En otras \u00e9pocas, las masas hac\u00edan acto de presencia. Espa\u00f1a fue tierras de grandes revueltas populares a lo largo del siglo XIX y durante el primer tercio del siglo pasado. Otro tanto sucedi\u00f3 con mayor o menor intensidad en otros pa\u00edses europeos, como ha descrito el hispanista estadounidense Stanley Payne (Texas, 1934) en su libro “La Europa revolucionaria”.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n
“Hemos llegado al l\u00edmite”. “Esto est\u00e1 a punto de estallar”. “Hay que tomar la calle”. Son algunas de las expresiones que acompa\u00f1an las malas noticias econ\u00f3micas y los \u00faltimos esc\u00e1ndalos pol\u00edticos. Sin embargo, los a\u00f1os se suceden y da la impresi\u00f3n de que el hast\u00edo generalizado no pasa de las meras palabras.<\/p>\n
En un momento en donde la injusticia y los abusos parecen ser m\u00e1s patentes que nunca, la poblaci\u00f3n soporta estos contratiempos. \u00bfQu\u00e9 nos ha cambiado? \u00bfEs que no somos los mismos espa\u00f1oles de siempre? Se lo preguntamos a uno de los mejores conocedores de la Historia de Espa\u00f1a en el \u00faltimo siglo.<\/p>\n
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La gente se pregunta por qu\u00e9 no estalla una revoluci\u00f3n social, como pas\u00f3 en nuestro pa\u00eds a principios del siglo XX.<\/strong> Ahora tambi\u00e9n hay grandes avances tecnol\u00f3gicos…<\/strong> Pero… \u00bfacaso no vemos ahora un gran descontento social?<\/strong> \u00bfC\u00f3mo evitar la partitocracia sin caer en una especie de caudillismo “a la italiana” lleno de “berlusconis” y “beppes grillos”?<\/strong> \u00bfY por qu\u00e9 es tan dif\u00edcil?<\/strong> <\/p>\n
\nPorque estamos en un \u00e9poca muy diferente de aqu\u00e9lla. Entre los siglos XIX y XX acontecieron en poco tiempo grandes cambios pol\u00edticos, sociales, demogr\u00e1ficos y tecnol\u00f3gicos. Al juntarse todos ellos terminaron revolucionando los \u00e1nimos de las masas.<\/p>\n
\nPero no han sido tan fuertes como para movilizar a una sociedad en la misma medida que lo hicieron las grandes rotativas, la radio o el tel\u00e9grafo. Los grandes cambios tecnol\u00f3gicos conocidos desde la muerte de Franco m\u00e1s bien han conseguido atomizar a los espa\u00f1oles. La implantaci\u00f3n del Estado del Bienestar tambi\u00e9n ha anestesiado a la sociedad, al igual que ha ocurrido en otros pa\u00edses desarrollados.<\/p>\n
\nPor supuesto que lo hay, y mucho. Pero pasar del descontento a la rebeli\u00f3n implica atravesar un trecho largo y complicado. En Espa\u00f1a, adem\u00e1s, el Poder est\u00e1 en manos de una estructura partitocr\u00e1tica dominada por cuadros pol\u00edticos, los cuales dificultan cualquier soluci\u00f3n a las reivindicaciones ciudadanas.<\/p>\n
\nFortaleciendo la sociedad civil, con ciudadanos bien informados y gran sentido de responsabilidad. Esto no es nada f\u00e1cil. Italia lo intent\u00f3 con la “revoluci\u00f3n de los jueces” a principio de los 90. Pero luego reconstruy\u00f3 el sistema de partidos con los mismos fallos y defectos del antiguo sistema.<\/p>\n
\nPorque la sociedad espa\u00f1ola est\u00e1 anestesiada por anti-valores que desmovilizan a la gente: la telebasura, los deportes, el hedonismo, el consumismo… Con una ciudadan\u00eda absorbida por estas realidades resulta muy complicado que surja una movilizaci\u00f3n para mejorar las estructuras pol\u00edticas. El horizonte vital de la mayor parte de la gente consiste en disfrutar de la mejor forma posible. El espa\u00f1ol medio se ha convertido en un ser anestesiado y con pocas ambiciones trascendentales.<\/p>\nEL “BUENISMO”, LA IDEOLOG\u00cdA MODERNA QUE PROMUEVE EL CONFORMISMO<\/strong><\/h4>\n