![\"Luis-Bunuel\"](\"https:\/\/redinternacional.net\/wp-content\/uploads\/2018\/05\/Luis-Bunuel.png\")
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El famoso director espa\u00f1ol escrib\u00eda en sus memorias (mi \u00faltimo suspiro):<\/p>\n
“Detesto la proliferaci\u00f3n de la informaci\u00f3n. <\/strong>La lectura de un peri\u00f3dico es la cosa m\u00e1s angustiosa del mundo.<\/strong> Si yo fuese dictador, limitar\u00eda la Prensa a un solo diario y una sola revista, ambos estrictamente censurados. Esta censura se aplicar\u00eda tan s\u00f3lo a la informaci\u00f3n quedando libre de opini\u00f3n. La \u2018informaci\u00f3n espect\u00e1culo\u2019 es una verg\u00fcenza<\/strong>. Los titulares enormes \u2014en M\u00e9xico baten todos los r\u00e9cords\u2014 y los sensacionalistas me dan ganas de vomitar. \u00a1Todas esas exclamaciones sobre la miseria para vender un poco m\u00e1s de papel! \u00bfDe qu\u00e9 sirve? Adem\u00e1s, una noticia expulsa a otra.<\/em><\/p>\n (\u2026) Las trompetas del apocalipsis suenan a nuestras puertas desde hace unos a\u00f1os, y nosotros nos tapamos los o\u00eddos. Este nuevo apocalipsis, como el antiguo, corre al galope de cuatro jinetes: la superpoblaci\u00f3n (el primero de todos, el jefe, que le enarbola el estandarte negro), la ciencia, la tecnolog\u00eda y la informaci\u00f3n.<\/strong><\/em><\/p>\n Todos los dem\u00e1s males que nos asaltan no son sino consecuencias de los anteriores, Y no vacilo al situar a la informaci\u00f3n entre los funestos jinetes.<\/em><\/p>\n El \u00faltimo guion sobre el que he trabajado, pero que nunca podr\u00e9 realizar, descansaba sobre una triple complicidad: ciencia, terrorismo, informaci\u00f3n.<\/strong><\/em><\/p>\n Esta \u00faltima, presentada de ordinario como una conquista, como un beneficio, a veces incluso como un \u00abderecho\u00bb, quiz\u00e1 sea en realidad el m\u00e1s pernicioso de nuestros jinetes, pues sigue de cerca a los tres y s\u00f3lo se alimenta de sus ruinas.<\/strong><\/em><\/p>\n Si cayera abatido por una flecha, se producir\u00eda muy pronto un descanso en el ataque a que nos hallamos sometidos.<\/em><\/p>\n Me impresiona tan intensamente la explosi\u00f3n demogr\u00e1fica que con frecuencia he dicho \u2014incluso en este libro\u2014 que sue\u00f1o a menudo en una cat\u00e1strofe planetaria que eliminase a dos mil millones de habitantes, aunque estuviera yo entre ellos.<\/strong> Y a\u00f1ado que esa cat\u00e1strofe no tendr\u00eda sentido ni valor a mis ojos m\u00e1s que si procediera de una fuerza natural, terremoto, epidemia desconocida, virus devastador e invencible. Yo respeto y admiro a las fuerzas naturales. Pero no soporto a los miserables fabricantes de desastres, hip\u00f3critas criminales que cavan todos los d\u00edas nuestra fosa com\u00fan dici\u00e9ndonos: \u00abImposible hacer otra cosa.\u00bb<\/strong><\/em><\/p>\n Imaginativamente, la vida humana no tiene para m\u00ed m\u00e1s valor que la vida de una mosca. Pr\u00e1cticamente, respeto toda vida, incluso la de la mosca, animal tan enigm\u00e1tico y admirable como un hada.”<\/em><\/p>\n Extraido por Nicolas Bonnal, 26 mayo 2018<\/p>\n