{"id":11298,"date":"2023-07-07T12:18:51","date_gmt":"2023-07-07T12:18:51","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=11298"},"modified":"2023-07-16T20:38:51","modified_gmt":"2023-07-16T20:38:51","slug":"salvaron-los-neocons-al-mundo-de-la-trampa-de-tucidides-por-ron-unz","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2023\/07\/07\/salvaron-los-neocons-al-mundo-de-la-trampa-de-tucidides-por-ron-unz\/","title":{"rendered":"\u00bfSalvaron los neocons al mundo de la trampa de Tuc\u00eddides? – por Ron Unz"},"content":{"rendered":"
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En los \u00faltimos dos a\u00f1os hab\u00eda empezado a ver nuestro creciente conflicto con China descrito como una consecuencia inevitable de \u00abla trampa de Tuc\u00eddides\u00bb, pero no estaba del todo seguro del origen de esa idea. Hace d\u00e9cadas, me interesaba mucho la historia de la Grecia cl\u00e1sica, as\u00ed que la referencia me resultaba obvia: la amarga rivalidad entre una Esparta dominante y una Atenas en ascenso que hab\u00eda desembocado en la Guerra del Peloponeso, que dur\u00f3 d\u00e9cadas y devast\u00f3 Grecia. Pero no fue hasta hace poco que descubr\u00ed que el t\u00e9rmino se hab\u00eda popularizado en Destinados a la guerra<\/em>, un bestseller<\/em> nacional de 2017 de Graham Allison, de Harvard, que hab\u00eda seguido a su anterior art\u00edculo<\/a> de 2015 en el Atlantic<\/em> sobre el mismo tema.<\/p>\n Aunque nunca hab\u00eda le\u00eddo ninguna de las obras anteriores de Allison, se hab\u00eda convertido en el decano fundador de la Kennedy School of Government de Harvard s\u00f3lo un par de a\u00f1os antes de que yo ingresara en la universidad como estudiante de primer a\u00f1o, por lo que su nombre me resultaba bastante familiar desde hac\u00eda d\u00e9cadas. Su tema me preocupaba, as\u00ed que decid\u00ed leer su libro, relativamente breve, as\u00ed como su art\u00edculo original sobre el mismo asunto.<\/p>\n Toda la carrera acad\u00e9mica de Allison ha sido extremadamente sobria y respetable, y esto seguramente magnific\u00f3 el impacto de su incendiario t\u00edtulo y su dram\u00e1tica predicci\u00f3n. La portada de la edici\u00f3n de bolsillo cuenta con diez p\u00e1ginas repletas de elogiosos apoyos de una larga lista de las figuras p\u00fablicas y los intelectuales m\u00e1s prestigiosos de Occidente, desde Joe Biden a Henry Kissinger, pasando por el general David Petraeus o Klaus Schwab. Parec\u00eda evidente que su mensaje hab\u00eda calado hondo, y su bestseller<\/em> nacional recibi\u00f3 enormes elogios, siendo seleccionado como libro del a\u00f1o por el New York Times<\/em>, el London Times<\/em>, el Financial Times<\/em> y Amazon. As\u00ed que ya hace seis a\u00f1os, la seria posibilidad de una guerra de Estados Unidos con China se hab\u00eda convertido en un tema muy candente para nuestras \u00e9lites pol\u00edticas e intelectuales.<\/p>\n El razonamiento de Allison era sencillo pero convincente. Como explicaba en el comienzo de su art\u00edculo original de 2015, aunque la guerra entre China y Estados Unidos pudiera parecer improbable o incluso impensable, una amplia consideraci\u00f3n de an\u00e1logos hist\u00f3ricos suger\u00eda lo contrario, siendo el inesperado estallido de la Primera Guerra Mundial el ejemplo m\u00e1s obvio.<\/p>\n Tras el final de la Guerra Fr\u00eda y el colapso de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica hace m\u00e1s de tres d\u00e9cadas, Estados Unidos se hab\u00eda convertido en la \u00fanica superpotencia mundial indiscutible. Pero en la \u00faltima generaci\u00f3n, el tremendo ritmo de crecimiento de la econom\u00eda china la hab\u00eda impulsado a superar a la estadounidense en tama\u00f1o real, la primera transici\u00f3n de este tipo desde que nuestro propio pa\u00eds hab\u00eda superado a Gran Breta\u00f1a a finales del siglo XIX. El progreso tecnol\u00f3gico de China hab\u00eda sido igualmente r\u00e1pido, y en nuestro mundo moderno \u00e9stos constituyen los elementos brutos del poder global, mientras que China tambi\u00e9n hab\u00eda empezado a reforzar su ej\u00e9rcito, algo que hasta entonces no constitu\u00eda una gran prioridad.<\/p>\n Desde luego, yo hab\u00eda sido muy consciente de estas mismas tendencias y varios a\u00f1os antes hab\u00eda publicado un largo art\u00edculo<\/a> sobre las trayectorias opuestas de China y Estados Unidos, pero nunca hab\u00eda considerado el conflicto militar como una posibilidad realista.<\/p>\n Sin embargo, cuando Allison y sus colaboradores escudri\u00f1aron los \u00faltimos 500 a\u00f1os de historia para localizar casos en los que el r\u00e1pido crecimiento del poder de una naci\u00f3n en ascenso hab\u00eda amenazado con superar al de una naci\u00f3n dominante, descubrieron que en m\u00e1s de la mitad de los ejemplos \u201412 de 16\u2014 el resultado hab\u00eda sido la guerra.<\/p>\n Algunos de estos casos hist\u00f3ricos individuales pueden discutirse f\u00e1cilmente \u2014y, de hecho, un par de los proporcionados en su art\u00edculo de 2015 difer\u00edan de los de su libro de 2017\u2014, pero el patr\u00f3n general parec\u00eda bastante claro.<\/p>\n Ni siquiera los lazos culturales y pol\u00edticos m\u00e1s antiguos y profundos impidieron este resultado. Antes de la Primera Guerra Mundial, Gran Breta\u00f1a y Alemania nunca hab\u00edan librado una guerra entre s\u00ed y, de hecho, el predecesor prusiano de este \u00faltimo pa\u00eds hab\u00eda sido tradicionalmente el aliado continental m\u00e1s firme de Gran Breta\u00f1a. Las dos familias imperiales tambi\u00e9n estaban profundamente entrelazadas: la monarqu\u00eda brit\u00e1nica ten\u00eda m\u00faltiples antecedentes alemanes, mientras que el nieto favorito de la reina Victoria era el k\u00e1iser Guillermo II, y ella hab\u00eda muerto en sus brazos. La propia lengua inglesa ten\u00eda ra\u00edces alemanas, lo que no es de extra\u00f1ar, ya que los anglos y los sajones hab\u00edan sido originalmente tribus germ\u00e1nicas. Sin embargo, todos estos siglos de estrechos lazos contaban poco en comparaci\u00f3n con el simple hecho geopol\u00edtico de que el creciente poder industrial y militar de Alemania amenazaba con eclipsar al de su naci\u00f3n af\u00edn al otro lado del Canal de la Mancha.<\/p>\n En cambio, el abismo pol\u00edtico, cultural y racial que separa a Estados Unidos de una China en ascenso parece inmenso y se presta f\u00e1cilmente a la demonizaci\u00f3n m\u00e1s burda, al tipo de demagogia populista capaz de avivar el odio nacional. No s\u00f3lo la lengua y la cultura de China son totalmente diferentes de las nuestras, sino que durante tres generaciones ese pa\u00eds ha estado gobernado por un Partido Comunista cuya ideolog\u00eda oficial es totalmente contraria a nuestro propio constitucionalismo democr\u00e1tico. Cientos de miles de tropas chinas lucharon contra las fuerzas estadounidenses durante la Guerra de Corea, causando la mayor\u00eda de nuestras 36.000 muertes en combate.<\/p>\n Obviamente, todos estos puntos de hostilidad en el pasado se hab\u00edan dejado de lado tras la hist\u00f3rica apertura a China del Presidente Richard Nixon en 1972, y nuestros dos pa\u00edses se hab\u00edan convertido en cuasi-aliados contra el poder\u00edo militar de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica durante las \u00faltimas fases de la Guerra Fr\u00eda. Pero ahora que las realidades geopol\u00edticas parecen empujarnos a una probable confrontaci\u00f3n, estos hechos proporcionar\u00edan un medio f\u00e1cil de resucitar y centrar la hostilidad popular contra nuestra potencia rival en ascenso, con un enfrentamiento en torno a la provincia china de Taiw\u00e1n, gobernada de forma independiente, en el Mar del Sur de China, como punto de inflamaci\u00f3n natural.<\/p>\n Seg\u00fan la mayor\u00eda de los relatos sobre la Primera Guerra Mundial, la formaci\u00f3n de dos alianzas rivales hab\u00eda transformado a Europa en un polvor\u00edn, que acab\u00f3 prendido por la chispa de un asesinato en los Balcanes y desemboc\u00f3 en una guerra catacl\u00edsmica que ninguna de las partes hab\u00eda buscado ni esperado; y \u00e9ste es el modelo que Allison utiliza para explicar c\u00f3mo podr\u00eda producirse un enfrentamiento militar entre China y Estados Unidos. Uno de sus \u00faltimos cap\u00edtulos se titula \u00abDe aqu\u00ed a la guerra\u00bb y en \u00e9l presenta varios escenarios de c\u00f3mo patrullas navales hostiles en conflicto en el Mar de la China Meridional podr\u00edan desembocar f\u00e1cilmente en una colisi\u00f3n con p\u00e9rdida de vidas humanas, provocando varias rondas de escaladas para salvar la cara por ambas partes y desembocando finalmente en una guerra a gran escala.<\/p>\n El trabajo previo m\u00e1s famoso de Allison hab\u00eda sido su hist\u00f3rico estudio de 1971 sobre la Crisis de los Misiles de Cuba y posteriormente hab\u00eda pasado varios a\u00f1os como asesor en los Departamentos de Defensa de Reagan y Clinton, por lo que conoc\u00eda bien la realidad de este tipo de toma de decisiones militares. Sus preocupaciones parecen razonables y describi\u00f3 varios incidentes navales chino-estadounidenses de este tipo que se hab\u00edan evitado por los pelos en el pasado reciente. Cuando las fuerzas militares de dos grandes potencias hostiles patrullan agresivamente la misma regi\u00f3n, no parece improbable un eventual enfrentamiento, que las presiones pol\u00edticas podr\u00edan intensificar de forma peligrosa.<\/p>\n El provocador t\u00edtulo del libro de Allison probablemente deber\u00eda haber incluido un signo de interrogaci\u00f3n \u2014\u00bfDestinados a la guerra?\u2014 pero, por lo dem\u00e1s, su an\u00e1lisis hist\u00f3rico y geopol\u00edtico me pareci\u00f3, por desgracia, demasiado plausible.<\/p>\n Allison no ha sido el \u00fanico de los acad\u00e9micos destacados que ha pensado en la misma l\u00ednea. En 2001, el eminente polit\u00f3logo John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, public\u00f3 The Tragedy of Great Power Politics<\/em> (La tragedia de la pol\u00edtica de las grandes potencias), en el que ofrec\u00eda un marco te\u00f3rico para su doctrina del \u00abrealismo ofensivo\u00bb, que seg\u00fan \u00e9l explicaba mejor el comportamiento de las naciones. Seg\u00fan su concepci\u00f3n, todas las grandes potencias aspiraban a convertirse en hegemones<\/em> \u2014pa\u00edses mucho m\u00e1s poderosos que cualquiera de sus rivales regionales\u2014 y durante cientos de a\u00f1os se hab\u00edan librado guerras para establecer o bloquear dicha hegemon\u00eda, siendo las guerras napole\u00f3nicas y la Primera y Segunda Guerras Mundiales ejemplos evidentes de ello.<\/p>\n Aunque dicha hegemon\u00eda era de alcance regional, argumentaba que tambi\u00e9n exist\u00eda un fuerte incentivo para que una hegemon\u00eda establecida en una parte del mundo bloqueara el ascenso de cualquier hegemon\u00eda potencialmente rival en otro lugar. As\u00ed, una vez que Estados Unidos hab\u00eda alcanzado una posici\u00f3n hegem\u00f3nica en el hemisferio occidental, naturalmente hab\u00eda intervenido en las dos guerras mundiales para impedir que Alemania obtuviera un estatus similar en Europa o que Jap\u00f3n lo hiciera en Asia Oriental.<\/p>\n Seg\u00fan Mearsheimer, las estrategias t\u00edpicas implicaban la creaci\u00f3n y el apoyo de coaliciones equilibradoras locales, alianzas de otras potencias regionales utilizadas para impedir el ascenso de un hegem\u00f3n local. As\u00ed, Estados Unidos hab\u00eda apoyado a Gran Breta\u00f1a y Francia para impedir que Alemania consiguiera la hegemon\u00eda europea en la Primera Guerra Mundial, e hizo lo mismo con esas dos potencias junto con los sovi\u00e9ticos en la Segunda Guerra Mundial. Del mismo modo, nuestro pa\u00eds bloque\u00f3 la hegemon\u00eda de Jap\u00f3n en Asia Oriental ali\u00e1ndonos con China, Australia y Gran Breta\u00f1a en el teatro de operaciones de Extremo Oriente de este \u00faltimo conflicto.<\/p>\n La edici\u00f3n actualizada de 2014 de su libro inclu\u00eda un \u00faltimo y largo cap\u00edtulo centrado en China, cuyo poder\u00edo, grande y en r\u00e1pido crecimiento, parec\u00eda susceptible de convertirla en un potencial hegem\u00f3n asi\u00e1tico. Por lo tanto, seg\u00fan el marco te\u00f3rico de Mearsheimer, un enfrentamiento con Estados Unidos era casi inevitable, y nuestro pa\u00eds fomentar\u00eda naturalmente una coalici\u00f3n antichina de otras potencias locales para impedir el dominio regional de China. Una d\u00e9cada antes, ya hab\u00eda disputado acaloradamente<\/a> esta misma cuesti\u00f3n con el famoso estratega geopol\u00edtico Zbigniew Brzezinski en las p\u00e1ginas de Foreign Policy<\/em>, en las que estas dos figuras destacadas de la escuela \u00abrealista\u00bb debat\u00edan si era probable que se produjera un conflicto militar norteamericano con China.<\/p>\n El punto crucial que destacan tanto Allison como Mearsheimer es que las caracter\u00edsticas particulares de Estados Unidos y China \u2014sus sistemas pol\u00edticos, culturas, historias y liderazgos nacionales\u2014 eran en gran medida irrelevantes a la hora de predecir su probable enfrentamiento militar. En su lugar, lo \u00fanico que importaba era el estatus de Estados Unidos como potencia mundial reinante y el de China como potencia en ascenso, con todas esas otras diferencias sirviendo simplemente como medios convenientes para movilizar el apoyo popular detr\u00e1s de un conflicto impulsado \u00fanicamente por consideraciones de pol\u00edtica de poder. Este tipo de marco constituye el \u00abrealismo\u00bb geopol\u00edtico en su forma m\u00e1s pura.<\/p>\n Aunque esta base para el conflicto o la alianza pueda parecer ajena a muchos estadounidenses, en realidad ha sido bastante com\u00fan en la era moderna. Despu\u00e9s de todo, la archirrepublicana Francia fue el socio militar m\u00e1s cercano de la monarqu\u00eda absoluta de la Rusia zarista en su alianza de equilibrio contra Alemania antes de la Primera Guerra Mundial. Las democracias liberales de Gran Breta\u00f1a y Estados Unidos se aliaron m\u00e1s tarde con la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica de Stalin contra Alemania, y el anticomunista ac\u00e9rrimo Winston Churchill fue uno de los principales defensores de esa pol\u00edtica. M\u00e1s recientemente, Estados Unidos se uni\u00f3 a la China mao\u00edsta para oponerse a la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, mucho menos extremista ideol\u00f3gicamente, porque esta \u00faltima era considerada una poderosa amenaza militar para ambos. Las diferencias \u2014o similitudes\u2014 pol\u00edticas han quedado a menudo eclipsadas por consideraciones m\u00e1s pr\u00e1cticas en las relaciones internacionales.<\/p>\n Ni Allison ni Mearsheimer sostienen con rotundidad que la guerra con China sea inevitable, ni pretenden hacerlo. Pero las pruebas hist\u00f3ricas que presentan son lo suficientemente amplias como para resultar bastante preocupantes. Y como esboza Allison, en una situaci\u00f3n tensa y de confrontaci\u00f3n, incidentes militares relativamente menores en el Mar de China Meridional podr\u00edan escalar f\u00e1cilmente, llegando incluso a alcanzar el umbral de una guerra nuclear.<\/p>\n El volumen actualizado de Mearsheimer hab\u00eda aparecido en 2014, seguido por el bestseller nacional de Allison en 2017, y la desafortunada situaci\u00f3n que predijeron se ha vuelto m\u00e1s y m\u00e1s plausible cada a\u00f1o, marcada por un aumento constante en la ret\u00f3rica de los l\u00edderes pol\u00edticos de Estados Unidos amplificada por los principales medios de comunicaci\u00f3n. Sospecho que sus libros y otras presentaciones p\u00fablicas pueden haber fomentado esta tendencia, transformando la noci\u00f3n de tal guerra global con China de lo impensable a lo plausiblemente realista. Varios altos cargos de la Administraci\u00f3n Trump, sobre todo el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, se mostraron ciertamente hostiles hacia China, pa\u00eds al que retrataron como nuestro principal adversario internacional, y gran parte del Partido Republicano tambi\u00e9n ha adoptado esa misma ret\u00f3rica.<\/p>\n Despu\u00e9s de que los dem\u00f3cratas recuperaran la Casa Blanca en 2020, muchos esperaban que estas tendencias se invirtieran, pero en realidad se han acelerado, con la Administraci\u00f3n Biden imponiendo sanciones econ\u00f3micas sin precedentes a la crucial industria de microchips de China, as\u00ed como una ruidosa agitaci\u00f3n de sables sobre Taiw\u00e1n, y los dem\u00f3cratas y los republicanos han comenzado ahora a competir sobre qu\u00e9 partido puede ser m\u00e1s duro con China. El reciente esc\u00e1ndalo medi\u00e1tico por un globo chino errante es el ejemplo m\u00e1s extremo de ello.<\/p>\n Como subrayaron Mearsheimer y Allison, un componente central de la estrategia geopol\u00edtica antichina de Estados Unidos ha sido organizar una coalici\u00f3n equilibradora local para apoyar nuestros esfuerzos de contenci\u00f3n, y Australia angl\u00f3fona ha sido miembro fundador de ese grupo. Compartimos una herencia colonial brit\u00e1nica con ese pa\u00eds, que luch\u00f3 como nuestro aliado incondicional en la Segunda Guerra Mundial, y su pol\u00edtica est\u00e1 muy influida por el poderoso imperio medi\u00e1tico de derechas del hijo nativo Rupert Murdoch. As\u00ed que, dados estos factores, las relaciones de Australia con China, anta\u00f1o muy amistosas, han virado r\u00e1pidamente en esta nueva direcci\u00f3n, marcada por episodios de intensa hostilidad p\u00fablica y embargos comerciales.<\/p>\n Los estadounidenses, ingenuamente optimistas, podr\u00edan esperar que cualquier guerra futura con China se mantuviera lejos de nuestras costas, con nuestro propio gran pa\u00eds protegido por la anchura del oc\u00e9ano Pac\u00edfico. Pero ning\u00fan australiano racional podr\u00eda pensar lo mismo, ya que su naci\u00f3n est\u00e1 situada en esa regi\u00f3n y es empeque\u00f1ecida por una China m\u00e1s de cincuenta veces mayor en poblaci\u00f3n, lo que probablemente garantizar\u00eda que cualquier guerra tendr\u00eda consecuencias devastadoras. Los australianos reflexivos seguramente han reconocido estos hechos y se han alarmado ante estas peligrosas tendencias internacionales, por lo que no es de extra\u00f1ar que una de las primeras respuestas importantes al marco Allison-Mearsheimer viniera de un australiano.<\/p>\n Kevin Rudd fue Primer Ministro de su pa\u00eds durante dos mandatos (2007-2010 y 2013), y despu\u00e9s se traslad\u00f3 a Estados Unidos, donde m\u00e1s tarde se convirti\u00f3 en Presidente de la Asia Society, con sede en Nueva York, antes de ser nombrado embajador de Australia en nuestro pa\u00eds hace unas semanas. En marzo de 2022, public\u00f3 La guerra evitable<\/em>, con el sombr\u00edo y acertado subt\u00edtulo \u00abLos peligros de un conflicto catastr\u00f3fico entre Estados Unidos y la China de Xi Jinping\u00bb. Aunque conoc\u00eda muy poco su carrera, decid\u00ed leer su libro por sus ideas para evitar ese inminente conflicto mundial.<\/p>\n Rudd parece poseer una formaci\u00f3n ideal para la importante tarea que se ha propuesto, ya que se especializ\u00f3 en estudios chinos en la universidad y domina completamente el mandar\u00edn, idioma que empez\u00f3 a aprender a los 18 a\u00f1os. Como explica en su introducci\u00f3n, ha vivido y viajado mucho tanto en China como en Estados Unidos, tiene muchos amigos en ambos pa\u00edses y espera que puedan evitar lo que \u00e9l considera un conflicto innecesario. Su libro me pareci\u00f3 excelente y sin duda merec\u00eda los elogios que recibi\u00f3 del propio Allison, amigo personal del autor, as\u00ed como de Kissinger y otras destacadas figuras militares y acad\u00e9micas estadounidenses. La obra se publica en ingl\u00e9s y est\u00e1 dirigida principalmente a un p\u00fablico norteamericano, por lo que dedica la mayor parte de sus p\u00e1ginas a explicar el punto de vista de China, aunque la parte norteamericana del conflicto tambi\u00e9n recibe una cobertura considerable.<\/p>\n Las personalidades suelen importar poco en geopol\u00edtica, pero tambi\u00e9n hay algunas excepciones. Tras la muerte de Deng Xiaoping en 1997, China hab\u00eda estado dirigida por un liderazgo colectivo, con varias facciones enfrentadas y figuras importantes que sol\u00edan compartir el poder pol\u00edtico con su m\u00e1ximo dirigente. Pero Rudd subray\u00f3 que esta situaci\u00f3n ha cambiado dr\u00e1sticamente, y que el Presidente chino, Xi Jinping, ha logrado establecer su autoridad personal en China hasta un punto sin precedentes, marginando a todos sus posibles rivales del Partido Comunista y convirti\u00e9ndose en el l\u00edder chino m\u00e1s poderoso desde Mao. Xi tambi\u00e9n consigui\u00f3 eliminar los l\u00edmites a la reelecci\u00f3n para su cargo y, aunque ahora tiene 69 a\u00f1os, su padre vivi\u00f3 hasta los 88 y su madre sigue viva a los 96, por lo que a\u00fan podr\u00eda seguir siendo el l\u00edder supremo de China durante la d\u00e9cada de 2020 y la de 2030.<\/p>\n Dadas estas realidades, cualquier an\u00e1lisis actual de los objetivos y estrategias chinos debe centrarse necesariamente en los del presidente Xi, que constituye por tanto la figura central del libro de Rudd. De hecho, la obra parec\u00eda solaparse en gran medida con la tesis doctoral del autor en Oxford sobre \u00abLa visi\u00f3n del mundo de Xi Jinping\u00bb que tambi\u00e9n hab\u00eda estado preparando durante esos mismos a\u00f1os<\/p>\n Rudd parece especialmente cualificado para realizar este an\u00e1lisis. Antes de convertirse en Primer Ministro, hab\u00eda tenido una larga carrera como diplom\u00e1tico australiano, llegando a ser Ministro de Asuntos Exteriores, y conoci\u00f3 a Xi hace m\u00e1s de 35 a\u00f1os, cuando ambos eran figuras muy j\u00f3venes; a lo largo de los a\u00f1os ha pasado un total de diez horas de conversaci\u00f3n con \u00e9l en seis ocasiones distintas, incluyendo algunas que fueron bastante informales. Si a esto a\u00f1adimos su multitud de otras fuentes personales adquiridas a lo largo de las d\u00e9cadas, tanto chinas como occidentales, dudo que haya muchos forasteros que puedan igualar su comprensi\u00f3n de los objetivos del m\u00e1ximo dirigente chino. Por lo tanto, debemos tomar al autor bastante en serio cuando en un par de ocasiones los describe en t\u00e9rminos dram\u00e1ticos: \u00abXi quiere asegurarse un lugar en la historia del partido chino que sea al menos igual al de Mao y mayor que el de Deng\u00bb.<\/p>\n Rudd presenta las principales metas de Xi en una serie de diez cap\u00edtulos, que representan los c\u00edrculos conc\u00e9ntricos de sus objetivos estrat\u00e9gicos, y que ocupan la mitad del libro. Xi concede la m\u00e1xima importancia al mantenimiento del poder pol\u00edtico y a la consecuci\u00f3n de la unidad nacional, seguidos del desarrollo econ\u00f3mico, la modernizaci\u00f3n del ej\u00e9rcito y el aumento de la influencia de China en su vecindario, a lo largo de su periferia asi\u00e1tica y, finalmente, en todo el mundo. El enfoque organizativo de Rudd me ha parecido \u00fatil y su an\u00e1lisis bastante plausible.<\/p>\n Obviamente, las grandes naciones suelen tener intereses contrapuestos, y el ascenso del poder chino producir\u00eda necesariamente un declive relativo del estadounidense, pero a lo largo de todos esos cap\u00edtulos encontr\u00e9 pocos conflictos profundos e inherentes entre nuestros dos pa\u00edses de escala continental. Hace apenas unas semanas, hab\u00eda rele\u00eddo el influyente libro de Zbigniew Brzezinski de 1997 The Grand Chessboard<\/em> (El gran tablero de ajedrez). Ese autor hab\u00eda expuesto de forma similar un conjunto de estrategias y objetivos destinados a asegurar la influencia y la posici\u00f3n de Estados Unidos a la cabeza de nuestra comunidad mundial, pero sus planes apenas pretend\u00edan amenazar los intereses vitales de nuestros principales competidores, y mucho menos provocar una guerra. Yo me hab\u00eda puesto del lado de Brzezinski durante su debate de 2004 con Mearsheimer sobre China, y en la medida en que Rudd ha analizado correctamente los objetivos y planes mundiales de Xi, los incluir\u00eda en una categor\u00eda muy parecida. La rivalidad internacional, incluso la que ocasionalmente implica codazos afilados, no deber\u00eda producir necesariamente un conflicto internacional, del mismo modo que la rivalidad pol\u00edtica interna no debe conducir a una guerra civil.<\/p>\n Sin embargo, las naciones que buscan provocar un conflicto suelen encontrar la forma de hacerlo, y creo que nuestro actual punto \u00e1lgido de Taiw\u00e1n con China entra claramente en esa categor\u00eda. Durante medio siglo, el gobierno estadounidense hab\u00eda reconocido oficialmente que Taiw\u00e1n formaba parte de China, pero algunos l\u00edderes pol\u00edticos estadounidenses de alto rango, tanto dem\u00f3cratas como republicanos, han cuestionado recientemente esta cuesti\u00f3n ya resuelta, desafiando as\u00ed directamente a China en lo que considera un inter\u00e9s nacional b\u00e1sico.<\/p>\n La opini\u00f3n de Rudd sobre estos peligrosos acontecimientos fue mucho menos parcial que la m\u00eda, y subray\u00f3 que los cambios en nuestra pol\u00edtica hacia Taiw\u00e1n hab\u00edan sido provocados en parte por la mano dura china, especialmente la represi\u00f3n policial de 2019 de las masivas protestas callejeras en Hong Kong. La pericia del autor empeque\u00f1ece la m\u00eda y quiz\u00e1 tuviera toda la raz\u00f3n, pero tambi\u00e9n se hab\u00eda especulado ampliamente con que las propias protestas hab\u00edan sido en realidad orquestadas por los servicios de inteligencia occidentales en la l\u00ednea de una Revoluci\u00f3n de los Colores deliberadamente provocadora, y Rudd podr\u00eda ser reacio a adoptar una postura que se saliera demasiado de los l\u00edmites de su c\u00edrculo social de la \u00e9lite del establishment<\/em>. Tambi\u00e9n me llam\u00f3 la atenci\u00f3n que se mostrara sorprendentemente cr\u00edtico con Xi por sus recientes medidas en\u00e9rgicas contra los gigantes tecnol\u00f3gicos chinos, las empresas inmobiliarias y de servicios financieros y la industria de las clases particulares, todos ellos sectores econ\u00f3micos cercanos y queridos por los inversores de Wall Street y nuestro establishment neoliberal reinante, aunque Rudd explic\u00f3 que el l\u00edder chino consideraba estas actividades a menudo parasitarias.<\/p>\n El enfoque de Estados Unidos hacia China ha experimentado un cambio dr\u00e1stico en los \u00faltimos a\u00f1os, tanto bajo la Administraci\u00f3n Trump como bajo la de Biden. Rudd describi\u00f3 estos cambios y, a continuaci\u00f3n, ofreci\u00f3 un cap\u00edtulo titulado \u00abLa d\u00e9cada de vivir peligrosamente\u00bb, en el que esbozaba diez escenarios diferentes de posible confrontaci\u00f3n militar, la mitad de los cuales implicaban un conflicto armado, a veces con consecuencias pol\u00edticas desastrosas para uno u otro de nuestros dos pa\u00edses. \u00c9l mismo deseaba que sigui\u00e9ramos una pol\u00edtica de \u00abcompetencia estrat\u00e9gica controlada\u00bb, cuyos elementos esbozaba en su largo cap\u00edtulo final, y evidentemente \u00e9sta es tambi\u00e9n mi preferencia. Todas las sugerencias que hac\u00eda eran excelentes, pero me pregunto si nuestras \u00e9lites pol\u00edticas dirigentes est\u00e1n prestando mucha atenci\u00f3n a sus sensatas palabras.<\/p>\n Aunque su libro me pareci\u00f3 muy \u00fatil y se lo recomendar\u00eda encarecidamente a otros, vi pocas cosas que refutaran eficazmente la fr\u00eda l\u00f3gica geopol\u00edtica presentada anteriormente por Allison y Mearsheimer. El trabajo de Rudd apenas me disuadi\u00f3 de la preocupaci\u00f3n de que el mundo pueda estar encerrado en la Trampa de Tuc\u00eddides, con el resultado probable de un grave enfrentamiento mundial entre China y Estados Unidos, que posiblemente desemboque en una guerra.<\/p>\n Rudd hab\u00eda abierto su libro hablando del tr\u00e1gico legado de la Primera Guerra Mundial, que junto con su segunda vuelta veinte a\u00f1os m\u00e1s tarde destruy\u00f3 gran parte de Europa, y me temo que la analog\u00eda es fuerte. Del mismo modo que los dirigentes pol\u00edticos y militares de 1914 se equivocaron gravemente al juzgar los peligros a los que se enfrentaban y se vieron arrastrados a la guerra por una marea a la que se sintieron incapaces de resistir, creo que la situaci\u00f3n actual puede ser muy parecida. El t\u00edtulo del libro de Mearsheimer enfatiza acertadamente la palabra \u00abtragedia\u00bb.<\/p>\n Adem\u00e1s, en realidad nos enfrentamos a un doble peligro. Incluso si las profundas fuerzas hist\u00f3ricas que impulsan al mundo hacia la guerra no fueran ya tan fuertes, en las \u00faltimas tres d\u00e9cadas los arrogantes y a menudo incompetentes neoconservadores se han hecho con el control de los organismos de pol\u00edtica exterior de nuestros dos partidos pol\u00edticos. Su peligroso aventurerismo ha sustituido por completo al sobrio realismo de un Brzezinski que probablemente habr\u00eda jugado sus cartas de forma muy distinta.<\/p>\n Sin embargo, por extra\u00f1o que parezca, en circunstancias fortuitas la suma vectorial de las diferentes amenazas puede a veces anularse en lugar de reforzarse mutuamente, y \u00e9sta podr\u00eda ser una de esas raras ocasiones. Es posible que los profundos defectos ideol\u00f3gicos de los neoconservadores que dirigen la pol\u00edtica exterior estadounidense contribuyan en realidad a evitar el enfrentamiento mundial entre Estados Unidos y China por motivos no ideol\u00f3gicos que hab\u00edan predicho esos diferentes autores.<\/p>\n Allison y Mearsheimer se centraron en las tendencias hist\u00f3ricas a lo largo de los siglos y sus libros se publicaron en la \u00faltima d\u00e9cada, mientras que el libro de Rudd sali\u00f3 a la venta hace s\u00f3lo un a\u00f1o. En circunstancias normales, estas obras dif\u00edcilmente podr\u00edan considerarse anticuadas. Pero la guerra de Rusia contra Ucrania comenz\u00f3 a finales de febrero de 2022, y las consecuencias geopol\u00edticas durante el \u00faltimo a\u00f1o han sido enormes, incluso transformadoras.<\/p>\n Cuando Mearsheimer hab\u00eda escrito su largo cap\u00edtulo final en 2014, naturalmente hab\u00eda imaginado a Rusia como un elemento central de la coalici\u00f3n de equilibrio que Estados Unidos construir\u00eda contra los chinos, junto con India y Jap\u00f3n, as\u00ed como potencias m\u00e1s peque\u00f1as como Corea del Sur y Vietnam. Cualquier estratega geopol\u00edtico estadounidense racional que quisiera contener a una China en ascenso habr\u00eda adoptado ese enfoque.<\/p>\n Pero los neoconservadores que dirig\u00edan la pol\u00edtica exterior de la Administraci\u00f3n Obama eran notablemente arrogantes en lugar de racionales, y ese mismo a\u00f1o orquestaron un golpe antirruso en Ucrania, seguido de la p\u00e9rdida de Crimea y los continuos combates en el Donb\u00e1s, todo lo cual envenen\u00f3 permanentemente las relaciones rusas. No mucho despu\u00e9s, Mearsheimer dio su prof\u00e9tica charla sobre los inminentes riesgos futuros de un conflicto OTAN-Rusia en Ucrania, una presentaci\u00f3n que en el \u00faltimo a\u00f1o ha sido vista unos 29 millones de veces en Youtube<\/a>, quiz\u00e1s m\u00e1s que cualquier conferencia acad\u00e9mica en la historia de Internet.<\/p>\n As\u00ed, cuando Allison public\u00f3 su libro de 2017, cualquier posibilidad de una alianza ruso-estadounidense contra China se hab\u00eda evaporado y Rusia apenas aparec\u00eda en su debate. Estas tendencias continuaron y hace un a\u00f1o el libro de Rudd ya caracterizaba a China y Rusia como socios estrat\u00e9gicos, mencionando que Xi hab\u00eda descrito al presidente ruso Vladimir Putin como \u00absu mejor amigo\u00bb y que los dos pa\u00edses colaboraban regularmente en una variedad de diferentes asuntos pol\u00edticos, militares y econ\u00f3micos. Pero Rusia segu\u00eda siendo un factor secundario en el an\u00e1lisis de Rudd, cuyo papel se discut\u00eda en apenas un par de p\u00e1ginas junto con referencias dispersas en otras partes de su texto.<\/p>\n El estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania lo cambi\u00f3 todo por completo, al igual que la oleada sin precedentes de sanciones occidentales resultantes contra Rusia y la enorme cantidad de ayuda financiera y militar proporcionada a Ucrania, que ya asciende a 120.000 millones de d\u00f3lares, una suma mucho mayor que todo el presupuesto anual de defensa ruso. Durante el \u00faltimo a\u00f1o, la OTAN dirigida por Estados Unidos ha estado librando una guerra por poderes contra Rusia en la propia frontera rusa, una guerra que muchos l\u00edderes pol\u00edticos estadounidenses han declarado que s\u00f3lo puede terminar con la derrota de Rusia y la muerte o el derrocamiento de Putin. La Haya, en Europa, ya ha emitido una orden de detenci\u00f3n contra el presidente ruso por presuntos cr\u00edmenes de guerra.<\/p>\n Justo antes del comienzo de la guerra de Ucrania, Xi hab\u00eda mantenido su 39\u00aa reuni\u00f3n personal con Putin, y hab\u00eda declarado que la asociaci\u00f3n de China con Rusia \u00abno ten\u00eda l\u00edmites\u00bb. El posterior ataque total de Occidente contra Rusia ha producido inevitablemente una estrecha alianza entre los dos enormes pa\u00edses.<\/p>\n La fuerza industrial de China es enorme, y su econom\u00eda productiva real ya es mayor que el total combinado de Estados Unidos, la Uni\u00f3n Europea y Jap\u00f3n. Pero si a ello se a\u00f1aden los enormes suministros energ\u00e9ticos y otros recursos naturales de su vecino ruso, notablemente complementarios, es probable que los dos juntos superen el poder de Estados Unidos y sus aliados. El pasado mes de octubre describ\u00ed algunos de los acontecimientos que se hab\u00edan desarrollado posteriormente:<\/p>\n Al comienzo de la guerra, la mayor\u00eda de los observadores cre\u00edan que las sanciones sin precedentes impuestas por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN asestar\u00edan un golpe demoledor a la econom\u00eda rusa. En lugar de ello, Rusia ha escapado a cualquier da\u00f1o grave, mientras que la p\u00e9rdida de energ\u00eda barata rusa ha devastado las econom\u00edas europeas y perjudicado gravemente a la nuestra, dando lugar a las tasas de inflaci\u00f3n m\u00e1s altas de los \u00faltimos cuarenta a\u00f1os. Se esperaba que el rublo ruso se desplomara, pero ahora es m\u00e1s fuerte que antes.<\/em><\/p>\n Alemania es el motor industrial de Europa y las sanciones impuestas a Rusia fueron tan autodestructivas que las protestas populares comenzaron a exigir que se levantaran y se reabrieran los gasoductos de energ\u00eda Nord Stream. Para prevenir cualquier posible deserci\u00f3n, esos oleoductos ruso-alemanes fueron repentinamente atacados y destruidos, casi con toda seguridad con la aprobaci\u00f3n y participaci\u00f3n del gobierno estadounidense. Estados Unidos no est\u00e1 legalmente en guerra con Rusia y mucho menos con Alemania, por lo que esto probablemente represent\u00f3 la mayor destrucci\u00f3n de infraestructura civil en tiempos de paz en la historia del mundo, infligiendo un da\u00f1o enorme y duradero a nuestros aliados europeos. Nuestro dominio total sobre los medios de comunicaci\u00f3n mundiales ha impedido hasta ahora que la mayor\u00eda de los europeos o estadounidenses de a pie reconozcan lo que ocurri\u00f3, pero a medida que la crisis energ\u00e9tica empeore y la verdad empiece a salir a la luz poco a poco, la OTAN podr\u00eda tener dificultades para sobrevivir. Como coment\u00e9 en un art\u00edculo reciente, Estados Unidos puede haber desperdiciado tres generaciones de amistad europea al destruir esos oleoductos vitales.<\/p>\n Mientras tanto, muchos a\u00f1os de comportamiento arrogante y opresivo de Estados Unidos hacia tantos otros pa\u00edses importantes ha producido una poderosa reacci\u00f3n de apoyo a Rusia. Seg\u00fan informes de prensa, los iran\u00edes han proporcionado a los rusos un gran n\u00famero de sus avanzados aviones no tripulados, que se han desplegado eficazmente contra los ucranianos. Desde la Segunda Guerra Mundial, nuestra alianza con Arabia Saud\u00ed ha sido un eje de nuestra pol\u00edtica en Oriente Pr\u00f3ximo, pero ahora los saud\u00edes se han puesto repetidamente del lado de los rusos en cuestiones de producci\u00f3n de petr\u00f3leo, ignorando por completo las demandas de Estados Unidos a pesar de las amenazas de represalias del Congreso. Turqu\u00eda tiene el mayor ej\u00e9rcito de la OTAN, pero coopera estrechamente con Rusia en los env\u00edos de gas natural. India tambi\u00e9n se ha acercado a Rusia en cuestiones cruciales, ignorando las sanciones que hemos impuesto al petr\u00f3leo ruso. A excepci\u00f3n de nuestros Estados pol\u00edticos vasallos, la mayor\u00eda de las grandes potencias mundiales parecen alinearse del lado de Rusia.<\/p>\n Desde la Segunda Guerra Mundial, uno de los pilares centrales del dominio mundial estadounidense ha sido el estatus del d\u00f3lar como moneda de reserva mundial y nuestro control asociado sobre el sistema bancario internacional. Hasta hace poco siempre present\u00e1bamos nuestro papel como neutral y administrativo, pero cada vez m\u00e1s hemos empezado a convertir ese poder en un arma, utilizando nuestra posici\u00f3n para castigar a los Estados que nos desagradaban, lo que naturalmente est\u00e1 obligando a otros pa\u00edses a buscar alternativas. Tal vez el mundo podr\u00eda tolerar que congel\u00e1ramos los activos financieros de pa\u00edses relativamente peque\u00f1os como Venezuela o Afganist\u00e1n, pero nuestra incautaci\u00f3n de los 300.000 millones de d\u00f3lares en reservas de divisas de Rusia inclin\u00f3 obviamente la balanza, y los principales pa\u00edses tratan cada vez m\u00e1s de alejar sus transacciones del d\u00f3lar y de la red bancaria que controlamos. Aunque el declive econ\u00f3mico de la UE ha provocado la correspondiente ca\u00edda del euro y ha hecho subir al d\u00f3lar por defecto, las perspectivas a largo plazo de nuestra continua hegemon\u00eda monetaria no parecen nada halag\u00fce\u00f1as. Y dados nuestros horrendos d\u00e9ficits presupuestario y comercial, una huida del d\u00f3lar podr\u00eda colapsar f\u00e1cilmente la econom\u00eda estadounidense.<\/p>\n Poco despu\u00e9s del estallido de la guerra de Ucrania, el eminente historiador Alfred McCoy argument\u00f3 que est\u00e1bamos asistiendo al nacimiento geopol\u00edtico de un nuevo orden mundial, construido en torno a una alianza Rusia-China que dominar\u00eda la masa continental euroasi\u00e1tica. Su debate con Amy Goodman ha sido visto casi dos millones de veces.<\/p>\n En un art\u00edculo<\/a> publicado el mes pasado en Foreign Policy<\/em>, Allison reconoc\u00eda sin duda la trascendental importancia de estos nuevos acontecimientos. Como suger\u00eda en sus p\u00e1rrafos finales, cambiaban dr\u00e1sticamente el panorama geopol\u00edtico que hab\u00eda supuesto previamente en su bestseller de 2017:<\/p>\n Una proposici\u00f3n elemental en relaciones internacionales 101 afirma: <\/em>\u00abEl enemigo de mi enemigo es mi amigo<\/em>\u00bb. Al enfrentarse simult\u00e1neamente a China y Rusia, Estados Unidos ha contribuido a crear lo que el ex asesor de Seguridad Nacional estadounidense Zbigniew Brzezinski denomin\u00f3 una <\/em>\u00abalianza de los agraviados<\/em>\u00bb. Esto ha permitido a Xi invertir la exitosa <\/em>\u00abdiplomacia trilateral<\/em>\u00bb de Washington de la d\u00e9cada de 1970, que ampli\u00f3 la brecha entre China y el principal enemigo de Estados Unidos, la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, de un modo que contribuy\u00f3 significativamente a la victoria estadounidense en la Guerra Fr\u00eda. Hoy, China y Rusia est\u00e1n, en palabras de Xi, m\u00e1s juntos que aliados.<\/em><\/p>\n Dado que Xi y Putin no son s\u00f3lo los actuales presidentes de sus dos naciones, sino l\u00edderes cuyos mandatos no tienen fecha de caducidad, Estados Unidos tendr\u00e1 que entender que se enfrenta a la alianza no declarada m\u00e1s importante del mundo.<\/p>\n Adem\u00e1s, como ya coment\u00e9<\/a> hace un par de semanas, estas tendencias han continuado a buen ritmo:<\/p>\n El pasado mi\u00e9rcoles, el Wall Street Journal informaba de que Arabia Saud\u00ed se un\u00eda a la Organizaci\u00f3n de Cooperaci\u00f3n de Shanghai de China, una decisi\u00f3n que llegaba pocas semanas despu\u00e9s del anuncio de que hab\u00eda restablecido relaciones diplom\u00e1ticas con su archienemigo Ir\u00e1n tras las negociaciones celebradas en Pek\u00edn bajo los auspicios chinos. Durante tres generaciones, este reino rico en petr\u00f3leo hab\u00eda sido el aliado \u00e1rabe m\u00e1s importante de Estados Unidos, y la frase principal del art\u00edculo del Journal subrayaba que esta dram\u00e1tica evoluci\u00f3n reflejaba nuestra menguante influencia en Oriente Medio.<\/em><\/p>\n Ese mismo d\u00eda, Brasil declar\u00f3 que abandonaba el uso del d\u00f3lar en sus transacciones con China, su mayor socio comercial, tras una declaraci\u00f3n anterior en la que su presidente planeaba reunirse con el l\u00edder chino en apoyo de los esfuerzos de ese pa\u00eds para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, una iniciativa diplom\u00e1tica a la que se opon\u00eda firmemente nuestro propio gobierno. Las fichas del domin\u00f3 geopol\u00edtico parecen caer r\u00e1pidamente, llev\u00e1ndose consigo la influencia estadounidense.<\/p>\n Dados los horrendos d\u00e9ficits presupuestario y comercial de nuestro pa\u00eds, el nivel de vida continuado de Estados Unidos depende en gran medida del uso internacional del d\u00f3lar, especialmente para la venta de petr\u00f3leo, por lo que se trata de acontecimientos extremadamente amenazadores. Durante d\u00e9cadas, hemos intercambiado libremente nuestro billete gubernamental por bienes y materias primas de todo el mundo, y si eso se hace mucho m\u00e1s dif\u00edcil, nuestra situaci\u00f3n global puede volverse calamitosa. Durante la Crisis de Suez de 1956, la amenaza de colapso de la libra esterlina marc\u00f3 el fin de la influencia brit\u00e1nica en la escena mundial, y Estados Unidos puede estar acerc\u00e1ndose r\u00e1pidamente a su propio \u00abmomento Suez<\/em>\u00bb.<\/em><\/p>\n Resum\u00ed la situaci\u00f3n sugiriendo con dureza que los neoconservadores hab\u00edan jugado una partida de \u00abMate del loco\u00bb en el tablero geopol\u00edtico.<\/p>\n Estas tendencias geopol\u00edticas se han acelerado a\u00fan m\u00e1s en las dos semanas transcurridas desde entonces, con el presidente franc\u00e9s Emmanuel Macron viajando a Pek\u00edn y declarando que los europeos no deben seguir siendo \u00abmeros seguidores de Estados Unidos\u00bb y \u00abquedar atrapados en crisis que no son nuestras\u00bb. El presidente mexicano, Andr\u00e9s Manuel L\u00f3pez Obrador, ha desafiado el liderazgo de Estados Unidos y ha pedido el apoyo de China. A pesar de la oposici\u00f3n estadounidense, las principales empresas alemanas est\u00e1n reforzando sus lazos con China y el gobierno brasile\u00f1o est\u00e1 haciendo lo mismo, con un largo art\u00edculo en el Asia Times de ayer que resume una semana de triunfos para Pek\u00edn. Los saud\u00edes asestaron otro golpe a Estados Unidos al reunirse para restablecer relaciones con Ham\u00e1s, organizaci\u00f3n palestina clasificada oficialmente por Estados Unidos como terrorista.<\/p>\n El s\u00e1bado, una breve columna<\/a> de Douglas MacKinnon, una antigua figura republicana que hab\u00eda servido en las Administraciones de Ronald Reagan y George H.W. Bush, resum\u00eda algunas de estas tendencias internacionales y advert\u00eda de que la p\u00e9rdida de confianza en Estados Unidos podr\u00eda enfrentar pronto a nuestro pa\u00eds al equivalente geopol\u00edtico de una \u00abcorrida bancaria\u00bb mundial.<\/p>\n La realidad es que, durante el \u00faltimo a\u00f1o, la guerra contra Rusia orquestada por los neoconservadores ha echado por tierra cualquier esperanza estadounidense de formar una coalici\u00f3n fuerte contra China.<\/p>\n Durante generaciones, India ha tenido una relaci\u00f3n problem\u00e1tica con China y hace s\u00f3lo un par de a\u00f1os una amarga escaramuza fronteriza hab\u00eda provocado una prohibici\u00f3n nacional de TikTok. Pero la India y Rusia hab\u00edan sido fuertes aliados durante la Guerra Fr\u00eda y la mayor parte del equipamiento militar de la India sigue siendo ruso, mientras que tambi\u00e9n se ha beneficiado de un comercio muy lucrativo de refinado y venta de petr\u00f3leo ruso sancionado. As\u00ed pues, India se ha acercado claramente al bloque Rusia-China.<\/p>\n En los \u00faltimos a\u00f1os, China se ha convertido en el mayor mercado para el petr\u00f3leo saud\u00ed, mientras que Rusia es el otro miembro destacado del crucial c\u00e1rtel OPEP+. Con estos dos pa\u00edses unidos en un estrecho abrazo, el alejamiento saud\u00ed de su antigua alianza estadounidense no era tan sorprendente, pero a\u00fan as\u00ed gener\u00f3 conmoci\u00f3n.<\/p>\n Las necesidades energ\u00e9ticas de Jap\u00f3n le han llevado a empezar a importar petr\u00f3leo ruso a pesar de la campa\u00f1a occidental de sanciones, por lo que incluso nuestro aliado m\u00e1s fuerte en Extremo Oriente podr\u00eda estar empezando a reconsiderar sus opciones.<\/p>\n En su an\u00e1lisis de 2014, Mearsheimer hab\u00eda presentado l\u00f3gicamente a Rusia, India y Jap\u00f3n como los tres miembros m\u00e1s importantes de la coalici\u00f3n de equilibrio que Estados Unidos crear\u00eda contra China, pero ahora hemos perdido a dos de esos pa\u00edses, o posiblemente a los tres.<\/p>\n La Primera Guerra Mundial dur\u00f3 tanto y cost\u00f3 tantos millones de vidas porque las dos coaliciones contendientes estaban muy igualadas, con el poder emergente de Alemania tan inmensamente fuerte que una alianza de las tres potencias europeas siguientes \u2014Gran Breta\u00f1a, Rusia y Francia\u2014 apenas pudo combatirla hasta el empate durante cuatro a\u00f1os, y s\u00f3lo la intervenci\u00f3n estadounidense logr\u00f3 cambiar las tornas al final. Como Niall Ferguson argument\u00f3 convincentemente en The Pity of War<\/em>, una r\u00e1pida victoria alemana habr\u00eda dado lugar esencialmente a la creaci\u00f3n de la UE un siglo antes y con un derramamiento de sangre insignificante.<\/p>\n Pero si el gobierno brit\u00e1nico de la \u00e9poca hubiera estado tan loco como para provocar deliberadamente un conflicto con Rusia en v\u00edsperas de esa guerra, empujando as\u00ed al Zar a los brazos de su primo alem\u00e1n, el realineamiento resultante habr\u00eda garantizado una r\u00e1pida victoria del Kaiser o, m\u00e1s probablemente, una coalici\u00f3n liderada por Alemania demasiado fuerte como para oponerse a ella.<\/p>\n Seg\u00fan la visi\u00f3n de Mearsheimer, unos Estados Unidos aliados con Rusia, India, Jap\u00f3n y los pa\u00edses de la OTAN habr\u00edan constituido un rival global m\u00e1s que igualado para China, permitiendo as\u00ed una pol\u00edtica estadounidense muy agresiva en el Mar del Sur de China. Pero los errores neoconservadores han producido ahora una correlaci\u00f3n de fuerzas totalmente diferente, tan desfavorable para nuestro propio pa\u00eds que cualquier conflicto armado se ha vuelto mucho menos probable.<\/p>\n En su libro, Allison considera una larga lista de transiciones geopol\u00edticas a lo largo de los \u00faltimos 500 a\u00f1os, y una de las pocas que evit\u00f3 cualquier derramamiento de sangre se produjo cuando el poder estadounidense super\u00f3 al brit\u00e1nico a principios del siglo XX. Seg\u00fan cuenta, cuando el gobierno brit\u00e1nico se plante\u00f3 desafiar el dominio estadounidense en el hemisferio occidental, nuestro pa\u00eds ya se hab\u00eda hecho demasiado poderoso para resistirse y sus jefes militares vetaron la idea. Lord Salisbury, el Primer Ministro brit\u00e1nico, reflexion\u00f3 m\u00e1s tarde con nostalgia que si su pa\u00eds hubiera intervenido en la Guerra de Secesi\u00f3n d\u00e9cadas antes y hubiera ayudado a dividir a Estados Unidos en naciones rivales y hostiles, las cosas podr\u00edan haber sido muy distintas.<\/p>\n Del mismo modo, creo que los acontecimientos del \u00faltimo a\u00f1o han fomentado el crecimiento de una coalici\u00f3n mundial alineada con China demasiado poderosa para que Estados Unidos se enfrente directamente a ella, y es probable que incluso nuestros serviles l\u00edderes militares reconozcan esa realidad.<\/p>\n Esta transici\u00f3n global en curso es tanto econ\u00f3mica como pol\u00edtica, y las instituciones internacionales neoliberales reinantes, como el FMI y el Banco Mundial, se enfrentan ahora a un grave desaf\u00edo financiero por parte de sus hom\u00f3logos de reciente creaci\u00f3n alineados con China. Los economistas Radhika Desai y Michael Hudson han debatido recientemente estos importantes acontecimientos, destacando algunos de sus puntos m\u00e1s cruciales en el sitio web del blog Moon of Alabama<\/em>.<\/p>\n La trascendental naturaleza de este cambio en el poder mundial se ha hecho evidente para muchos l\u00edderes nacionales, aunque quiz\u00e1 no para el nuestro. Xi se reuni\u00f3 con Putin para mantener importantes conversaciones en su cumbre de Mosc\u00fa del mes pasado y, cuando se marchaba, sus declaraciones fueron grabadas en v\u00eddeo<\/a>:<\/p>\n \u00abEn estos momentos se est\u00e1n produciendo cambios como no se hab\u00edan visto en 100 a\u00f1os, y somos nosotros los que estamos impulsando estos cambios juntos<\/em>\u00bb, dijo Xi a Putin en la puerta del Kremlin para despedirse de \u00e9l.<\/em><\/p>\n El presidente ruso respondi\u00f3: \u00abEstoy de acuerdo<\/em>\u00bb.<\/p>\n Ron Unz, 18 de abril de 2023<\/p>\n Fuente: https:\/\/www.unz.com\/runz\/did-the-neocons-save-the-world-from-the-thucydides-trap\/<\/a><\/p>\n