{"id":2144,"date":"2018-05-16T00:16:16","date_gmt":"2018-05-16T00:16:16","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=2144"},"modified":"2019-05-28T00:16:02","modified_gmt":"2019-05-28T00:16:02","slug":"suecia-y-el-suicidio-social-la-sutil-pero-temible-revolucion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/05\/16\/suecia-y-el-suicidio-social-la-sutil-pero-temible-revolucion\/","title":{"rendered":"Suecia y el suicidio social: la sutil pero temible revoluci\u00f3n – por Javier Benegas y Juan Blanco"},"content":{"rendered":"
<\/p>\n
En una habitaci\u00f3n de un blanco inmaculado, as\u00e9ptico, un televisor suspendido de la pared emite im\u00e1genes de mujeres desnudas en actitud sugerente, adoptando posturas er\u00f3ticas. Justo debajo, un revistero contiene publicaciones igualmente er\u00f3ticas y sexuales. Y en el centro de la habitaci\u00f3n, un hombre joven, de no m\u00e1s de treinta a\u00f1os, se masturba de manera mec\u00e1nica<\/strong>: un mero tr\u00e1mite. En una de las manos, la que tiene libre, sostiene un peque\u00f1o recipiente de pl\u00e1stico, donde, una vez eyacule, habr\u00e1 de recolectar el valioso semen. Luego, el banco de esperma, tras los debidos controles, lo congelar\u00e1 y lo enviar\u00e1 a sus clientas, que contrataron el servicio a trav\u00e9s de Internet, mediante un eficiente servicio de mensajer\u00eda.<\/p>\n En otro lugar, quiz\u00e1 cerca o quiz\u00e1 lejos de all\u00ed, una mujer recoger\u00e1 el env\u00edo que contiene una jeringuilla y una bolsita con el esperma convenientemente conservado. Las instrucciones son simples: esperar a que el semen alcance la temperatura adecuada, extraerlo con la jeringa e inyectarlo en la vagina. Para facilitar la tarea, deber\u00e1 tumbarse en la cama, con un coj\u00edn bajo las caderas y, en la m\u00e1s absoluta soledad, inyectarse el contenido confiando quedar embarazada y ser madre sin necesidad de pareja, marido o siquiera amante ocasional<\/strong>.<\/p>\n Es muy probable que ambos formen parte de ese porcentaje, 40% y aumentando, de ciudadanos de Suecia que vivir\u00e1n solos toda su vida. Y quiz\u00e1 tambi\u00e9n de ese 25% que muere en absoluta soledad<\/p><\/blockquote>\n <\/p>\n Entre el joven que se masturba como un mono a cambio de una compensaci\u00f3n econ\u00f3mica y la mujer que pagar\u00e1 para concebir con su semen no existe relaci\u00f3n alguna. Jam\u00e1s se han visto ni se ver\u00e1n o, al menos, no se reconocer\u00e1n. M\u00e1s a\u00fan, es muy probable que ambos formen parte de ese porcentaje, 40% y aumentando, de ciudadanos de Suecia <\/strong>que vivir\u00e1n solos toda su vida. Y quiz\u00e1 tambi\u00e9n de ese 25% que muere en absoluta soledad, sin que nadie los eche en falta. En algunos casos, tan s\u00f3lo el hedor de sus cad\u00e1veres putrefactos alertar\u00e1 a sus vecinos, semanas o meses despu\u00e9s<\/strong>. Pero no hay de qu\u00e9 preocuparse, eficientes funcionarios suecos efectuar\u00e1n las pesquisas oportunas para averiguar qui\u00e9n es el difunto, si tiene alg\u00fan familiar y, de existir, si puede ser localizado. De lo contrario, todas sus pertenencias pasar\u00e1n al Erario P\u00fablico y servir\u00e1n para engrasar la eficiente e impasible maquinaria del Estado.<\/p>\n <\/p>\n Este es el paradigma de una sociedad cuyos individuos se independizaron unos de otros en lo material, para m\u00e1s tarde desvincularse tambi\u00e9n en lo emocional<\/strong>. La interdependencia y la complementariedad dejaron de ser valores positivos para percibirse como formas sutiles de esclavitud<\/strong> contra las que pol\u00edticos y bur\u00f3cratas luchan denodadamente.<\/p>\n La ingenier\u00eda social, apoyada en un Estado de Bienestar llevado a sus \u00faltimas consecuencias, parece estar alumbrando una nueva especie humana<\/p><\/blockquote>\n <\/p>\n La ingenier\u00eda social, apoyada en este caso en el Estado de Bienestar llevado a sus \u00faltimas consecuencias, parece estar alumbrando una nueva especie humana<\/strong>, con personas que encuentran gratificante hablar con los \u00e1rboles, comunicarse con la naturaleza en una especie de relaci\u00f3n m\u00edstica, pero se sienten turbadas si deben establecer alg\u00fan tipo de relaci\u00f3n emocional con sus iguales.<\/p>\n Nos encontramos en un mundo donde la calle no es un lugar de encuentro, de relaci\u00f3n, de intercambio, sino un espacio impersonal de idas y venidas apresuradas, de gentes que caminan, o conducen su veh\u00edculo, silenciosas yendo de casa al trabajo, al supermercado y de vuelta a casa. Con el tiempo, tambi\u00e9n el trabajo dejar\u00e1 de ser una actividad socializadora por obra y gracia de la revoluci\u00f3n tecnol\u00f3gica<\/strong>, algo que implicar\u00e1 un alivio para los sujetos pues todos lo que no sea centrarse en uno mismo, y en sus \u00edntimas aspiraciones, resultar\u00e1 estresante y bastante insoportable.<\/p>\n <\/p>\n En este entorno no hay tiempo ni ganas de contemporizar con las vidas y experiencias de los dem\u00e1s; los otros no importan. Al fin y al cabo, se pagan elevados impuestos<\/strong> para que el Estado se haga cargo de todas las contingencias humanas. Relacionarse con otras personas forma parte del pasado, de una sociedad primitiva, cuyas tradiciones son estructuralmente opresivas<\/em>. Una sociedad que era necesario cambiar. El simple hecho de atender a un extra\u00f1o, hablar con \u00e9l, es hoy para muchos un peque\u00f1o tormento<\/strong>. Pero imaginarse conviviendo con una persona a la que por fuerza se ha de tratar a fondo, resulta un sacrificio insufrible y, por tanto, moralmente inaceptable. Mucho mejor la soledad.<\/p>\n La familia convencional ha ido desapareciendo en las \u00faltimas d\u00e9cadas. A\u00f1o tras a\u00f1o va cediendo terreno en favor de la individualidad m\u00e1s absoluta o, en su defecto, de la familia monoparental<\/p><\/blockquote>\n En una parte creciente de la poblaci\u00f3n la conversaci\u00f3n empieza a ser una rareza, un molesto tr\u00e1mite que se ha reducido a hacer preguntas sencillas y recibir respuestas cortas que frecuentemente no van m\u00e1s all\u00e1 de monos\u00edlabos, de un s\u00ed o un no. Por su parte, la familia convencional<\/strong> ha ido desapareciendo en las \u00faltimas d\u00e9cadas. A\u00fan existe, cierto. Pero a\u00f1o tras a\u00f1o va cediendo terreno en favor de la individualidad m\u00e1s absoluta o, en su defecto, de la familia monoparental, mayoritariamente constituida por una mujer y un hijo concebido con la ayuda de una jeringa<\/strong>. Una vez estas personas se acostumbran a vivir solas, ya no hay vuelta atr\u00e1s. Con el tiempo, cualquier obligaci\u00f3n de interactuar con un tercero se percibe como un conflicto, incluso como una agresi\u00f3n a la intimidad.<\/p>\n <\/p>\n Mucho se ha escrito sobre la Escuela de Frankfurt<\/strong>, su ascendiente en las \u00e9lites norteamericanas de los a\u00f1os 60 y la omnipresencia de su criatura, que algunos insisten en llamar \u201cmarxismo cultural\u201d. Pero este elemento tuvo una relevancia muy inferior a la que se atribuye en la evoluci\u00f3n de la sociedad occidental. Por el contrario, se suele pasar por alto la enorme influencia que ejercieron las ideas y las pol\u00edticas provenientes de Suecia<\/a>, un modelo que fue idealizado durante muchas d\u00e9cadas y en el que numerosos pol\u00edticos, expertos e ingenieros sociales se inspiraron y todav\u00eda se siguen inspirando<\/strong>. A pesar de ser un pa\u00eds peque\u00f1o, Suecia ha promovido con una intensidad insospechada la ingenier\u00eda social actual y la cultura de lo pol\u00edticamente correcto<\/strong>.<\/p>\n <\/p>\n El hecho relevante se produce en los a\u00f1os 20 del siglo XX, cuando el partido socialdem\u00f3crata sueco<\/strong> abjura de los postulados marxistas ortodoxos y propone una nueva ruta. El capitalismo debe ser erradicado, s\u00ed, pero de forma paulatina, sin violencia y utilizando una v\u00eda muy original. Los izquierdistas suecos renunciaron a expropiar los medios de producci\u00f3n porque resultaba mucho m\u00e1s eficiente que siguieran en manos privadas.<\/p>\n El control se acometer\u00eda de manera sutil: condicionando los bienes que consumen los ciudadanos, planificando la demanda de productos para que los capitalistas se viesen abocados a producir el tipo de bienes que las autoridades considerasen oportuno. Pero, para lograrlo, era necesario alterar la conciencia de las personas<\/strong>, \u201cmodernizar\u201d sus mentes, su forma de pensar, para que consumieran los productos \u201ccorrectos\u201d, para que llevaran un tipo de vida sana y adecuada. El capitalismo no se controlar\u00eda por el lado de la oferta\u2026 sino por\u00a0la demanda<\/strong>.<\/p>\n Para alcanzar la sociedad perfecta ya no era necesario estatalizar la producci\u00f3n sino poner en marcha un intenso proceso de ingenier\u00eda social que se infiltrase en todos los aspectos de la vida privada<\/p><\/blockquote>\n Para alcanzar la sociedad perfecta ya no era necesario estatalizar la producci\u00f3n sino poner en marcha un intenso proceso de ingenier\u00eda social<\/strong> que se infiltrase en todos los aspectos de la vida privada, convirtiendo a los ciudadanos en seres sin voluntad a merced del paternalismo de las autoridades y de los expertos. Entre estos \u00faltimos, brillar\u00edan con luz propia Alva y Gunnar Myrdal<\/strong>, una pareja de intelectuales cuyos escritos influyeron, a partir de los a\u00f1os 30, en gran parte de las pol\u00edticas suecas; dos personas que hicieron de su propio matrimonio un experimento social.<\/p>\n <\/p>\n Sin embargo, lo que determinar\u00e1 la enorme influencia del modelo sueco en el resto del mundo tendr\u00e1 un cierto componente de casualidad. El catalizador fue\u00a0Marquis Childs<\/strong>, un periodista norteamericano, qui\u00e9n\u00a0 viaj\u00f3 a Suecia en los a\u00f1os 30, conoci\u00f3 su modelo e, impresionado, escribi\u00f3 varios libros sobre la pol\u00edtica y la sociedad del pa\u00eds n\u00f3rdico. En uno de ellos, Sweden: The Middle Way <\/em>(1936), <\/em>Childs sosten\u00eda que los suecos hab\u00edan encontrado la piedra filosofal: un novedoso sistema que combinaba lo mejor del capitalismo con lo mejor del socialismo<\/strong>. El libro alcanz\u00f3 tal \u00e9xito y difusi\u00f3n en los Estados Unidos que acab\u00f3 ejerciendo una enorme influencia sobre el presidente Franklin D. Roosevelt<\/strong> y su Administraci\u00f3n. Y lo hizo justamente cuando Roosevelt buscaba un modelo en el que inspirar su New Deal<\/em>.<\/p>\n <\/p>\n Uno de los principios que inspiran el modelo sueco es la concepci\u00f3n del verdadero amor<\/em>. Para que este surja, no puede existir ning\u00fan tipo de dependencia entre las personas. Nada debe atarlas. En su libro, \u00bfSon los suecos humanos? <\/em>(2006) (\u00c4r svensken m\u00e4nniska?<\/em>) Lars Tr\u00e4g\u00e5rdh<\/strong> y Henrik Berggren <\/strong>describen la sociedad sueca como extremadamente individualista. Sostienen que, en la mayor parte de las sociedades, las relaciones humanas se basan en la mutua dependencia o las obligaciones. Sin embargo, el sistema de bienestar sueco, orientado al individuo, ha logrado independizar a cada persona de las dem\u00e1s, proporcionando la verdadera libertad. Esto implica la ruptura de los lazos familiares, algo que para Tr\u00e4g\u00e5rdh y Berggren no es un grave problema porque, a su juicio, la familia no es una instituci\u00f3n democr\u00e1tica sino jer\u00e1rquica. Y por tanto debe evolucionar.<\/p>\n Los ciudadanos, lejos de liberarse, acaban dependiendo intensamente del Estado<\/p><\/blockquote>\n As\u00ed es la nueva sociedad hacia la que algunos quieren conducirnos. Una sociedad en la que el Estado de bienestar \u201cliberar\u00eda\u201d a mujeres y ni\u00f1os del yugo de unas relaciones que, de otro modo, no ser\u00edan del todo voluntarias. Lo que quiz\u00e1 pasan por alto es que tal liberaci\u00f3n resulta bastante discutible cuando los ciudadanos, lejos de liberarse, acaban dependiendo intensamente del Estado. Y, entre ser dependiente de padres, esposos, esposas, hijos, familiares o serlo de los funcionarios del Estado de bienestar, quiz\u00e1 sea preferible lo primero. Especialmente cuando lo segundo implica insoportables dosis de aislamiento y soledad\u2026 Y la sospecha de que tu origen se encuentra en una jeringuilla desechable.<\/p>\n Javier Benegas y Juan Blanco, 18 marzo 2018<\/span><\/p>\n Fuente<\/a><\/span><\/p>\n Javier Benegas<\/a><\/strong> es cofundador del diario Vozp\u00f3pul, donde ejerci\u00f3 de Jefe de Opini\u00f3n. Analista pol\u00edtico, articulista y escritor. Autor del libro Sociedad terminal<\/a><\/em> (2008), publica en medios online y participa en programas de radio y televisi\u00f3n.<\/p>\n Juan M. Blanco<\/a><\/strong> estudi\u00f3 en la London School of Economics<\/em>, donde obtuvo un t\u00edtulo de Master en Econom\u00eda, que todav\u00eda conserva. Lleva muchos a\u00f1os en la Universidad intentando aprender y ense\u00f1ar los principios de la Econom\u00eda. Es autor del libro Econom\u00eda: Teor\u00eda y Pr\u00e1ctica<\/a><\/em> (2014). Ambos son autores del libro Catarsis<\/a><\/em> (2013).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" En una habitaci\u00f3n de un blanco inmaculado, as\u00e9ptico, un televisor suspendido de la pared emite im\u00e1genes de mujeres desnudas en actitud sugerente, adoptando posturas er\u00f3ticas. Justo debajo, un revistero contiene publicaciones igualmente er\u00f3ticas y sexuales. Y en el centro de la habitaci\u00f3n, un hombre joven, de no m\u00e1s de treinta...<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":2145,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[5207,4577,1381,1377,1366],"tags":[1851,1848,1849,1852,1850],"class_list":["post-2144","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-destacados","category-benegas-javier","category-ingenieria_social-propaganda-minorias-genero-cambio_climatico","category-opiniones-testimonios","category-all","tag-filosofia","tag-individualismo","tag-ingenieria-social","tag-procreacion-asistada","tag-soledad"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2144","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=2144"}],"version-history":[{"count":4,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2144\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":7602,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2144\/revisions\/7602"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media\/2145"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=2144"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=2144"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=2144"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}Un nuevo y temible paradigma<\/h2>\n
La deshumanizaci\u00f3n<\/h2>\n
La influencia sueca<\/h2>\n
Suecia y el amor como independencia<\/h2>\n