{"id":11158,"date":"2023-06-03T16:49:49","date_gmt":"2023-06-03T16:49:49","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=11158"},"modified":"2023-06-04T16:58:55","modified_gmt":"2023-06-04T16:58:55","slug":"joseph-p-kennedy-el-pacificador-maldito-por-laurent-guyenot","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2023\/06\/03\/joseph-p-kennedy-el-pacificador-maldito-por-laurent-guyenot\/","title":{"rendered":"Joseph P. Kennedy, el pacificador maldito – por Laurent Guy\u00e9not"},"content":{"rendered":"

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No puede haber una comprensi\u00f3n completa de John Kennedy sin una cierta comprensi\u00f3n de su padre, Joseph Patrick Kennedy, porque de ah\u00ed es de donde vino, no s\u00f3lo a sus propios ojos y a los de sus amigos, sino tambi\u00e9n a los ojos de sus enemigos. Lo mismo es cierto para su hermano Robert, por supuesto.<\/p>\n

He enfatizado antes que, aunque muy diferentes en car\u00e1cter, John y Robert Kennedy pueden ser vistos, desde el punto de vista de su significado hist\u00f3rico, como una persona asesinada dos veces. Pero deber\u00eda enfatizarse que su unidad estaba basada en su piedad filial. Aprend\u00ed de la biograf\u00eda de David Nasaw, The Patriarch: The Remarkable Life and Turbulent Times of Joseph P. Kennedy<\/em> (2012), que fue su padre Joe quien insisti\u00f3 en que Jack nombrara a Bobby fiscal general, porque \u00abJack necesitaba a alguien en el gabinete en quien tuviera total y absoluta confianza\u00bb. A Robert no le gustaba la idea, argumentando que \u00abel nepotismo era un problema\u00bb, y John era reacio a presionar a Bobby.<\/p>\n

Decidi\u00f3 ofrecer a Bobby el puesto de n\u00famero dos en el Departamento de Defensa y pidi\u00f3 a Clark Clifford, que dirig\u00eda su equipo de transici\u00f3n, que fuera a Nueva York para explicar a [Joe] Kennedy, que hab\u00eda volado hasta all\u00ed tras visitar a Jackie y a su nuevo nieto en el hospital, por qu\u00e9 Bobby no deb\u00eda ser nombrado fiscal general. Clifford acept\u00f3, aunque le pareci\u00f3 bastante extra\u00f1o que el presidente electo hubiera pedido <\/em>\u00aba un tercero que intentara hablar con su padre sobre su hermano<\/em>\u00bb. Clifford se reuni\u00f3 con Kennedy en el apartamento de Kennedy y present\u00f3 su cuidadosamente ensayado caso contra el nombramiento. <\/em>\u00abEstaba satisfecho con mi presentaci\u00f3n; fue, pens\u00e9, persuasiva. Cuando termin\u00e9, Kennedy dijo, ‘Muchas gracias, Clark. Estoy muy contento de haber escuchado tus puntos de vista<\/em>\u00bb. Luego, haciendo una pausa, dijo: <\/em>\u00abSin embargo, quiero dejarle con una idea, una idea firme<\/em>\u00bb. Hizo otra pausa y me mir\u00f3 directamente a los ojos. <\/em>\u00abBobby va a ser Fiscal General. Todos nos hemos dejado la piel por Jack, y ahora que lo hemos conseguido, voy a asegurarme de que Bobby tenga la misma oportunidad que le dimos a Jack’. Siempre<\/em>\u00bb, recordar\u00eda Clifford a\u00f1os despu\u00e9s, <\/em>\u00abrecordar\u00e9 el tono intenso pero objetivo con el que hab\u00eda hablado: no hab\u00eda rencor, ni ira, ni desaf\u00edo<\/em>\u00bb. El padre hab\u00eda hablado, y sus hijos, al menos en esta cuesti\u00f3n, deb\u00edan obedecer<\/em>[1]<\/a>.<\/p>\n

Aunque no hay ninguna declaraci\u00f3n registrada a tal efecto, Joe probablemente imagin\u00f3 que Robert podr\u00eda suceder a Jack como presidente en 1968. Y es f\u00e1cil imaginar que, si John hubiera sobrevivido y hubiera sido reelegido en 1964, Robert, con el apoyo de John y bajo su vigilancia, podr\u00eda haber heredado la Casa Blanca. Podemos reflexionar sobre c\u00f3mo ser\u00eda el mundo hoy si hubiera habido Kennedys en la Casa Blanca hasta 1976.<\/p>\n

John y Robert ten\u00edan en com\u00fan el horror a la guerra moderna, y ese fue tambi\u00e9n el legado de su padre. John fue un aut\u00e9ntico h\u00e9roe de guerra condecorado con la Medalla de la Marina y de los Marines por \u00abconducta extremadamente heroica\u00bb. Sin embargo, el D\u00eda de la Victoria en Europa, el 8 de mayo de 1945, siendo un joven periodista que cubr\u00eda la conferencia fundacional de las Naciones Unidas en San Francisco, escribi\u00f3 en el Herald-American: \u00abCualquier hombre que haya arriesgado su vida por su pa\u00eds y haya visto morir a sus amigos a su alrededor debe preguntarse inevitablemente por qu\u00e9 le ha ocurrido esto y, lo que es m\u00e1s importante, de qu\u00e9 le servir\u00e1… no es sorprendente que cuestionen el valor de su sacrificio y se sientan algo traicionados\u00bb[2]<\/a>. Al anunciar su candidatura al Congreso el 22 de abril de 1946, JFK declar\u00f3: \u00abPor encima de todo, d\u00eda y noche, con cada gramo de ingenio e industria que poseamos, debemos trabajar por la paz. No debemos tener otra guerra\u00bb[3]<\/a>. Hugh Sidey, uno de sus amigos periodistas, escribi\u00f3 sobre \u00e9l: \u00abSi tuviera que destacar un elemento en la vida de Kennedy que m\u00e1s que cualquier otra cosa influy\u00f3 en su posterior liderazgo, ser\u00eda el horror a la guerra, una repulsi\u00f3n total por el terrible peaje que la guerra moderna hab\u00eda cobrado en individuos, naciones y sociedades, y las perspectivas a\u00fan peores en la era nuclear… Era incluso m\u00e1s profundo que su considerable ret\u00f3rica p\u00fablica sobre el tema\u00bb[4]<\/a>. John dijo una vez a su amigo Ben Bradlee que cre\u00eda que \u00abla funci\u00f3n principal del presidente de Estados Unidos [era] mantener al pa\u00eds fuera de la guerra\u00bb[5]<\/a>.<\/p>\n

Esa era la convicci\u00f3n que hab\u00eda guiado a su padre durante toda su vida pol\u00edtica en el gobierno de Franklin Roosevelt, hasta su dimisi\u00f3n en diciembre de 1940. Como embajador de EE.UU. en Londres, Joe Kennedy apoy\u00f3 incondicionalmente la pol\u00edtica de \u00abapaciguamiento\u00bb de Neville Chamberlain en 1938-39. Quer\u00eda la paz con tanta pasi\u00f3n como Churchill quer\u00eda la guerra. \u00abEstoy a favor de la paz, rezo, espero y trabajo por la paz\u00bb, declar\u00f3 Joe a su primer regreso de Londres a EE.UU. en diciembre de 1938[6]<\/a>. Por ello, acab\u00f3 en el lado equivocado de la historia, que Churchill se encarg\u00f3 de escribir \u00e9l mismo.<\/p>\n

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La mancha del apaciguamiento<\/strong><\/h4>\n

Al igual que su padre, el presidente Kennedy fue un decidido pacificador, y aquellos en el Pent\u00e1gono que quer\u00edan empujar a EE.UU. a una tercera guerra mundial intentaron desestabilizarlo con insinuaciones de que era un apaciguador como su padre. El 19 de octubre de 1962, en plena crisis de los misiles cubanos, cuando Kennedy decidi\u00f3 bloquear los env\u00edos sovi\u00e9ticos en lugar de bombardear e invadir Cuba, el general Curtis LeMay le dijo desde\u00f1osamente: \u00abEsto es casi tan malo como el apaciguamiento de Munich… Simplemente no veo ninguna otra soluci\u00f3n excepto la intervenci\u00f3n militar directa en este momento\u00bb[7]<\/a>.<\/p>\n

La mancha del historial de su padre como seguidor de Hitler hab\u00eda perseguido a John como una sombra. Aunque la prensa no lo hab\u00eda publicado, no era ning\u00fan secreto en el Pent\u00e1gono y en la CIA que el ej\u00e9rcito estadounidense hab\u00eda descubierto en 1946, en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Berl\u00edn, informes sobre las reuniones de Joe con el embajador alem\u00e1n von Ribbentrop y su sucesor von Dirksen, que dec\u00edan que Joe era el \u00abmejor amigo\u00bb de Alemania en Londres y que \u00abentend\u00eda perfectamente nuestra pol\u00edtica jud\u00eda\u00bb[8]<\/a>.<\/p>\n

En un debate conjunto durante la convenci\u00f3n dem\u00f3crata de 1960, Johnson hab\u00eda atacado a John por ser hijo de un \u00abhombre paraguas de Chamberlain\u00bb que \u00abpensaba que Hitler ten\u00eda raz\u00f3n\u00bb[9]<\/a>. Durante la campa\u00f1a presidencial de Kennedy, la prensa israel\u00ed se preocup\u00f3 de que el padre de Kennedy \u00abnunca am\u00f3 a los jud\u00edos y, por tanto, cabe preguntarse si el padre no inyect\u00f3 algunas gotas venenosas de antisemitismo en las mentes de sus hijos, incluida la de su hijo John\u00bb[10]<\/a>. Abraham Feinberg recuerda que cuando invit\u00f3 a Kennedy a su departamento para discutir el financiamiento de su campa\u00f1a con \u00abtodos los jud\u00edos l\u00edderes\u00bb, uno de ellos marc\u00f3 la pauta con este comentario: \u00abJack, todo el mundo conoce la reputaci\u00f3n de tu padre en relaci\u00f3n con los jud\u00edos y Hitler. Y todo el mundo sabe que la manzana no cae lejos del \u00e1rbol\u00bb. Kennedy volvi\u00f3 indignado de esa reuni\u00f3n (pero con la promesa de 500.000 d\u00f3lares)[11]<\/a>. Cuando se reuni\u00f3 con el nuevo presidente el 30 de mayo de 1961 en Nueva York, Ben-Gurion no pudo evitar ver en \u00e9l al hijo de un adulador de Hitler. Feinberg (que organiz\u00f3 la reuni\u00f3n) recuerda que \u00abBen-Gurion pod\u00eda ser despiadado, y ten\u00eda tal odio hacia el viejo [Joe Kennedy]\u00bb[12]<\/a>.<\/p>\n

\u00bfEs la mala reputaci\u00f3n de Joe entre los jud\u00edos relevante para el asesinato de sus dos hijos? Muchos autores jud\u00edos creen que s\u00ed. En su libro La maldici\u00f3n Kennedy<\/em>, que pretende explicar \u00abpor qu\u00e9 la tragedia ha perseguido a la primera familia de Estados Unidos durante 150 a\u00f1os\u00bb, Edward Klein relaciona la \u00abmaldici\u00f3n Kennedy\u00bb con el antisemitismo de Joe, citando una historia \u00abcontada en c\u00edrculos jud\u00edos m\u00edsticos\u00bb (quiz\u00e1 inventada por Klein) seg\u00fan la cual, en \u00abrepresalia\u00bb a alg\u00fan comentario que Joe hizo a \u00abIsrael Jacobson, un pobre rabino Lubavitcher y seis de sus estudiantes de yeshiva, que hu\u00edan de los nazis\u00bb, \u00abel rabino Jacobson lanz\u00f3 una maldici\u00f3n sobre Kennedy, conden\u00e1ndolo a \u00e9l y a toda su descendencia masculina a tr\u00e1gicos destinos\u00bb[13]<\/a>. Ronald Kessler, por su parte, escribi\u00f3 un libro titulado, Los Pecados del Padre,<\/em> una no tan sutil alusi\u00f3n a \u00c9xodo 20:5: \u00abYo, Yahv\u00e9, soy un Dios celoso, que castigo a los hijos por el pecado de los padres hasta la tercera y cuarta generaci\u00f3n de los que me odian\u00bb. Naturalmente, para Kessler, el peor pecado de Joe Kennedy fue que \u00abera un antisemita documentado y un apaciguador de Adolf Hitler\u00bb que \u00abadmiraba a los nazis\u00bb[14]<\/a>.<\/p>\n

La \u00abmaldici\u00f3n Kennedy\u00bb lleg\u00f3 a la tercera generaci\u00f3n y posiblemente a la cuarta, cuando el \u00fanico hijo de John muri\u00f3 en un sospechoso accidente a\u00e9reo el 16 de julio de 1999, con su mujer, posiblemente embarazada. Cinco d\u00edas despu\u00e9s, John Podhoretz, hijo de la eminencia neoconservadora Norman Podhoretz, public\u00f3 en el New York Post<\/em> un art\u00edculo de opini\u00f3n titulado \u00abUna conversaci\u00f3n en el infierno<\/a>\u00bb en el que imaginaba a Sat\u00e1n hablando con Joe Kennedy en el infierno. El diablo se regocija con la idea de torturar eternamente a Joe por \u00abdecir todas esas cosas buenas sobre Hitler\u00bb, y se jacta de haber causado la muerte de su nieto porque, dice: \u00abCuando hago un trato por un alma como la tuya, necesito sazonarla antes de estar listo para meterla en el horno infernal\u00bb. Esta odiosa fantas\u00eda, que recuerda a la representaci\u00f3n que hace el Talmud de Jes\u00fas en el Infierno, ilustra el odio devorador de algunos intelectuales jud\u00edos hacia los Kennedy, y la ra\u00edz de ese odio en el esfuerzo de Joe Kennedy por evitar la Segunda Guerra Mundial[15]<\/a>.<\/p>\n

Curiosamente, el diablo de Podhoretz (\u00bfo es Yahv\u00e9?) acusa a Kennedy de haber hecho \u00abtodo lo que pudiste para impedir la emigraci\u00f3n jud\u00eda de la Alemania nazi. Miles de jud\u00edos murieron por tu culpa\u00bb. La verdad es exactamente lo contrario. En 1938, el \u00abPlan Kennedy\u00bb, como lo llam\u00f3 la prensa, consist\u00eda en rescatar a los jud\u00edos alemanes. Como el gobierno de EE.UU. se negaba a abrir sus fronteras a los refugiados jud\u00edos, y como Gran Breta\u00f1a limitaba estrictamente la inmigraci\u00f3n jud\u00eda a Palestina, Joe instaba al gobierno brit\u00e1nico a abrir sus colonias africanas para el reasentamiento temporal. \u00abPara facilitar el proceso de reasentamiento\u00bb, escribe Nasaw, \u00abKennedy se ofreci\u00f3 voluntariamente a Halifax que \u00e9l ‘pensaba que fuentes privadas en Am\u00e9rica bien podr\u00edan contribuir con $100 o $200 millones si cualquier gran esquema de asentamiento de tierras pudiera ser propuesto.’\u00bb[16]<\/a> El plan fue presentado a Chamberlain pocos d\u00edas despu\u00e9s de la Noche de los Cristales (9-10 de noviembre de 1938), y cont\u00f3 con el apoyo del financiero jud\u00edo Bernard Baruch. Pero enfureci\u00f3 a los sionistas, que no quer\u00edan o\u00edr hablar de ninguna emigraci\u00f3n jud\u00eda excepto a Palestina, porque, dijo Ben-Gurion, \u00abpondr\u00eda en peligro la existencia del sionismo\u00bb[17]<\/a>. Por eso, hoy en d\u00eda, el \u00abPlan Kennedy\u00bb es vilipendiado como una especie de \u00absoluci\u00f3n final a la cuesti\u00f3n jud\u00eda\u00bb, y una prueba m\u00e1s de que Joe era el enemigo mortal de Israel[18]<\/a>.<\/p>\n

Si el odio jud\u00edo hacia Joe Kennedy todav\u00eda pod\u00eda inspirar la desagradable columna de Podhoretz en 1999, imag\u00ednese lo profundo que era en los a\u00f1os sesenta. En el momento \u00e1lgido de su enfrentamiento con JFK por Dimona, el 25 de abril de 1963, Ben-Gurion le escribi\u00f3 una carta de siete p\u00e1ginas explic\u00e1ndole que su pueblo estaba amenazado de exterminio por una Federaci\u00f3n \u00c1rabe reci\u00e9n formada, igual que cuando \u00abseis millones de jud\u00edos en todos los pa\u00edses bajo ocupaci\u00f3n nazi (excepto Bulgaria), hombres y mujeres, viejos y j\u00f3venes, ni\u00f1os y beb\u00e9s, fueron quemados, estrangulados, enterrados vivos\u00bb. \u00abImbuido de las lecciones del Holocausto\u00bb, comenta Avner Cohen, \u00abBen Gurion estaba consumido por el temor por la seguridad de Israel\u00bb[19]<\/a>. Estaba enfurecido por lo que consideraba la evidente falta de preocupaci\u00f3n de Kennedy por la seguridad de su pueblo, y en ese momento, debi\u00f3 decidir que Kennedy era realmente el hijo de su padre, un moderno Am\u00e1n.<\/p>\n

Antes de llegar a la principal prueba de una relaci\u00f3n directa entre la pol\u00edtica de apaciguamiento de Joe Kennedy y el asesinato de John Kennedy, hagamos un repaso de la carrera p\u00fablica de Joe, usando principalmente la biograf\u00eda de David Nasaw y en Kennedy and Roosevelt: The Uneasy Alliance<\/em> (1979) de Michael Beschloss.<\/p>\n

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El embajador <\/strong><\/h4>\n

Joe Kennedy entr\u00f3 en la pol\u00edtica nacional como partidario de Roosevelt en su primera campa\u00f1a presidencial en 1932. En julio de 1934, Roosevelt le pidi\u00f3 que presidiera la reci\u00e9n creada Comisi\u00f3n de Valores y Bolsa, encargada de llevar el New Deal a Wall Street regulando y disciplinando el mercado burs\u00e1til. Kennedy anunci\u00f3: \u00ablos d\u00edas de la manipulaci\u00f3n burs\u00e1til han terminado. Las cosas que parec\u00edan estar bien hace unos a\u00f1os no tienen cabida en nuestra filosof\u00eda actual\u00bb. Seg\u00fan Beschloss, Kennedy \u00abse gan\u00f3 elogios casi universales por sus dotes de vendedor, su perspicacia pol\u00edtica y su habilidad para moderar a los bandos en conflicto, lo que foment\u00f3 la inversi\u00f3n de capital y la recuperaci\u00f3n econ\u00f3mica\u00bb. \u00abPocos estaban m\u00e1s impresionados por los logros de Kennedy que el hombre que lo contrat\u00f3\u00bb, y \u00abJoseph Kennedy se convirti\u00f3 cada vez m\u00e1s en una figura familiar en la Casa Blanca\u00bb[20]<\/a>.<\/p>\n

En 1936, Joe apoy\u00f3 la segunda campa\u00f1a de Roosevelt con un libro titulado I’m for Roosevelt (escrito en su mayor parte por Arthur Krock). Esperaba ser nombrado Secretario del Tesoro, pero Henry Morgenthau Jr. tambi\u00e9n quer\u00eda el puesto, y lo consigui\u00f3. En su lugar, Roosevelt nombr\u00f3 a Joe presidente de la Comisi\u00f3n Mar\u00edtima, y un a\u00f1o m\u00e1s tarde le nombr\u00f3 embajador en Londres. Como la guerra se cern\u00eda sobre Europa, se trataba de un puesto importante, y Joe lo hizo a\u00fan m\u00e1s importante al sobrepasar a menudo las instrucciones de su Secretario de Estado Cordell Hull.<\/p>\n

Apoy\u00f3 la postura de Chamberlain de que la integridad territorial de Checoslovaquia no merec\u00eda una guerra, declarando el 2 de septiembre de 1938: \u00abPor mi vida que no veo nada en juego por lo que pueda remotamente considerarse que merezca la pena derramar sangre\u00bb, declaraci\u00f3n por la que fue reprendido por Hull y Roosevelt[21]<\/a>. El 19 de octubre, Joe comenz\u00f3 otro discurso enumerando en broma los temas de los que hab\u00eda decidido no hablar, entre ellos \u00abuna teor\u00eda m\u00eda seg\u00fan la cual es improductivo que tanto los pa\u00edses democr\u00e1ticos como los dictatoriales ampl\u00eden la divisi\u00f3n que ahora existe entre ellos haciendo hincapi\u00e9 en sus diferencias, que son evidentes por s\u00ed mismas\u00bb[22]<\/a>. Hull dio una conferencia de prensa a la ma\u00f1ana siguiente para aclarar que Kennedy hab\u00eda estado hablando por s\u00ed mismo, no por el gobierno, y Roosevelt dio su propia muestra de beligerancia: \u00abNo puede haber paz si la pol\u00edtica nacional adopta como instrumento deliberado la amenaza de guerra\u00bb[23]<\/a>.<\/p>\n

Mientras tanto, sin informar a Hull, Kennedy hab\u00eda convocado a Charles Lindbergh a Londres y le pidi\u00f3 que escribiera una carta, para ser enviada a Washington y a Whitehall, resumiendo su opini\u00f3n sobre la fuerza de la Luftwaffe. Lindbergh acababa de visitar los aer\u00f3dromos alemanes (y Goering le hab\u00eda entregado la Cruz de Servicio del \u00c1guila Alemana), y concluy\u00f3 que la Luftwaffe ser\u00eda inexpugnable en una guerra del cielo. Kennedy organiz\u00f3 entonces una reuni\u00f3n entre Lindbergh y un funcionario del Ministerio del Aire brit\u00e1nico[24]<\/a>.<\/p>\n

En el mismo per\u00edodo, Joe hizo planes para reunirse en Par\u00eds con el Dr. Helmuth Wohlthat, el principal asesor econ\u00f3mico de Goering, con quien hab\u00eda hecho contacto a trav\u00e9s de James Mooney, el presidente de General Motors Overseas. Como explica Nasaw, \u00abKennedy estaba en efecto sentando las bases para una nueva estrategia de apaciguamiento, una que comprar\u00eda a Hitler proporcion\u00e1ndole los medios para convertir su econom\u00eda de guerra en una econom\u00eda de paz\u00bb[25]<\/a>. Hull le prohibi\u00f3 ir a Par\u00eds, as\u00ed que Joe se reuni\u00f3 con Wohlthat en Londres sin informar a Hull.<\/p>\n

El 23 de agosto de 1939, una semana antes de que Hitler invadiera Polonia, Kennedy inst\u00f3 a Roosevelt, en vano, a presionar al gobierno polaco para que cediera territorio a Alemania[26]<\/a>. Tras la invasi\u00f3n de Hitler, Kennedy, como Chamberlain, estaba desconsolado: \u00abEs el fin del mundo… el fin de todo\u00bb, le dijo a Roosevelt por tel\u00e9fono[27]<\/a>. Pero una semana despu\u00e9s, segu\u00eda inst\u00e1ndole a salvar la paz, escribi\u00e9ndole: \u00abMe parece que esta situaci\u00f3n puede cristalizar hasta un punto en que el Presidente pueda ser el salvador del mundo. El gobierno brit\u00e1nico como tal ciertamente no puede aceptar ning\u00fan acuerdo con Hitler, pero puede haber un punto en el que el propio Presidente pueda elaborar planes para la paz mundial\u00bb[28]<\/a>. Obtuvo su respuesta de Hull: \u00abEl pueblo de los Estados Unidos no apoyar\u00eda ning\u00fan movimiento por la paz iniciado por este Gobierno que consolidara o hiciera posible la supervivencia de un r\u00e9gimen de fuerza y de agresi\u00f3n\u00bb.<\/p>\n

Simult\u00e1neamente, Roosevelt iniciaba contactos directos con Churchill, ahora Primer Lord del Almirantazgo y pronto Primer Ministro. De las cartas de Roosevelt, Churchill obtuvo suficiente confianza en que Estados Unidos acabar\u00eda uni\u00e9ndose a la guerra si \u00e9sta estallaba, y apost\u00f3 todo por ello. Joe se enfureci\u00f3 al enterarse de este canal de comunicaci\u00f3n tan irregular, en un momento en que el Presidente estaba obligado por las leyes de neutralidad y el pueblo estadounidense se opon\u00eda abrumadoramente a la participaci\u00f3n de Estados Unidos. A Joe le angustiaba especialmente la confianza de Roosevelt en Churchill, a quien Joe consideraba \u00abun actor y un pol\u00edtico\u00bb. \u00abSiempre me impresion\u00f3 que volara la embajada estadounidense y dijera que hab\u00edan sido los alemanes con tal de que Estados Unidos entrara\u00bb[29]<\/a>. A principios de diciembre de 1939, Kennedy confi\u00f3 a Jay Pierrepont Moffat del Departamento de Estado que Churchill \u00abes despiadado e intrigante. Tambi\u00e9n est\u00e1 en contacto con grupos en Am\u00e9rica que tienen la misma idea, en particular, ciertos fuertes l\u00edderes jud\u00edos\u00bb[30]<\/a>.<\/p>\n

Tras la derrota de Francia, Kennedy vio una nueva oportunidad para la paz. Telegrafi\u00f3 a Washington el 27 de mayo de 1940, recomendando que el Presidente presionara a Gran Breta\u00f1a y Francia para negociar el fin de la crisis, como Lord Halifax, todav\u00eda Secretario de Asuntos Exteriores, estaba proponiendo. \u00abSospecho que los alemanes estar\u00edan dispuestos a hacer la paz con franceses y brit\u00e1nicos ahora, por supuesto en sus propios t\u00e9rminos, pero en t\u00e9rminos que ser\u00edan mucho mejores de lo que ser\u00edan si la guerra contin\u00faa\u00bb[31]<\/a>.<\/p>\n

Aunque era consciente de que Roosevelt le ignoraba, Joe permaneci\u00f3 en su puesto hasta octubre de 1940. Antes de marcharse, escribi\u00f3 una nota a Chamberlain, entonces un hombre destrozado y moribundo: \u00abPara m\u00ed, haberle sido \u00fatil en su lucha es la verdadera \u00e9poca que merece la pena en mi carrera. Usted se ha retirado, pero cr\u00e9ame que el mundo ver\u00e1 que su lucha nunca fue en vano. A partir de ahora, mi trabajo consistir\u00e1 en hablar al mundo de sus esperanzas. Ahora y para siempre, tu devoto amigo, Joe Kennedy\u00bb[32]<\/a>. Joe Kennedy segu\u00eda siendo un apaciguador convencido, decidido a dar a la paz todas las oportunidades.<\/p>\n

David Irving menciona que, antes de embarcar en un barco de Lisboa a Nueva York, Kennedy \u00absuplic\u00f3 al Departamento de Estado que anunciara que, incluso si este barco volaba misteriosamente en medio del Atl\u00e1ntico con un embajador americano a bordo, Washington no lo considerar\u00eda una causa para la guerra. ‘Pens\u00e9’, escribi\u00f3 Kennedy en sus escabrosas memorias in\u00e9ditas, ‘que eso me dar\u00eda cierta protecci\u00f3n contra Churchill colocando una bomba en el barco\u2019\u00bb[33]<\/a>.<\/p>\n

Kennedy lleg\u00f3 a Nueva York el 27 de octubre, una semana antes del d\u00eda de las elecciones. Sab\u00eda lo suficiente de los contactos secretos de Roosevelt con Churchill como para poner en peligro su reelecci\u00f3n. Estaba considerando seriamente hablar con la prensa. En un telegrama a su amante y admiradora Clare Booth Luce, prometi\u00f3 un bombazo que \u00abpondr\u00eda a veinticinco millones de votantes cat\u00f3licos detr\u00e1s de [el candidato republicano] Wendell Willkie para echar a Roosevelt\u00bb[34]<\/a>.<\/p>\n

Pero Joe ten\u00eda un fuerte sentido de la lealtad, y su esposa le record\u00f3 una verdad pol\u00edtica instintiva para ambos: \u00abEl Presidente le envi\u00f3 a usted, un cat\u00f3lico romano, como Embajador en Londres, lo que probablemente ning\u00fan otro Presidente habr\u00eda hecho… Si dimitiera ahora, muchos le considerar\u00edan un ingrato\u00bb[35]<\/a>.<\/p>\n

Tras una larga conversaci\u00f3n con Roosevelt el d\u00eda de su llegada, de la que no ha trascendido nada, Kennedy dio un discurso radiof\u00f3nico por la CBS el 29 de octubre para respaldar a Roosevelt, pero no sin reafirmar su \u00abconvicci\u00f3n de que este pa\u00eds debe mantenerse y se mantendr\u00e1 fuera de la guerra\u00bb. Unos d\u00edas despu\u00e9s, con Joe Kennedy a su lado, Roosevelt hizo su propia promesa: \u00abHe dicho esto antes, pero lo dir\u00e9 una y otra y otra vez: Sus muchachos no ser\u00e1n enviados a ninguna guerra extranjera\u00bb[36]<\/a>. Roosevelt fue elegido. El 1 de diciembre de 1940, Kennedy entreg\u00f3 su carta de renuncia, y dijo a los periodistas: \u00abMi plan es… dedicar mis esfuerzos a lo que me parece ser la mayor causa en el mundo de hoy… Esa causa es ayudar al Presidente a mantener a Estados Unidos fuera de la guerra\u00bb[37]<\/a>.<\/p>\n

El 17 de diciembre, Roosevelt revel\u00f3 en una conferencia de prensa sus planes de proporcionar miles de millones de d\u00f3lares en suministros de guerra a Gran Breta\u00f1a en forma de Lend-Lease (finalmente, Estados Unidos suministrar\u00eda a Inglaterra 13.000 millones de d\u00f3lares). Joe expres\u00f3 en privado su sentimiento de haber sido utilizado por el Presidente. Pero se mantuvo en t\u00e9rminos relativamente buenos con Roosevelt, aunque se neg\u00f3 a apoyar su candidatura para un cuarto mandato, cuando le visit\u00f3 el 26 de octubre de 1944 en la Casa Blanca. Kennedy registr\u00f3 en sus notas dici\u00e9ndole al Presidente \u2014un hombre muy enfermo\u2014 que los votantes cat\u00f3licos dudaban en votarlo porque \u00absent\u00edan que Roosevelt estaba controlado por jud\u00edos\u00bb. Agreg\u00f3 que estaba de acuerdo \u00abcon el grupo que sent\u00eda que los Hopkins, Rosenmans, y Frankfurters, y el resto de los incompetentes le robar\u00edan a Roosevelt el lugar en la historia que \u00e9l esperaba, estoy seguro, tener…\u00bb. Roosevelt continu\u00f3 diciendo: \u00ab’no veo a Frankfurter ni dos veces al a\u00f1o’. Y yo le dije: ‘Le ves veinte veces al d\u00eda, pero no lo sabes, porque trabaja a trav\u00e9s de todos estos otros grupos de personas sin que t\u00fa lo sepas’\u00bb[38]<\/a>. Despu\u00e9s de su renuncia en 1941, Joe hab\u00eda previsto escribir unas memorias de sus a\u00f1os en Londres, y le dijo a su amigo y ex presidente Herbert Hoover que el libro \u00abpondr\u00eda un color totalmente diferente en el proceso de c\u00f3mo Estados Unidos entr\u00f3 en la guerra y demostrar\u00eda la traici\u00f3n de Franklin D. Roosevelt al pueblo estadounidense\u00bb. Pero, comenta Beschloss, \u00ablas necesidades de unidad en tiempos de guerra y, m\u00e1s tarde, las carreras pol\u00edticas de sus hijos mantuvieron las memorias diplom\u00e1ticas de Joseph Kennedy fuera de imprenta, donde permanecieron\u00bb[39]<\/a>.<\/p>\n

Aqu\u00ed hay un interesante paralelismo con James Forrestal, otro patriota americano de estirpe cat\u00f3lica irlandesa y amigo de Joe Kennedy. Como muestra David Martin en su libro The Assassination of James Forrestal<\/em> (resumido aqu\u00ed<\/a>), cuando Forrestal fue expulsado del Departamento de Defensa por Truman en marzo de 1949, planeaba escribir un libro y fundar una revista. Como Secretario de la Marina, hab\u00eda obtenido informaci\u00f3n privilegiada sobre el plan de Roosevelt para provocar a los japoneses para que atacaran Pearl Harbor. En 1945, hab\u00eda trabajado entre bastidores para lograr una rendici\u00f3n negociada de los japoneses, y estaba muy amargado por la exigencia de Roosevelt de una \u00abrendici\u00f3n incondicional\u00bb y el sufrimiento innecesario impuesto a los japoneses. Forrestal tambi\u00e9n ten\u00eda mucho que decir sobre la forma en que los sionistas obtuvieron el Plan de Partici\u00f3n en la Asamblea General de la ONU, o sobre la forma en que se compr\u00f3 a Truman para que apoyara el reconocimiento de Israel. El 2 de abril de 1949, Forrestal fue internado contra su voluntad y confinado a la fuerza en el piso 16 del hospital de la Marina de Bethesda, y el 22 de mayo se declar\u00f3 que se hab\u00eda ca\u00eddo de una ventana al intentar colgarse de ella con una faja de la bata. No se llev\u00f3 a cabo ninguna investigaci\u00f3n criminal, pero las pruebas obtenidas por David Martin mediante una Ley de Libertad de Informaci\u00f3n no dejan lugar a dudas de que fue asesinado por la mafia sionista.<\/p>\n

Es f\u00e1cil imaginar que, si Joe Kennedy hubiera decidido exponer la traici\u00f3n de Roosevelt al pueblo estadounidense y las intrigas jud\u00edas para empujarlo a la guerra, podr\u00eda haber sufrido el mismo destino que Forrestal. En lugar de ello, se retir\u00f3 de la vida p\u00fablica y dedic\u00f3 la influencia que le quedaba al futuro pol\u00edtico de sus hijos. A pesar de la muerte de su hijo mayor Joe Jr. en una misi\u00f3n de alto riesgo en 1944, logr\u00f3 su ambici\u00f3n presidencial a trav\u00e9s de su segundo hijo. Sin embargo, la \u00abmaldici\u00f3n Kennedy\u00bb acabar\u00eda alcanzando a su linaje.<\/p>\n

 <\/p>\n

La filiaci\u00f3n intelectual de John Kennedy<\/strong><\/h4>\n

John siempre ha sido leal a la memoria de su padre, y hay suficientes pruebas de que compart\u00eda sus principios m\u00e1s fundamentales y sus opiniones sobre la Segunda Guerra Mundial. En 1956, en su libro Profiles in Courage, John elogi\u00f3 al senador Robert Taft por haber, con un tremendo coste personal, denunciado en 1946 el ahorcamiento de once oficiales nazis como \u00abuna mancha en el historial americano que lamentaremos durante mucho tiempo\u00bb[40]<\/a>. Un indicio simb\u00f3lico de la filiaci\u00f3n intelectual y pol\u00edtica del presidente Kennedy con su padre fue su invitaci\u00f3n a Charles Lindbergh el 11 de mayo de 1962 para una gran recepci\u00f3n en la Casa Blanca. Lindbergh y su esposa causaron sensaci\u00f3n cuando cenaron en la mesa presidencial y pasaron la noche en la Casa Blanca[41]<\/a>. Recordemos que, en septiembre de 1940, Lindbergh hab\u00eda sido miembro fundador del Comit\u00e9 America First y el cr\u00edtico m\u00e1s ac\u00e9rrimo de las estratagemas de Roosevelt para arrastrar a EE.UU. a la guerra[42]<\/a>. Su reputaci\u00f3n se hab\u00eda resentido enormemente por sus cr\u00edticas a la influencia jud\u00eda, y desde entonces viv\u00eda recluido.<\/p>\n

Kennedy no ten\u00eda nada que ganar pol\u00edticamente invitando a Lindbergh muy p\u00fablicamente a la Casa Blanca. El significado de este gesto no debe ser subestimado. Probablemente demuestra un deseo de reivindicar a los vilipendiados apaciguadores de 1938-40. Lindbergh en la Casa Blanca puede haber sido una se\u00f1al de que la rueda estaba girando, y que la historia pronto se escribir\u00eda de una manera m\u00e1s equilibrada. El asesinato de John detuvo e invirti\u00f3 este movimiento. Media d\u00e9cada despu\u00e9s, junto con la expansi\u00f3n de Israel, el oscuro culto al Holocausto empezar\u00eda a inundar EEUU y el mundo. Podr\u00eda decirse que, si Kennedy hubiera vivido, hoy no existir\u00eda la religi\u00f3n obligatoria del Holocausto.<\/p>\n

Para aquellos, como David Ben-Gurion, cuya imagen de s\u00ed mismos y visi\u00f3n del mundo giraba en torno al Holocausto, los hermanos Kennedy eran esencialmente hijos de un adulador de Hitler y partidario de los nazis, y su liderazgo de los Estados Unidos era una amenaza existencial, as\u00ed como un insulto intolerable. Aunque, por razones obvias, este odio asesino rara vez se expresa p\u00fablicamente (\u00abUna conversaci\u00f3n en el infierno\u00bb de John Podhoretz es una notable excepci\u00f3n), es un hecho cr\u00edtico a tener en cuenta en nuestra b\u00fasqueda para resolver el misterio de la \u00abmaldici\u00f3n Kennedy\u00bb. Y arroja una luz brillante sobre uno de los aspectos m\u00e1s extra\u00f1os del asesinato de JFK.<\/p>\n

En su libro de 1967 titulado Six Seconds in Dallas: a micro-study of the Kennedy assassination proving that three gunmen murdered the President<\/em>, Josiah Thompson llam\u00f3 por primera vez la atenci\u00f3n sobre un personaje que puede verse en la pel\u00edcula Zapruder y en otras fotograf\u00edas tomadas en Dealey Plaza en el momento del asesinato de JFK. As\u00ed lo presenta Thompson en un breve v\u00eddeo<\/a> grabado por Errol Morris para el New York Times en 2011:<\/p>\n

El 22 de noviembre llovi\u00f3 la noche anterior. Pero todo se despej\u00f3 hacia las 9 o 9:30 de la ma\u00f1ana. As\u00ed que, si has visto varias fotograf\u00edas del recorrido de la comitiva, entre la multitud all\u00ed congregada, te habr\u00e1s dado cuenta: nadie lleva chubasquero, nadie tiene un paraguas abierto. \u00bfPor qu\u00e9? Porque hace un d\u00eda precioso. Y entonces me di cuenta: en todo Dallas, parece haber exactamente una persona de pie bajo un paraguas negro abierto. Y esa persona est\u00e1 de pie donde los disparos empezaron a llover sobre la limusina. Llam\u00e9mosle <\/em>\u00abel hombre del paraguas<\/em>\u00bb… Se le puede ver en algunos fotogramas de la pel\u00edcula de Zapruder, junto a la se\u00f1al de la autopista Stemmons. Hay otras fotograf\u00edas tomadas en otros lugares de Dealey Plaza, en las que se ve al hombre de pie bajo un paraguas negro abierto, la \u00fanica persona bajo un paraguas en todo Dallas, de pie justo en el lugar por donde entran todos los disparos en la limusina. \u00bfPuede alguien dar una explicaci\u00f3n no siniestra para esto? As\u00ed que publiqu\u00e9 esto en Six Seconds, pero no especul\u00e9 sobre lo que significaba … Bueno, ped\u00ed que el hombre del paraguas se presentara y explicara esto. As\u00ed lo hizo. Se present\u00f3 y fue a Washington con su paraguas, y testific\u00f3 en 1978 ante el Comit\u00e9 Selecto de la C\u00e1mara sobre Asesinatos. Explic\u00f3 entonces por qu\u00e9 hab\u00eda abierto el paraguas y estaba parado all\u00ed ese d\u00eda. El paraguas abierto era una especie de protesta, una protesta visual. No era una protesta por ninguna de las pol\u00edticas de John Kennedy como presidente. Era una protesta por la pol\u00edtica de apaciguamiento de Joseph P. Kennedy, el padre de John Kennedy cuando era embajador en la corte de Saint James en 1938 y 39. Era una referencia a Neville Chamberlain. Era una referencia al paraguas de Neville Chamberlain[43]<\/strong><\/a><\/em>.<\/p>\n

El paraguas negro hab\u00eda sido la marca ic\u00f3nica de Chamberlain y, tras su regreso de M\u00fanich, un s\u00edmbolo de \u00abapaciguamiento\u00bb, tanto para los que lo apoyaban (algunas ancianas \u00absugirieron que se rompiera el paraguas de Chamberlain y se vendieran trozos como reliquias sagradas\u00bb)[44]<\/a> como para los que se opon\u00edan (\u00abAll\u00e1 donde viajaba Chamberlain, el partido de la oposici\u00f3n en Gran Breta\u00f1a protestaba por su apaciguamiento en M\u00fanich exhibiendo paraguas\u00bb, seg\u00fan Edward Miller<\/a>).<\/p>\n

El hombre del paraguas era Louie Steven Witt, y hab\u00eda sido identificado por periodistas locales antes de que se presentara ante la HSCA. Josiah Thompson supone que su \u00abprotesta visual\u00bb y el asesinato de JFK no est\u00e1n relacionados y que ocurrieron exactamente en el mismo momento y lugar por alg\u00fan tipo de coincidencia de f\u00edsica cu\u00e1ntica. No se atreve a ver la conexi\u00f3n, a pesar de que el propio Hombre de los Paraguas dej\u00f3 claro a la HSCA que quer\u00eda \u00abincordiar\u00bb a JFK sobre el apaciguamiento de Hitler por parte de su padre en 1938. Sabiendo lo que sabemos sobre la percepci\u00f3n jud\u00eda de la \u00abmaldici\u00f3n de Kennedy\u00bb como vinculada a los \u00abpecados del padre\u00bb, no podemos sino encontrar la negativa de Thompson a ver algo conspirativo como muy t\u00edpico de la ceguera gentil autoinducida.<\/p>\n

\u00bfEra Louie Steven Witt un agente sionista, un sayan<\/em>? No necesariamente. Pudo haber sido instruido para hacer lo que hizo sin saber que Kennedy ser\u00eda asesinado justo delante de \u00e9l. Por otra parte, la explicaci\u00f3n que dio de su \u00abbroma de mal gusto\u00bb suena poco sincera: \u00abEn una conversaci\u00f3n durante la pausa del caf\u00e9\u00bb, dijo, \u00abalguien hab\u00eda mencionado que el paraguas era un punto delicado con la familia Kennedy… Iba a hacer un poco el gracioso\u00bb. Witt evit\u00f3 cuidadosamente mencionar por qu\u00e9 el paraguas era \u00abun punto delicado para la familia Kennedy\u00bb. Tambi\u00e9n evit\u00f3 nombrar a Joe Kennedy cuando dijo que hab\u00eda o\u00eddo que \u00abalgunos miembros de la familia Kennedy\u00bb se hab\u00edan sentido una vez ofendidos en un aeropuerto por gente que bland\u00eda paraguas. Lo del \u00abaeropuerto\u00bb parece una referencia alusiva al muy publicitado regreso de Chamberlain al aer\u00f3dromo de Heston el 30 de septiembre de 1938. Es evidente que hay un trasfondo cr\u00edptico en la explicaci\u00f3n de Witt. Para los lectores de Unz Review que tengan o\u00eddos para o\u00edr y ojos para ver, ejecutar a JFK mientras le \u00abincordiaba\u00bb sobre la pol\u00edtica de apaciguamiento de su padre deber\u00eda ser una firma inequ\u00edvoca. El paraguas de Chamberlain es la cruz de Kennedy.<\/p>\n

Laurent Guy\u00e9not, 10 de julio de 2021<\/p>\n

*<\/p>\n

Fuente: https:\/\/www.unz.com\/article\/joseph-p-kennedy-the-cursed-peacemaker\/<\/a><\/p>\n

TRADUCIDO por ASH para Red Internacional<\/a><\/p>\n

*<\/p>\n

NOTAS<\/strong><\/p>\n

[1]<\/a> David Nasaw, The Patriarch<\/em>: The Remarkable Life and Turbulent Times of Joseph P. Kennedy,<\/em> Penguin Books, 2012, pp. 818-819.<\/p>\n

[2]<\/a> Christ Matthews, Jack Kennedy, Elusive Hero,<\/em> Simon & Schuster, 2011, pp. 71-72.<\/p>\n

[3]<\/a> James Douglass, JFK and the Unspeakable: Why He Died and Why It Matters, <\/em>Touchstone, 2008, p. 5.<\/p>\n

[4]<\/a> Citado en Robert Kennedy, Jr., American Values: Lessons I Learned from My Family, <\/em>HarperCollins, 2018, p. 101.<\/p>\n

[5]<\/a> Citado en Robert Kennedy, Jr., American Values, <\/em>p. 101.<\/p>\n

[6]<\/a> Michael R. Beschloss, Kennedy and Roosevelt: The Uneasy Alliance, <\/em>Open Road, 1979, p.187.<\/p>\n

[7]<\/a> Douglass, JFK and the Unspeakable, <\/em>p. 21.<\/p>\n

[8]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 349.<\/p>\n

[9]<\/a> Robert Caro, The Years of Lyndon Johnson, <\/em>vol. IV: The Passage of Power, <\/em>Alfred Knopf, 2012, p. 104. Tambi\u00e9n en Arthur Krock, Memoirs: Sixty Years on the Firing Line<\/em>, Funk & Wagnalls, 1968, p. 362.<\/p>\n

[10]<\/a> En el diario del Herut, el partido pol\u00edtico de Menachem Begin, citado en Alan Hart, Zionism: The Real Enemy of the Jews<\/em>, vol. 2: David Becomes Goliath, <\/em>Clarity Press, 2013, p. 252.<\/p>\n

[11]<\/a> Seymour Hersh, The Samson Option: Israel\u2019s Nuclear Arsenal and American Foreign Policy<\/em>, Random House, 1991, p. 96.<\/p>\n

[12]<\/a> Hersh, The Samson Option, <\/em>p. 103.<\/p>\n

[13]<\/a> Edward Klein, The Kennedy Curse: Why Tragedy Has Haunted America\u2019s First Family for 150 Years<\/em>, Saint Martin\u2019s Press, 2004.<\/p>\n

[14]<\/a> Ronald Kessler, The Sins of the Father: Joseph P. Kennedy and the Dynasty He Founded, <\/em>Coronet Books, 1997, citas de la presentaci\u00f3n del editor y de la contraportada.<\/p>\n

[15]<\/a> John Podhoretz, \u00abA Conversation in Hell\u00bb, New York Post, <\/em>21 de julio de 1999, en nypost.com<\/a><\/p>\n

[16]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> pp. 403-406.<\/p>\n

[17]<\/a> Alan Hart, Zionism: The Real Enemy of the Jews<\/em>, vol. 1: The False Messiah<\/em>, Clarity Press, 2009, p. 164.<\/p>\n

[18]<\/a> Clive Irving, \u00abJoe Kennedy\u2019s answer to the Jewish question: ship them to Africa\u00bb, 4 de abril de 2017, en www.thedailybeast.com<\/a><\/p>\n

[19]<\/a> Avner Cohen, Israel and the Bomb, <\/em>Columbia UP, 1998, pp. 10, 119.<\/p>\n

[20]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt, <\/em>pp. 105-109.<\/p>\n

[21]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 373; also Beschloff, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 180.<\/p>\n

[22]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 396.<\/p>\n

[23]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> pp. 185-186.<\/p>\n

[24]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 182.<\/p>\n

[25]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 425.<\/p>\n

[26]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 445.<\/p>\n

[27]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 199.<\/p>\n

[28]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 201.<\/p>\n

[29]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> pp. 460-461. La cita es del diario de Joe Kennedy, seg\u00fan David Irving, que la interpreta de forma ligeramente diferente en Churchill\u2019s war, <\/em>vol. 1: The Struggle for Power<\/em>, Focal Point, 2003, p. 207.<\/p>\n

[30]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 476.<\/p>\n

[31]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 496.<\/p>\n

[32]<\/a> Nasaw, The Patriarch<\/em>, p. 534.<\/p>\n

[33]<\/a> David Irving, Churchill\u2019s war, <\/em>vol. 1: The Struggle for Power<\/em>, Focal Point, 2003, p. 207.<\/p>\n

[34]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> pp. 15-16.<\/p>\n

[35]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> pp. 43 and 230.<\/p>\n

[36]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> pp. 235-237.<\/p>\n

[37]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 247<\/p>\n

[38]<\/a> Nasaw, The Patriarch,<\/em> p. 625; Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 279.<\/p>\n

[39]<\/a> Beschloss, Kennedy and Roosevelt,<\/em> p. 273.<\/p>\n

[40]<\/a> Robert Taft, October 6, 1946, citado en John F. Kennedy, Profiles in Courage, <\/em>1956, Harper Perennial, 2003, <\/em>p. 199.<\/p>\n

[41]<\/a> \u00abVisit of Charles A. Lindbergh\u00bb, en www.jfklibrary.org<\/a><\/p>\n

[42]<\/a> Lynne Olson, Those Angry Days: Roosevelt, Lindbergh, and America\u2019s Fight Over World War II, 1939-1941, <\/em>Random House, 2013.<\/p>\n

[43]<\/a> \u00abThe Umbrella Man\u00bb, en Vimeo.com<\/a> o YouTube<\/a><\/p>\n

[44]<\/a> Patrick J. Buchanan, Churchill, Hitler, and <\/em>\u00abThe Unnecessary War<\/em>\u00bb: How Britain Lost Its Empire and the West Lost the World<\/em>, Crown Forum, 2008, p. 208.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

  No puede haber una comprensi\u00f3n completa de John Kennedy sin una cierta comprensi\u00f3n de su padre, Joseph Patrick Kennedy, porque de ah\u00ed es de donde vino, no s\u00f3lo a sus propios ojos y a los de sus amigos, sino tambi\u00e9n a los ojos de sus enemigos. Lo mismo es...<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":11159,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1376,2689,1383,1366],"tags":[],"class_list":["post-11158","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-analisis","category-guyenot-laurent","category-historia","category-all"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11158","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11158"}],"version-history":[{"count":4,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11158\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":11163,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11158\/revisions\/11163"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media\/11159"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11158"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11158"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11158"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}