00bfGuerra mundial o desarrollo\u00a0econ\u00f3mico?<\/h3>\n
Imperialismo contra ultraimperialismo<\/h3>\n