{"id":2300,"date":"2018-05-19T19:20:22","date_gmt":"2018-05-19T19:20:22","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=2300"},"modified":"2018-05-28T23:03:09","modified_gmt":"2018-05-28T23:03:09","slug":"es-la-derecha-identitaria-una-izquierda-disfrazada-por-jose-carlos-rodriguez","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/05\/19\/es-la-derecha-identitaria-una-izquierda-disfrazada-por-jose-carlos-rodriguez\/","title":{"rendered":"Es la ‘derecha identitaria’ una izquierda disfrazada? – por Jos\u00e9 Carlos Rodr\u00edguez"},"content":{"rendered":"
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La divisi\u00f3n entre izquierda y derecha, tan criticada, sigue teniendo eficacia. Particularmente, no me sit\u00fao en ese eje porque me parece impreciso. Lo es a estribor, porque a babor la definici\u00f3n es muy clara. La izquierda es la visi\u00f3n del hombre como un ser perfectible<\/strong>, perfecto material de construcci\u00f3n de una sociedad nueva, construida sobre nuevas bases. Una sociedad futura (eternamente futura, prueba de su sempiterno fracaso), que encarnar\u00e1 los ideales de racionalidad y justicia que est\u00e9n de moda en cada momento. Nuestra raz\u00f3n, tan precaria, y nuestra idea de justicia, tan at\u00e1vica, nos conducen a la construcci\u00f3n de un orden a la vez sencillo, previsible y seguro, en el que todos somos iguales.<\/p>\n La igualdad<\/strong> es la estaci\u00f3n de t\u00e9rmino de la visi\u00f3n izquierdista del hombre. Pero no es suficiente para resultar pol\u00edticamente tentadora; hace falta una vinculaci\u00f3n de la persona con ese ideal de igualdad. Y esa vinculaci\u00f3n es la identidad<\/strong>. Tu identidad es, por un lado, lo que eres. Y, por otro, es el conjunto de rasgos que te definen a ti y a todos los que son como t\u00fa; a tus iguales. No es casual que la palabra identidad signifique la definici\u00f3n de la persona y al mismo tiempo sea sin\u00f3nimo de igualdad. La izquierda es identitaria. Es normal que la izquierda siempre haya tenido una obsesi\u00f3n est\u00e9tica por la uniformidad y, especialmente, con la disoluci\u00f3n de grandes n\u00fameros de individuos en formaciones ordenad\u00edsimas, ortogonales, uniformadas, perfecta e infantil ilustraci\u00f3n de la sociedad que habr\u00e1 de venir. De ah\u00ed esos alardes comunistas y nacional socialistas que todos tenemos en el recuerdo.<\/p>\n La derecha es m\u00e1s dif\u00edcil de describir. Es un conjunto de ideas heterog\u00e9neo, abigarrado<\/p><\/blockquote>\n La derecha es m\u00e1s dif\u00edcil de describir. Es, en realidad, lo que hay fuera de la izquierda<\/strong>. Y aunque en ella hay diferencias de grado, o de visi\u00f3n de lo que es la sociedad igualitaria (los obreros tomando el control de la econom\u00eda, o los ricos pagando las facturas sanitarias de los pobres, o la raza aria, ep\u00edtome de las virtudes f\u00edsicas y morales que coronan lo mejor de la humanidad), hay un mismo camino que lleva siempre hacia la construcci\u00f3n de un mundo ideal y, en \u00faltimo t\u00e9rmino, a una igualdad. Eso no pasa con la derecha. La derecha es un conjunto de ideas heterog\u00e9neo, abigarrado<\/strong>.<\/p>\n Erik von Kuehnelt-Leddihn<\/strong> plantea la dicotom\u00eda en t\u00e9rminos de libertad e igualdad, que as\u00ed se llama una de sus principales obras. Esto sugiere que lo que se opone a la izquierda, es decir, la derecha, tiene que sustentarse en la libertad. Yo lo considero un argumento excelso, pero yo entiendo que no todos tienen porqu\u00e9 compartir este amor porque cada uno haga lo que desee sin robar o matar a los dem\u00e1s. Hay, al fin, una derecha no liberal.<\/p>\n El \u00e9xito de la izquierda ha sido arrollador. No en lograr sus prop\u00f3sitos, que en eso fracasa minuciosa y dolorosamente, sino en ilusionar a las masas con ese esplendoroso futuro que, \u00a1ay!, nunca acaba de llegar. La realidad se empe\u00f1a en no ser de izquierdas<\/strong>, y la izquierda se ve obligada a renovar su mensaje para generar nuevas ilusiones. El \u00faltimo de los mensajes de la izquierda es el de la diversidad<\/strong>.<\/p>\n Pero \u00bfno hab\u00edamos dicho que lo que le define es la igualdad, la identidad, los desfiles ortogonales? \u00bfC\u00f3mo encaja esta llamada a la diversidad? Es una m\u00e1scara, una gran estrategia pol\u00edtica.<\/p>\n Para construir una nueva sociedad, hay que destruir la actual. Por eso la cr\u00edtica a lo que somos y la promoci\u00f3n de lo que, sincera, justa y desvergonzadamente se llama contracultura. Hay que deshacer lo que hay y buscar \u201cla otredad\u201d. Y ello exige sacar a la luz sociedades distintas, o crear para la propia nuevas formas de organizarse la vida, nuevas formas familiares. Todo ello se pasa por el turmix gramscimarxista que define una realidad como v\u00edctima de la sociedad actual<\/strong>. As\u00ed, por un lado, se muestra la inanidad de nuestra cultura y se identifica (ya nos vamos acercando) a los miembros de ese grupo como beneficiarios de la arcadia prometida. Y a esa estrategia se le da la vuelta, diciendo: Puesto que t\u00fa eres (homosexcual, mujer, mapuche\u2026), t\u00fa has de votar a la izquierda. Se tiende un puente entre tu identidad y el sentido del voto<\/strong>, que pasa por encima de las aguas inseguras del pensamiento y del debate.<\/p>\n Esa apuesta por la diversidad es falsa, por tres razones. La primera es que lo que funciona es compartimentar la realidad en categor\u00edas que se puedan manipular pol\u00edticamente, y eso no es aceptar la diversidad de la realidad tal cual llega. En segundo lugar, porque el respeto a la diversidad nunca alcanza a los elementos de nuestra cultura; t\u00fa puedes ser musulm\u00e1n o ateo, pero no cristiano<\/strong>. Y en tercer lugar, y esta es la clave, la diversidad nunca, nunca, nunca se permite en el \u00e1mbito de las ideas<\/strong>. Recordemos el caso de James Damore<\/strong>, a quien Google expuls\u00f3 por pensar distinto \u00a1en aras de la diversidad!<\/p>\n Una vez m\u00e1s, la izquierda sienta los t\u00e9rminos del debate, y de nuevo la derecha reacciona, dicho sea con todo el sentido. Hay una derecha que ha reaccionado haci\u00e9ndose identitaria. Pero mientras que izquierda identitaria es un pleonasmo, su reverso, la derecha identitaria, es un ox\u00edmoron. Son la otra cara de la misma moneda, que convierte en identidades algunos rasgos de nuestra cultura pero que, contra la izquierda, los defiende frente a los peligros que ve por todos lados.<\/p>\n La derecha identitaria habla en mismos t\u00e9rminos que el anverso de esta falsa moneda, utilizando tipos ideales para escribir un relato que es poco m\u00e1s profundo y veraz que una historia de gui\u00f1ol. Pero la televisi\u00f3n no digiere discursos m\u00e1s complejos, y el p\u00fablico tampoco los pide. Son muchos los que comparten ese miedo por una sociedad en peligro de desaparecer, y el miedo es un argumento tan bueno como la envidia y el odio<\/strong>. La pol\u00edtica, siempre sacando lo mejor de nosotros mismos.<\/p>\n Para definir a este movimiento, vamos a apoyarnos ligeramente en Ricardo Dudda<\/strong>, que tuvo el talento de sacar antes que yo el titular de este art\u00edculo. Dudda nos dice<\/a>: \u201cHay un tipo de cr\u00edtico derechista de la izquierda identitaria que no parece darse cuenta de que utiliza los mismos argumentos que critica: el esencialismo, el desprecio al individuo, el iliberalismo. (\u2026) \u00a0Son maestros de la sospecha como los relativistas que critican en la izquierda posmoderna\u201d.<\/p>\n Hay una diferencia entre defender tu libertad frente a las imposiciones de la izquierda y atacar la de aqu\u00e9llos grupos que \u00e9sta utiliza de ariete contra Occidente<\/p><\/blockquote>\n Estrictamente, el movimiento identitario nace en Francia, y tiene las marcas de anti inmigraci\u00f3n y xenofobia. Forma parte del mismo movimiento nacionalista que ha visto emerger a la derecha alternativa (alt-right). Alternativa, esto es, tanto a la izquierda como al liberalismo<\/strong>. Desbordando lo m\u00e1s duro de este movimiento, hay corrientes pol\u00edticas que combinan distintos grados de \u201cidentitarismo\u201d, como la Reuni\u00f3n Nacional (que no ya Frente) de Marine Le Pen<\/strong>, o el Fidesz de Viktor Orb\u00e1n<\/strong>, por poner un par de ejemplos.<\/p>\n Hay una diferencia entre defender tu libertad frente a las imposiciones de la izquierda y atacar la de aqu\u00e9llos grupos que \u00e9sta utiliza de ariete contra Occidente. Por descontado que los individuos aislados no existen, y que lo que somos cada uno de nosotros est\u00e1 condicionado por la sociedad en la que nacemos, y a la que, si acaso, hacemos una peque\u00f1a contribuci\u00f3n. Pero eso no quiere decir que debamos hacer una definici\u00f3n estereotipada de la sociedad, congelarla y dar con una cachiporra a todo lo que se mueva de ah\u00ed. Luis I. G\u00f3mez<\/strong> escrib\u00eda<\/a> en Disidentia<\/strong> alertando precisamente de ese peligro. Adem\u00e1s, para defendernos de quienes nos quieren insultar y quitar nuestra libertad a un tiempo, no es necesario refugiarse en esas estrecheces. Como dec\u00eda Leibniz<\/strong>, no hay causa sin raz\u00f3n suficiente, y hay grano entre la paja identitaria que no hay que deshechar sin m\u00e1s. Pero est\u00e1 m\u00e1s en la descripci\u00f3n de los procesos sociales que en su propuesta de soluci\u00f3n.<\/p>\n La libertad<\/strong>, cierto es, es madre feraz de un aparente caos. Luego resulta (es, al menos, lo que defiende el liberalismo), que hay un orden no dise\u00f1ado en los amplios brazos de la libertad, y que incluso es superior al que torpemente nos podamos imaginar. Los frutos de la libertad no son perfectos, pero son lo mejor a lo que podemos esperar. Y eso es algo que la nueva derecha, nada menos que identitaria, parece no llegar a entender.<\/p>\n <\/p>\n Jos\u00e9 Carlos Rodr\u00edguez, 19 mayo 2018<\/p>\n