{"id":11188,"date":"2023-06-11T10:59:53","date_gmt":"2023-06-11T10:59:53","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=11188"},"modified":"2023-06-11T11:15:25","modified_gmt":"2023-06-11T11:15:25","slug":"la-sangre-aguada-en-la-historia-europea-los-origenes-medievales-del-individualismo-occidental-por-laurent-guyenot","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2023\/06\/11\/la-sangre-aguada-en-la-historia-europea-los-origenes-medievales-del-individualismo-occidental-por-laurent-guyenot\/","title":{"rendered":"La sangre aguada en la historia europea: Los or\u00edgenes medievales del individualismo occidental – por Laurent Guy\u00e9not"},"content":{"rendered":"
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En “El origen medieval de la desuni\u00f3n europea”, defiendo la idea de que el papado medieval fue el responsable de que Europa no lograra la unidad pol\u00edtica bajo la soberan\u00eda del Imperio Romano Germ\u00e1nico en el periodo medieval. No he negado que la “ausencia duradera de un imperio hegem\u00f3nico” y la “fragmentaci\u00f3n competitiva del poder” tuvieran efectos positivos, como ha defendido Walter Scheidel en Escape from Rome: The Failure of Empire and the Road to Prosperity<\/em> (Princeton UP, 2019) . La demostraci\u00f3n de 600 p\u00e1ginas de Scheidel no me parece muy convincente, pero incluso si su tesis fuera cierta, no contradice en absoluto la m\u00eda. Es una cuesti\u00f3n de punto de vista. Desde el punto de vista de la geopol\u00edtica mundial actual, es innegable que Europa es un fracaso total y no puede ni siquiera empezar a compararse o intentar competir con los nuevos “Estados civilizacionales”, por utilizar la categor\u00eda de Christopher Coker [1]. Si el Papado tiene la culpa de ello es algo que apenas se puede debatir.<\/p>\n Aqu\u00ed argumentar\u00e9 que el papado medieval es responsable de la creaci\u00f3n del individuo occidental moderno, el hombre desarraigado obsesionado con su propia salvaci\u00f3n, identidad \u00edntima y autorrealizaci\u00f3n. No negar\u00e9 que el individualismo occidental ha dado lugar a una cosecha excepcional de genios en todos los campos y ha desatado una oleada de creatividad sin precedentes. Eso, creo, es innegable. Y quiz\u00e1 haya merecido la pena. Yo dir\u00eda simplemente que la fase patol\u00f3gica -y contagiosa- a la que ha llegado hoy el individualismo occidental es el resultado final de un programa de desocializaci\u00f3n escrito por el papado romano. Citando el notable libro de Joseph Henrich, The WEIRDest People in the World<\/em> (2020), al que volver\u00e9: “Al socavar el parentesco intensivo, las pol\u00edticas matrimoniales y familiares de la Iglesia liberaron progresivamente a los individuos de las responsabilidades, obligaciones y beneficios de sus clanes y familias extensas (casas)” [2]. A lo largo de muchas generaciones, esta ingenier\u00eda social ha arraigado nuestra psicolog\u00eda singularmente individualista.<\/p>\n Puede parecer contraintuitivo culpar al cristianismo del debilitamiento de los lazos de parentesco, ya que los cristianos practicantes son hoy los defensores de los valores familiares en Occidente. Esto puede explicarse por la paradoja de que el cristianismo es a la vez revolucionario y conservador. Fue revolucionario al principio y conservador al final. Todas las religiones establecidas son conservadoras, esa es su principal funci\u00f3n social. Pero el conservadurismo del cristianismo occidental ha consistido en preservar la poca estructura de parentesco que no destruy\u00f3 en su fase revolucionaria: la familia nuclear burguesa, la \u00faltima etapa antes de la desintegraci\u00f3n social completa [3].<\/p>\n La teor\u00eda aqu\u00ed presentada difiere de la que culpa al cristianismo por la corrupci\u00f3n moral de la raza blanca, cuyo defensor m\u00e1s radical fue el difunto Revilo Oliver (1908-1994). Escribi\u00f3 en El cristianismo y la supervivencia de Occidente<\/em>:<\/p>\n “En todo el mundo, los arios muestran s\u00edntomas inequ\u00edvocos de imbecilidad o de latente deseo de muerte. […] La causa primaria m\u00e1s probable, en mi opini\u00f3n, es el cristianismo, una religi\u00f3n que es la negaci\u00f3n de la vida, y que es una especie de ‘SIDA’ racial que, a lo largo de dos milenios, ha socavado gradualmente y finalmente destruido el sistema inmunol\u00f3gico de nuestra raza, es decir, su conciencia de identidad racial.”<\/p>\n Tengo dos desacuerdos con esta teor\u00eda. En primer lugar, creo que el \u00e9nfasis en la “identidad racial” -o la falta de ella- no es muy relevante. La cohesi\u00f3n org\u00e1nica de una sociedad comienza en el nivel de la familia extensa o el clan, y s\u00f3lo si los lazos sociales se socavan a este nivel durante un largo periodo de tiempo, la “identidad racial” -o lo que Ludwig Gumplowicz llam\u00f3 m\u00e1s elegantemente “sentimiento sing\u00e9nico”, esa familiaridad instintiva con los que se parecen a nosotros- acaba por derrumbarse. La inmunodeficiencia ataca al organismo social a nivel de las estructuras de parentesco, no a nivel racial o \u00e9tnico. Defender la dignidad y los derechos de los blancos puede ser hoy una noble causa pol\u00edtica, pero la identidad racial es un d\u00e9bil pegamento social en s\u00ed mismo. Lo que necesitamos para reconstruir nuestro sistema inmunitario es recuperar lo que el cristianismo occidental nos ha arrebatado, lo que Henrich denomina “parentesco intensivo”.<\/p>\n En segundo lugar, el cristianismo no ha provocado el mismo colapso de las estructuras de parentesco en Oriente y Occidente. Hubo un salto cualitativo en Occidente, durante lo que Robert I. Moore ha llamado “la primera revoluci\u00f3n europea” entre 970 y 1215 [4]. En un proyecto de remodelaci\u00f3n de la sociedad, el papado dirigi\u00f3 una serie de asaltos coordinados contra el organismo social tradicional de las poblaciones romano-germ\u00e1nicas, asalto que las poblaciones greco-eslavas no padecieron ni apoyaron en la misma medida.<\/p>\n Esto no quiere decir que la Iglesia de Oriente fuera especialmente favorable a la solidaridad familiar. En teor\u00eda, el cristianismo es intr\u00ednsecamente individualista y deval\u00faa los lazos de sangre: s\u00f3lo la sangre de Jes\u00fas salva, y la salvaci\u00f3n pertenece \u00fanicamente al individuo. Pero la toma de la Iglesia romana por el partido mon\u00e1stico cluniacense, que no ten\u00eda equivalente en la ortodoxia, hizo que el fen\u00f3meno descrito por Louis Dumont -el efecto normativo del individuo “fuera del mundo” que renuncia a cualquier anclaje geneal\u00f3gico- se agudizara en la tradici\u00f3n cat\u00f3lica romana [5]. La sangre, como principio org\u00e1nico de lo social, qued\u00f3 muy diluida por el agua del bautismo cat\u00f3lico. Esto explica por qu\u00e9 el parentesco intensivo se ha mantenido mejor en Europa del Este, sobre todo en los pa\u00edses eslavos del sur, donde “en el siglo XIX, ve\u00edamos zadrugas [familias extensas] compuestas por m\u00e1s de 80 personas. No era la norma, por supuesto, pero los grupos nacionales de 20 a 30 miembros no eran infrecuentes en aquella \u00e9poca” [6].<\/p>\n Pero, \u00bfno es el protestantismo m\u00e1s individualista que el catolicismo? Es innegable. El individualismo moderno debe mucho a los luteranos y a\u00fan m\u00e1s a los calvinistas. Pero el individualismo protestante s\u00f3lo pudo arraigar en un suelo sociol\u00f3gico y psicol\u00f3gico que hab\u00eda sido intensamente arado y alimentado por el individualismo cat\u00f3lico durante siglos. Lo mismo cabe decir de la ideolog\u00eda de los derechos humanos, que ampli\u00f3 el movimiento y a la que muchos consideran responsable del individualismo moderno: se ha demostrado una y otra vez que es una consecuencia del cristianismo. La amplificaci\u00f3n del individualismo entre ortodoxia, catolicismo, protestantismo y derechos humanos requerir\u00eda un estudio especial. Aqu\u00ed me centrar\u00e9 \u00fanicamente en la pol\u00edtica del papado medieval contra los lazos de sangre, y sus consecuencias a largo plazo.<\/p>\n <\/p>\n En toda Eurasia y Oriente Pr\u00f3ximo, nuestros antepasados precristianos viv\u00edan en sociedades basadas en clanes. Adem\u00e1s de las fuentes que menciono en “Elogio del culto a los antepasados” sobre este tema, recomiendo el reciente libro de Guillaume Durocher, The Ancient Ethnostate: Biopolitical Thought in Classical Greece<\/em>. Su an\u00e1lisis de la antropolog\u00eda hom\u00e9rica muestra lo lejos que hemos llegado de ella:<\/p>\n “Entre la clase dirigente aristocr\u00e1tica de Homero, el parentesco es la base fundamental de la identidad y la solidaridad y, por tanto, de la acci\u00f3n personal y pol\u00edtica. Los extra\u00f1os son sin\u00f3nimo de incertidumbre y violencia potencial. El parentesco, en cambio, implica una semejanza heredada, un orgullo y un deber compartidos hacia el propio linaje. Entre parientes existe la posibilidad de seguridad. Esta seguridad, sin embargo, s\u00f3lo existe a trav\u00e9s de la fuerza del padre de familia, su autoridad dom\u00e9stica y su voluntad de usar la violencia contra extra\u00f1os hostiles. [Para Homero, la identidad y el prop\u00f3sito de la vida residen en el linaje. Uno act\u00faa por sus antepasados y sus descendientes”. [7]<\/p>\n Al igual que la sociedad griega, la romana se estructuraba en torno al clan patrilineal o gens. El parentesco era tambi\u00e9n el principio b\u00e1sico de organizaci\u00f3n entre germanos y brit\u00e1nicos. Todo el mundo indoeuropeo se basaba en amplias estructuras de parentesco. Aunque cada individuo era consciente de su propia individualidad (las teor\u00edas sobre el “descubrimiento del individuo” tienden a confundir la antropolog\u00eda con la literatura), el valor otorgado al individuo estaba subordinado al de la comunidad (lo contrario de lo que caracteriza a la modernidad).<\/p>\n El matrimonio era naturalmente la piedra angular del edificio social. Nunca se trataba de que dos personas “se casaran”, sino de que dos linajes establecieran un pacto de sangre casando a sus hijos, que pod\u00edan o no participar en la decisi\u00f3n.<\/p>\n En la Europa precristiana, el matrimonio dentro del clan era habitual, como medio de mantener la propiedad colectiva de la tierra de los antepasados, que estaban enterrados all\u00ed. Tambi\u00e9n se aceptaba el matrimonio con un miembro de la familia pol\u00edtica tras la muerte del c\u00f3nyuge, por la misma raz\u00f3n.<\/p>\n Aunque la monogamia era la norma en las sociedades romanas y germ\u00e1nicas, nada imped\u00eda el divorcio o las segundas esposas (concubinas), sobre todo en casos de infertilidad o para asegurarse un heredero var\u00f3n.<\/p>\n Una estrategia hereditaria alternativa era la adopci\u00f3n, normalmente siempre dentro del clan. Esto se ve\u00eda facilitado por la pr\u00e1ctica generalizada del fosterage<\/em>, es decir, el env\u00edo de los ni\u00f1os al cuidado de t\u00edos maternos o paternos hasta que alcanzaban la edad adulta (esto era particularmente com\u00fan en la sociedad brit\u00e1nica e irlandesa, como puede verse en las novelas bretonas).<\/p>\n Esta compleja interconexi\u00f3n de los vivos se organizaba en torno al eje vertical de la veneraci\u00f3n de los muertos, que un\u00eda religiosamente a las comunidades desde la familia hasta la ciudad o la naci\u00f3n, pasando por el nivel del clan [8]. Era tan esencial que dos clanes que deseaban formar una alianza a menudo ten\u00edan que inventarse un antepasado com\u00fan.<\/p>\n La curia romana prohibi\u00f3 todas esas pr\u00e1cticas y, al hacerlo, destruy\u00f3 la estructura tradicional de clanes de la sociedad europea. El antrop\u00f3logo e historiador Jack Goody document\u00f3 este ataque sistem\u00e1tico al parentesco en The Development of the Family and Marriage in Europe<\/em>, y m\u00e1s recientemente en The European Family: an historico-anthropological essay<\/em>. El profesor de Harvard Joseph Henrich se bas\u00f3 en su trabajo y en otros en The WEIRDest People in the World<\/em>.<\/p>\n <\/p>\n En su libro Le Chevalier, la Femme et le Pr\u00eatre. <\/em>Le mariage dans la France f\u00e9odale<\/em>, el historiador Georges Duby document\u00f3 c\u00f3mo la Iglesia occidental se hizo con el control de la instituci\u00f3n matrimonial desde la c\u00faspide hasta la base de la escala social. Esto comenz\u00f3 realmente en el siglo X: “En el norte de Francia, en el siglo IX, el matrimonio era uno de esos asuntos en los que los sacerdotes s\u00f3lo interven\u00edan remotamente. No se menciona la bendici\u00f3n nupcial en los textos, salvo en el caso de las reinas, y s\u00f3lo como parte del ritual de consagraci\u00f3n [9]. [9] El matrimonio no se instituy\u00f3 como sacramento hasta el Concilio de Verona en 1184.<\/p>\n Pero hac\u00eda tiempo que la Iglesia hab\u00eda empezado a legislar sobre el matrimonio, decidiendo qu\u00e9 uniones eran v\u00e1lidas y qu\u00e9 descendencia era leg\u00edtima. Al introducirse de este modo en el tejido de la vida dom\u00e9stica, la Iglesia adquir\u00eda un gran control sobre la estructura misma de la sociedad. Las nuevas normas inclu\u00edan lo siguiente:<\/p>\n – Se reduc\u00eda la autoridad de padres y parientes sobre el matrimonio de los j\u00f3venes. La Iglesia desaprob\u00f3 los matrimonios concertados y permiti\u00f3 que los c\u00f3nyuges se casaran sin la aprobaci\u00f3n de los padres.<\/p>\n – El divorcio y las segundas nupcias se hicieron casi imposibles, dejando sin herencia a los matrimonios est\u00e9riles. El matrimonio s\u00f3lo pod\u00eda contraerse por mutuo acuerdo, pero no pod\u00eda romperse por mutuo acuerdo.<\/p>\n – Se impon\u00eda la monogamia estricta y se condenaba la toma de segundas esposas o concubinas.<\/p>\n – El matrimonio entre parientes pol\u00edticos tras la muerte del c\u00f3nyuge, tan com\u00fan en Europa como en Oriente Pr\u00f3ximo, se declaraba incestuoso: en derecho can\u00f3nico, el hermano de tu marido pasaba a ser como tu hermano de verdad.<\/p>\n – El matrimonio con parientes espirituales (padrinos) tambi\u00e9n era tab\u00fa, fueran consangu\u00edneos o no.<\/p>\n – La adopci\u00f3n, ampliamente practicada en el mundo romano como estrategia sucesoria, estaba severamente restringida. El derecho can\u00f3nico vinculaba todas las formas de herencia directamente a la l\u00ednea geneal\u00f3gica de descendencia.<\/p>\n – Y lo que es m\u00e1s importante, se prohib\u00eda el matrimonio dentro de la familia, prohibici\u00f3n que se extendi\u00f3 gradualmente hasta el s\u00e9ptimo grado. Este tab\u00fa sobre los matrimonios entre personas que compart\u00edan uno o m\u00e1s de sus 128 tatarabuelos hac\u00eda pr\u00e1cticamente imposible el matrimonio en el propio pueblo, al menos en teor\u00eda. En la pr\u00e1ctica, tambi\u00e9n proporcionaba a la Iglesia un medio de presi\u00f3n sobre las familias aristocr\u00e1ticas.<\/p>\n – A ello se sum\u00f3 la condena de toda forma de veneraci\u00f3n de los antepasados, equiparada ahora con la nigromancia y el culto a los demonios. La memoria ritualizada de los antepasados, clave de la unidad espiritual de familias y clanes, fue reprimida m\u00e1s intensamente en Occidente bajo la influencia de Agust\u00edn, mientras que lograba sobrevivir hasta cierto punto en la ortodoxia oriental (sobre todo en la eslava serbia). Escrib\u00ed sobre ello en “Elogio del culto a los antepasados”.<\/p>\n La aplicaci\u00f3n gradual de estas leyes transform\u00f3 profundamente la sociedad. El noble objetivo era acabar con las identidades de clan, tribales y nacionales, para unir a todos los cristianos en una gran familia amorosa, desarraigando a cada persona del linaje seg\u00fan el pecado original e injert\u00e1ndola (naciendo de nuevo) en Cristo mediante el bautismo.<\/p>\n Pero tambi\u00e9n hab\u00eda un incentivo econ\u00f3mico. Como dijo Jack Goody: “Prohibir los matrimonios mixtos, impedir la adopci\u00f3n, condenar la poligamia, el concubinato, el divorcio y las segundas nupcias, es aumentar al cuarenta por ciento el n\u00famero de familias sin sucesores varones inmediatos”[10]. Con la creciente privatizaci\u00f3n de la propiedad, los testadores fueron libres de dar lo que quisieran a las instituciones clericales, y la enajenaci\u00f3n de bienes en beneficio de la Iglesia se vio enormemente facilitada. Desde el punto de vista jur\u00eddico, la Iglesia se erigi\u00f3 en legataria universal [11]. La estrategia era a veces expl\u00edcita:<\/p>\n “Salviano, obispo de Marsella en el siglo V, explica que todos los bienes materiales del hombre le vienen de Dios y que deben volver a Dios. Si bien era l\u00edcito hacer una excepci\u00f3n con los hijos propios, no ocurr\u00eda lo mismo con los herederos colaterales o ficticios. De hecho, se refiere a los hijos adoptivos como “hijos de perjurio” que roban a Dios (o a su Iglesia) lo que es suyo por derecho. Esta afirmaci\u00f3n explica claramente por qu\u00e9 debe prohibirse la adopci\u00f3n, en inter\u00e9s de la Iglesia y de la espiritualidad. La confrontaci\u00f3n con la pr\u00e1ctica del pasado es muy expl\u00edcita y tuvo una enorme influencia en el futuro; aunque posteriormente hubo algunas excepciones, la prohibici\u00f3n ha sido ampliamente respetada en toda la cristiandad a lo largo de los siglos”. [12]<\/p>\n Naturalmente, los ricos estaban especialmente necesitados de salvaci\u00f3n, pues para ellos es m\u00e1s dif\u00edcil entrar en el Cielo que para un camello pasar por el ojo de una aguja. Pod\u00edan resolver su problema donando sus riquezas a la Iglesia. No faltaban modelos. Consideremos el caso de San Paulino de Nole, un arist\u00f3crata romano que, en 394, decidi\u00f3 seguir el consejo de Jes\u00fas y acumular “tesoros en el cielo” para s\u00ed mismo, regalando toda su fortuna familiar. Pocos nobles siguieron el ejemplo de San Paulino en su totalidad. La mayor\u00eda prefiri\u00f3 seguir siendo rico toda su vida y desahogar su alma s\u00f3lo en el umbral de la muerte, pero no hasta el punto de desheredar a sus hijos. En su escritura de fundaci\u00f3n de la abad\u00eda de Cluny, Guillermo I, duque de Aquitania, declar\u00f3 que hab\u00eda actuado “para proveer a [su] salvaci\u00f3n” y “en beneficio de [su] alma”, porque “la providencia de Dios ha provisto as\u00ed a ciertos hombres ricos que, por medio de sus posesiones ef\u00edmeras, si las usan bien, pueden tal vez merecer recompensas eternas” [13].<\/p>\n As\u00ed, a trav\u00e9s del comercio de la salvaci\u00f3n, la Iglesia se convirti\u00f3 en el mayor terrateniente de Europa. “A finales del siglo XII”, escribe Robert Moore, “las iglesias pose\u00edan quiz\u00e1 un tercio de las tierras cultivadas en el norte de Francia, y probablemente cerca de la mitad en el sur de Francia e Italia” [14]. La propiedad de la Iglesia (en manos de instituciones clericales como obispados y monasterios) fue declarada inalienable: en el Concilio de Lyon de 1274, Gregorio IX prohibi\u00f3 la donaci\u00f3n, venta, intercambio y arrendamiento perpetuo (enfiteusis) de la propiedad de la Iglesia [15]. La inalienabilidad significa que la Iglesia es una persona jur\u00eddica que no est\u00e1 sujeta a la muerte (exactamente lo que los clanes intentaban ser antes de que la Iglesia declarara que s\u00f3lo los individuos y ella misma eran seres eternos).<\/p>\n La obligaci\u00f3n del celibato para todos los eclesi\u00e1sticos, art\u00edculo central de la reforma gregoriana, contribuy\u00f3 a hacer inalienables los bienes de la Iglesia, ya que los cl\u00e9rigos con familia ten\u00edan la desafortunada tendencia a transmitir a sus hijos los bienes a su cargo. Como explic\u00f3 el historiador Henry Charles Lea, “la forma m\u00e1s sencilla de evitar el peligro era liberar a los cl\u00e9rigos de la paternidad y, mediante la ruptura de todos los lazos familiares y de parentesco, vincularlos completamente y para siempre a la Iglesia y s\u00f3lo a ella.” [16]<\/p>\n En realidad, los papas y cardenales reformadores m\u00e1s celosos no fueron los m\u00e1s ejemplares. Lejos de desprenderse de los lazos familiares, hab\u00edan sustituido la simon\u00eda ocasional por el nepotismo institucional. Para la inmensa mayor\u00eda de las familias baroniales romanas, escriben Sandro Carocci y Marco Vendittelli, “el motor, el factor determinante de la grandeza familiar debe […] buscarse precisamente en el nepotismo de un pariente elegido para el Sacro Colegio, o para la dignidad pontificia”. Inocencio III y Bonifacio VIII construyeron de la nada las fortunas de las familias Conti y Caetani, al igual que los cardenales Boccamazza y Romani, que lograron elevar a rango baronal a sus familias, antes modestas”. [17]<\/p>\n <\/p>\n Me gustar\u00eda volver ahora al libro de Joseph Henrich, The WEIRDest People in the World (\u201cLa gente m\u00e1s rara del mundo\u00b0)<\/strong>, cuyo \u00e9xito es bien merecido. Contiene abundante material sobre los v\u00ednculos causales entre la historia religiosa, las estructuras de parentesco y la psicolog\u00eda. Henrich acu\u00f1\u00f3 el acr\u00f3nimo WEIRD para significar “Occidental, Educado, Industrializado, Rico y Democr\u00e1tico”, y al mismo tiempo para subrayar el hecho de que, a pesar de su tendencia a verse a s\u00ed mismos como la norma, los occidentales son la excepci\u00f3n (la gente \u201crara\u201d), situ\u00e1ndose, por as\u00ed decirlo, en un extremo de la escala holismo-individualismo:<\/p>\n “A diferencia de la mayor parte del mundo actual, y de la mayor\u00eda de las personas que han existido, los RAROS somos altamente individualistas, egoc\u00e9ntricos, orientados al control, inconformistas y anal\u00edticos. Nos centramos en nosotros mismos -nuestros atributos, logros y aspiraciones- m\u00e1s que en nuestras relaciones y roles sociales. Pretendemos ser “nosotros mismos” en todos los contextos y vemos las variaciones en el comportamiento de los dem\u00e1s como hipocres\u00eda y no como flexibilidad social. […] Nos vemos como seres \u00fanicos, no como nodos de una red social que abarca espacio y tiempo”. [18]<\/p>\n Nuestra psicolog\u00eda \u00fanica es producto de nuestra historia cultural \u00fanica. Investigaciones recientes demuestran que “no se puede separar la ‘cultura’ de la ‘psicolog\u00eda’, ni la ‘psicolog\u00eda’ de la ‘biolog\u00eda’, porque la cultura reconfigura f\u00edsicamente nuestros cerebros y moldea as\u00ed nuestra forma de pensar” [19] – no s\u00f3lo lo que pensamos, sino c\u00f3mo pensamos y sentimos sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Y ning\u00fan factor cultural tiene un efecto m\u00e1s profundo y persistente en nuestra psique colectiva que la estructura de los grupos de parentesco:<\/p>\n “Al integrar a los individuos en redes densas, interdependientes y hereditarias de v\u00ednculos sociales, las normas intensivas de parentesco regulan el comportamiento de las personas de forma sutil y poderosa. Estas normas motivan a los individuos a vigilarse a s\u00ed mismos y a los miembros de su propio grupo para asegurarse de que todos se mantienen en l\u00ednea. Tambi\u00e9n suelen otorgar a los mayores una gran autoridad sobre los miembros m\u00e1s j\u00f3venes. Navegar con \u00e9xito por este tipo de entornos sociales fomenta la conformidad con los compa\u00f1eros, la deferencia hacia las autoridades tradicionales, la sensibilidad a la verg\u00fcenza y una orientaci\u00f3n hacia lo colectivo (por ejemplo, el clan) en lugar de hacia uno mismo”. [20]<\/p>\n Henrich aporta pruebas mensurables de c\u00f3mo “el desmantelamiento por parte de la Iglesia del parentesco intensivo en la Europa medieval empuj\u00f3 involuntariamente a los europeos, y m\u00e1s tarde a las poblaciones de otros continentes, hacia una psicolog\u00eda m\u00e1s WEIRD”[21]. Los estudios realizados por el equipo de Henrich y otros demuestran la persistencia de esta causalidad: “Cuanto m\u00e1s tiempo ha estado expuesta una poblaci\u00f3n a la Iglesia occidental, m\u00e1s d\u00e9biles son sus familias y m\u00e1s WEIRD son hoy sus patrones psicol\u00f3gicos”[22]. El efecto m\u00e1s significativo es el paso de la “prosocialidad interpersonal” a la “prosocialidad impersonal”:<\/p>\n “La prosocialidad impersonal se refiere a los principios de justicia, imparcialidad, honestidad y cooperaci\u00f3n condicional en situaciones y contextos en los que las relaciones interpersonales y la pertenencia a un grupo se consideran innecesarias o irrelevantes. En mundos dominados por contextos impersonales, las personas dependen de mercados an\u00f3nimos, seguros, tribunales y otras instituciones impersonales en lugar de grandes redes de relaciones y v\u00ednculos personales. As\u00ed pues, los mercados impersonales pueden tener un doble efecto en nuestra psicolog\u00eda social. Reducen simult\u00e1neamente nuestra prosocialidad interpersonal dentro de nuestros grupos y aumentan nuestra prosocialidad impersonal con nuestro entorno y con los extra\u00f1os”. [23]<\/p>\n Parad\u00f3jicamente, el colapso de la hegemon\u00eda cat\u00f3lica en la era moderna aceler\u00f3 la transformaci\u00f3n mental de Europa hacia un mayor individualismo, realzando a\u00fan m\u00e1s el valor sagrado del individuo. El protestantismo ha potenciado nuestras tendencias individualistas, porque insiste en la vocaci\u00f3n \u00fanica de cada individuo. Los estudios confirman que “los protestantes se centran m\u00e1s que los cat\u00f3licos en los estados interiores, las creencias, los sentimientos y las disposiciones de las personas” [24].<\/p>\n Entre los factores que contribuyeron a la desintegraci\u00f3n del parentesco intensivo, Heinrich destaca la imposici\u00f3n por parte de la Iglesia de normas extremas de exogamia. En efecto,<\/p>\n “Alguien que buscara c\u00f3nyuge en el siglo XI te\u00f3ricamente tendr\u00eda que excluir por t\u00e9rmino medio a 2.730 primos [en sentido amplio] y potencialmente a 10.000 parientes en total como candidatos, incluyendo a los hijos, padres y c\u00f3nyuges supervivientes de todos esos parientes. En el mundo moderno, con ciudades pobladas por millones de habitantes, podr\u00edamos gestionar f\u00e1cilmente tales prohibiciones. Pero en el mundo medieval de granjas dispersas, aldeas \u00edntimas y pueblos peque\u00f1os, esas prohibiciones obligaban a la gente a buscar cristianos extra\u00f1os de otras comunidades, a menudo de grupos tribales o \u00e9tnicos diferentes. Sospecho que estos efectos se dejaron sentir con m\u00e1s fuerza en los estratos econ\u00f3micos medios, entre aquellos que ten\u00edan el suficiente \u00e9xito como para llamar la atenci\u00f3n de la Iglesia, pero no el suficiente poder como para utilizar el soborno u otras influencias para eludir las normas. As\u00ed, las prescripciones matrimoniales de la Iglesia probablemente disolvieron primero el parentesco intensivo de la clase media hacia fuera” [25].<\/p>\n Estudios comparativos demuestran que cada siglo de exposici\u00f3n a la Iglesia romana reduce la tasa de matrimonios entre primos (en sentido amplio) en casi un 60%, y seg\u00fan un estudio realizado en las provincias italianas en 1995, “cuanto menor es la prevalencia del matrimonio entre primos en una provincia, mayor es la tasa de donaciones voluntarias de sangre a desconocidos” (un fuerte indicador de prosocialidad impersonal) [26]. Otro estudio estad\u00edstico cognitivo demostr\u00f3 que, en los pa\u00edses donde la tasa de matrimonios entre primos es m\u00e1s alta, la gente muestra una forma de pensar m\u00e1s hol\u00edstica [27].<\/p>\n Es f\u00e1cil ver, por cierto, por qu\u00e9 las comunidades musulmanas son m\u00e1s hol\u00edsticas e interpersonales que las cristianas. El islam no s\u00f3lo pone m\u00e1s \u00e9nfasis en la comunidad que en la interioridad, sino que, como resume Thomas Glick en Islamic and Christian Spain in the Early Middle Ages<\/em>: “El islam proporcion\u00f3 un marco que legitim\u00f3 los valores tribales y les dio significado religioso; el cristianismo tendi\u00f3 a trabajar en la direcci\u00f3n opuesta”[28]. Hoy, todos los europeos pueden ver que las familias \u00e1rabo-musulmanas est\u00e1n estrechamente unidas por el principio geneal\u00f3gico y desprecian nuestros valores individualistas. Y todos pueden percibir la creciente confianza que muchos musulmanes de origen inmigrante obtienen de su s\u00f3lida cohesi\u00f3n familiar, en medio de nuestra licuefacci\u00f3n.<\/p>\n Joseph Henrich tiene el m\u00e9rito de cuestionar el etnocentrismo occidental y se\u00f1alar la “rareza” de nuestro sistema de valores. Pero aunque no expresa ninguna simpat\u00eda por la Iglesia cat\u00f3lica, es m\u00e1s bien positivo sobre el tipo de individualismo que ha producido inadvertidamente. No se detiene en su elevado coste, tanto para Occidente como, por contagio, para el resto del mundo. Al diluir la solidaridad de sangre, argumenta, la Iglesia ha creado necesidades y oportunidades para nuevas formas de solidaridad, cooperaci\u00f3n y asociaci\u00f3n: “La idea misma de que una persona pueda actuar libremente, independientemente de clanes, parentescos o linajes, para suscribir acuerdos (contratos) socialmente aislados, presupone un mundo inusualmente individualista de intercambios impersonales.” [29] As\u00ed surgieron las comunas, las corporaciones, los gremios y las universidades en el segundo milenio”. [30]<\/p>\n La relajaci\u00f3n de las lealtades familiares tambi\u00e9n condujo a nuevos conceptos de gobierno: “La gente empez\u00f3 a pensar en nociones de derechos individuales, libertades personales, el imperio de la ley y la protecci\u00f3n de la propiedad privada.” [31] Esto se resume en la Declaraci\u00f3n de Independencia estadounidense de 1776: “Sostenemos que estas verdades son evidentes por s\u00ed mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos Derechos inalienables; que entre \u00e9stos est\u00e1n la Vida, la Libertad y la b\u00fasqueda de la Felicidad.” Aqu\u00ed Henrich comenta acertadamente:<\/p>\n “Desde el punto de vista de la mayor\u00eda de las comunidades humanas, la idea de que cada persona tiene derechos o privilegios inherentes desconectados de sus relaciones sociales o de su patrimonio no es evidente en absoluto. Y desde un punto de vista cient\u00edfico, todav\u00eda no se ha detectado ning\u00fan ‘derecho’ en nuestro ADN ni en ninguna otra parte. Esta idea funciona porque apela a una psicolog\u00eda cultural particular”. [32]<\/p>\n Para decirlo m\u00e1s claramente, esta pura abstracci\u00f3n est\u00e1 totalmente desconectada de la realidad antropol\u00f3gica, y la psicolog\u00eda cultural particular que la apoya es peligrosamente delirante. Por no hablar de la colosal hipocres\u00eda que requiere escribir semejante profesi\u00f3n de fe mientras se priva a los amerindios de sus derechos naturales sobre sus tierras ancestrales y se importan esclavos africanos para facilitar la b\u00fasqueda de la felicidad del hombre blanco [33]. Estados Unidos se fund\u00f3 sobre una mentira que a\u00fan hoy le persigue.<\/p>\n No creo que podamos negar la creatividad casi sobrehumana que Occidente ha desarrollado gracias a su individualismo de inspiraci\u00f3n cristiana. Pero tambi\u00e9n debemos reconocer la extrema tensi\u00f3n que esto ha engendrado en el organismo social. El Weird West<\/em> puede compararse a un atleta o artista dopado que ahora tiene que pagar su \u00e9xito con su salud mental y f\u00edsica. Ahora empezamos a sentir los s\u00edntomas de abstinencia, y quiz\u00e1 incluso los da\u00f1os cerebrales irreversibles. Estamos atrapados en la realidad antropol\u00f3gica (tambi\u00e9n conocida como “naturaleza humana”). Hemos construido un mundo nuevo, pero ahora estamos descubriendo que nos ha deconstruido como seres humanos.<\/p>\n Pero, \u00bfes justo culpar al cristianismo de la fase terminal de nuestro individualismo? No. El cristianismo nunca foment\u00f3 la confusi\u00f3n entre hombres y mujeres, por ejemplo (aunque nunca explic\u00f3 la diferencia entre un alma masculina y otra femenina, lo que podr\u00eda haber sido \u00fatil). Nuestra enfermedad se debe en gran parte a los ataques de una \u00e9lite ajena y hostil, adoradora de un dios soci\u00f3pata. Soy consciente de ello: he escrito m\u00e1s sobre este tema que sobre cualquier otro. Pero precisamente por eso necesitamos nuestro sistema inmunitario. El sistema inmunitario natural de una sociedad sana nunca ha sido la “identidad racial”, sino la identidad geneal\u00f3gica, que tiene una dimensi\u00f3n vertical (linaje) y otra horizontal (parentesco). Y el cristianismo occidental, o m\u00e1s exactamente el papado medieval, es responsable de la destrucci\u00f3n de este sistema inmunitario, tanto vertical como horizontal, de forma deliberada y sistem\u00e1tica. Mil a\u00f1os de papismo y sus consecuencias han erosionado nuestro tejido social basado en las redes de parentesco y, por tanto, nos han hecho extremadamente vulnerables a la manipulaci\u00f3n y la dominaci\u00f3n por parte de una \u00e9lite intensa (pero secretamente) cl\u00e1nica y tribal. A menos que reflexionemos humildemente sobre el “terreno” del terru\u00f1o (y no s\u00f3lo sobre el pat\u00f3geno), seguiremos allanando el camino al infierno para nuestros hijos, en nombre de Jes\u00fas o de los derechos humanos.<\/p>\n Entonces, \u00bfqu\u00e9 podemos hacer? Soy mejor en la teor\u00eda que en la pr\u00e1ctica, y les dejo que reflexionen sobre la cuesti\u00f3n. Pero una cosa parece cierta: el matrimonio fue, es y ser\u00e1 siempre la piedra angular del edificio social. Es donde se forjan los lazos geneal\u00f3gicos.<\/p>\n Laurent Guyenot, 11 juin 2023<\/p>\n *<\/p>\n Original: https:\/\/reseauinternational.net\/de-leau-dans-le-sang-lorigine-medievale-de-lindividualisme-occidental\/<\/a><\/p>\n Traducido por MP para Red Internacional<\/a><\/p>\n Art\u00edculo relacionado: https:\/\/redinternacional.net\/2021\/04\/01\/el-alma-y-la-sangre-un-ensayo-de-metagenetica-por-laurent-guyenot\/<\/a><\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n [1] Christopher Coker, The Rise of the Civilizational State, Polity, 2019.<\/p>\n [2] Joseph Henrich, The WEIRDest People on the World: How the West Became Psychologically Peculiar and Particularly Prosperous, Farrar, Strauss and Giroux, 2020, p. 161.<\/p>\n [3] Alain de Benoist, Famille et soci\u00e9t\u00e9 : Origines, histoire, actualit\u00e9, Le Labyrinthe, 1996 ; David Brooks, “The Nuclear Family was a Mistake”, marzo de 2020, https:\/\/www.theatlantic.com\/magazin…<\/p>\n [4] Robert I. Moore, The First European Revolution, c. 970-1215, Basil Blackwell, 2000. Traducci\u00f3n al franc\u00e9s: Robert I. Moore, The First European Revolution, 10th-13th century, Seuil, 2001.<\/p>\n [5] Louis Dumont, “La gen\u00e8se chr\u00e9tienne de l’individualisme moderne, une vue modifi\u00e9e de nos origines”, Le D\u00e9bat, 15, septiembre-octubre de 1981, reimpreso en Essais sur l’individualisme. Une perspective anthropologique sur l’id\u00e9ologie moderne, Seuil, 1983, pp. 35-81, bajo el t\u00edtulo “De l’individu-hors-du-monde \u00e0 l’individu-dans-le-monde”.<\/p>\n [6] Michael Mitterauer y Reinhard Sieder, The European Family: Patriarchy to Partnership from the Middle Ages to the Present, University of Chicago Press, 1982, p. 29.<\/p>\n [7] Guillaume Durocher, The Ancient Ethnostate: Biopolitical Thought in Classical Greece, Kindle Direct publishing, 2021, p. 41.<\/p>\n [8] Numa-Denis Fustel de Coulanges, La Cit\u00e9 antique (1864), en remacle.org.<\/p>\n [9] Georges Duby, Le Chevalier, la Femme et le Pr\u00eatre. Le mariage dans la France f\u00e9odale, Hachette, 1981, p. 38.<\/p>\n [10] Jack Goody, The Evolution of the Family and Marriage in Europe, Armand Colin, 1985, p. 44.<\/p>\n [11] “How the Church Preempted the Marriage Market” en Robert Ekelund, Jr, Robert H\u00e9bart, Robert Tollison, Gary Anderson y Audrey Davidson, Sacred Trust: The Medieval Church as an Economic Firm, Oxford UP, 1996, pp. 85-112.<\/p>\n [12] Jack Goody, The European Family: an historico-anthropological essay, Blackwell, 2000, p. 35.<\/p>\n [13] https:\/\/media.bloomsbury.com\/rep\/fi…<\/p>\n [14] Moore, The First European Revolution, op. cit. p. 12.<\/p>\n [15] https:\/\/www.newadvent.org\/cathen\/12…<\/p>\n [16] Henry Charles Lea, An Historial Sketch of Sacerdotal Celibary in the Christian Church, 1867, pp. 64-65, citado en Goody, The Development of the Family and Marriage in Europe, op. cit. p. 81.<\/p>\n [17] Sandro Carocci y Marco Vendittelli, “Soci\u00e9t\u00e9 et \u00e9conomie”, en Andr\u00e9 Vauchez, ed, Rome au Moyen \u00c2ge, \u00c9ditions du Cerf, 2021, pp. 127-188 (p. 163).<\/p>\n [18] Henrich, The WEIRDest people in the World, op. cit. p. 21.<\/p>\n [19] Henrich, The Weirdest People in the World, op. cit, p. 16.<\/p>\n [20] Ibid, p. 198.<\/p>\n [21] Ibid, p. 193.<\/p>\n [22] Ibid, p. 252.<\/p>\n [23] Ibid, p. 299.<\/p>\n [24] Ibid, p. 420.<\/p>\n [25] Ibid, p. 179.<\/p>\n [26] Ibid, pp. 226, 240.<\/p>\n [27] Ibid, p. 222.<\/p>\n [28] Thomas Glick, Islamic and Christian Spain in the Early Middle Ages, Princeton UP, 1979, pp. 141-142.<\/p>\n [29] Joseph Henrich, The Weirdest People in the World, op. cit, p. 427.<\/p>\n [30] Ibid, p. 355.<\/p>\n [31] Ibid, p. 320.<\/p>\n [32] Ibid, p. 400.<\/p>\n [33] Tomo prestada esta observaci\u00f3n de Emmanuel Todd: “El valor de la igualdad fue dado a Estados Unidos por el racismo, es decir que la existencia de indios o de esclavos negros permiti\u00f3 definir la igualdad de los blancos” (conferencia en el Di\u00e1logo franco-ruso del 14 de octubre de 2021, “L’amour vache des \u00c9tats-Unis”, a los 30 minutos en https:\/\/www.youtube.com\/watch?v=DgC…<\/a>).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" En “El origen medieval de la desuni\u00f3n europea”, defiendo la idea de que el papado medieval fue el responsable de que Europa no lograra la unidad pol\u00edtica bajo la soberan\u00eda del Imperio Romano Germ\u00e1nico en el periodo medieval. No he negado que la “ausencia duradera de un imperio hegem\u00f3nico” y...<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":11189,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1376,2689,1385,1366],"tags":[],"class_list":["post-11188","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-analisis","category-guyenot-laurent","category-religion-etica-filosofia-cultura","category-all"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11188","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11188"}],"version-history":[{"count":6,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11188\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":11201,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11188\/revisions\/11201"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media\/11189"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11188"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11188"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11188"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}Estructuras de parentesco en la Europa precristiana<\/strong><\/h4>\n
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Notas<\/h4>\n