{"id":11113,"date":"2023-05-21T18:50:48","date_gmt":"2023-05-21T18:50:48","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=11113"},"modified":"2023-05-22T18:56:12","modified_gmt":"2023-05-22T18:56:12","slug":"barbarroja-el-revisionismo-de-suvorov-se-generaliza-por","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2023\/05\/21\/barbarroja-el-revisionismo-de-suvorov-se-generaliza-por\/","title":{"rendered":"Barbarroja: el revisionismo de Suvorov se generaliza – por Laurent Guy\u00e9not"},"content":{"rendered":"
Rese\u00f1a de Sean McMeekin, Stalin’s War: A New History of World War II (La guerra de Stalin: una nueva historia de la Segunda Guerra Mundial)<\/strong><\/p>\n En la ma\u00f1ana del domingo 22 de junio de 1941, impulsado por su odio al \u00abjudeo-bolchevismo\u00bb y su insaciable codicia de Lebensraum<\/em>, Hitler rompi\u00f3 a traici\u00f3n su pacto de no agresi\u00f3n con Stalin y lanz\u00f3 la invasi\u00f3n de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica. El Ej\u00e9rcito Rojo, desprevenido y mal dirigido, se vio desbordado. Pero gracias a la heroica resistencia del pueblo ruso, la URSS derrot\u00f3 finalmente a los alemanes, a costa de unos veinte millones de muertos. Fue el principio del fin de los nazis.<\/p>\n Esta es, a grandes rasgos, la historia de la Operaci\u00f3n Barbarroja contada por los vencedores.<\/p>\n Los vencidos, naturalmente, ten\u00edan una versi\u00f3n diferente. A las 4:30 de la ma\u00f1ana del ataque, el embajador ruso en Berl\u00edn recibi\u00f3 una declaraci\u00f3n formal de guerra<\/a>, le\u00edda m\u00e1s tarde en una conferencia de prensa internacional, que justificaba el ataque por la \u00abconcentraci\u00f3n cada vez mayor de todas las fuerzas armadas rusas disponibles a lo largo de un amplio frente que se extiende desde el Mar B\u00e1ltico hasta el Mar Negro\u00bb. Justificaba el ataque como preventivo:<\/p>\n Ahora que se ha completado la movilizaci\u00f3n general rusa, no menos de 160 divisiones est\u00e1n desplegadas contra Alemania. Los resultados de los reconocimientos efectuados en los \u00faltimos d\u00edas han demostrado que el despliegue de tropas rusas, y especialmente de unidades motorizadas y blindadas, se ha llevado a cabo de tal modo que el Alto Mando ruso est\u00e1 preparado en cualquier momento para emprender acciones agresivas en diversos puntos contra la frontera alemana<\/em>.<\/p>\n El gobierno estadounidense hizo caso omiso de la justificaci\u00f3n alemana y afirm\u00f3 que el ataque de Alemania formaba parte del malvado plan de Hitler \u00abpara la esclavizaci\u00f3n cruel y brutal de todos los pueblos y para la destrucci\u00f3n definitiva de las democracias libres restantes\u00bb[1]<\/a>.<\/p>\n En los meses siguientes, refiri\u00e9ndose a los informes del frente, Hitler afirm\u00f3 que las fuerzas sovi\u00e9ticas concentradas en su frontera occidental eran incluso mayores de lo que hab\u00eda pensado, y demostraban que la intenci\u00f3n de Stalin hab\u00eda sido invadir no s\u00f3lo Alemania, sino toda Europa. El 3 de octubre de 1941 se dirigi\u00f3 a una gran audiencia en Berl\u00edn:<\/p>\n No ten\u00edamos ni idea de lo gigantescos que eran los preparativos de este enemigo contra Alemania y Europa y de lo inconmensurablemente grande que era el peligro; de c\u00f3mo nos libramos por los pelos de la aniquilaci\u00f3n, no s\u00f3lo de Alemania, sino tambi\u00e9n de Europa. … Que Dios se apiade de nuestro pueblo y de todo el mundo europeo si este b\u00e1rbaro enemigo hubiera sido capaz de poner en marcha sus decenas de miles de tanques antes que nosotros. Toda Europa habr\u00eda estado perdida<\/em>[2]<\/a>.<\/p>\n Hitler lo repiti\u00f3 ante los diputados del Reichstag el 11 de diciembre de 1941:<\/p>\n Hoy disponemos de material verdaderamente aplastante y aut\u00e9ntico para demostrar que Rusia ten\u00eda intenci\u00f3n de atacar. … [S]i esta oleada de m\u00e1s de veinte mil tanques [sovi\u00e9ticos], cientos de divisiones, decenas de miles de ca\u00f1ones, acompa\u00f1ados por m\u00e1s de diez mil aviones, hubiera comenzado inesperadamente a moverse a trav\u00e9s del Reich, entonces Europa habr\u00eda estado perdida<\/em>[3]<\/a>.<\/p>\n Esta sigui\u00f3 siendo la l\u00ednea de defensa de los mandos militares acusados de \u00abcrimen contra la paz\u00bb ante el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg en 1945-46. El Mariscal de Campo Wilhelm Keitel, Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, argument\u00f3 que \u00abel ataque contra la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica se llev\u00f3 a cabo para adelantarse a un ataque ruso contra Alemania\u00bb y, por tanto, fue un acto de guerra legal[4]<\/a>. Su segundo, el General Alfred Jodl, Jefe del Estado Mayor de Operaciones, declar\u00f3 de forma similar: \u00abFue innegablemente una guerra puramente preventiva. Lo que descubrimos m\u00e1s tarde fue la certeza de los enormes preparativos militares rusos frente a nuestra frontera. … Rusia estaba totalmente preparada para la guerra\u00bb[5]<\/a>. Tanto a Keitel como a Jodl se les neg\u00f3 el acceso a los documentos que probar\u00edan sus argumentos. Fueron declarados culpables y ahorcados.<\/p>\n La tesis de Suvorov<\/strong><\/p>\n \u00bfEra real la amenaza sovi\u00e9tica para Alemania y Europa, o era s\u00f3lo propaganda nazi? A d\u00eda de hoy, los manuales de historia no dicen nada al respecto. Pero ha entrado en el debate acad\u00e9mico gracias a los libros de Vladimir Rezun, un antiguo oficial de la inteligencia militar sovi\u00e9tica que desert\u00f3 a Occidente en 1978 y escribi\u00f3 dos libros pioneros bajo el seud\u00f3nimo de Viktor Suvorov: el primero en 1988, Rompehielos: \u00bfQui\u00e9n inici\u00f3 la Segunda Guerra Mundial?<\/em>, y en 2010, tras el acceso a nuevos archivos rusos, El principal culpable: el gran plan de Stalin para iniciar la Segunda Guerra Mundial<\/em>. Conoc\u00ed a Suvorov por el art\u00edculo de Ron Unz de 2018 \u00abCuando Stalin casi conquist\u00f3 Europa<\/a>\u00bb, y desde entonces he le\u00eddo todo lo que he podido sobre el tema, empezando por los art\u00edculos del indispensable sitio de Mark Weber http:\/\/www.ihr.org\/<\/a>.<\/p>\n La tesis de Suvorov puede resumirse as\u00ed: el 22 de junio de 1941, Stalin estaba a punto de lanzar una ofensiva masiva contra Alemania y sus aliados, en cuesti\u00f3n de d\u00edas o semanas. Los preparativos hab\u00edan comenzado en 1939, justo despu\u00e9s de la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, y se hab\u00edan acelerado a finales de 1940, con las primeras divisiones desplegadas en las nuevas fronteras sovi\u00e9ticas ampliadas, frente al Reich alem\u00e1n y Ruman\u00eda, en febrero de 1941. El 5 de mayo, Stalin anunci\u00f3 ante una audiencia de dos mil graduados de la academia militar, flanqueados por generales y luminarias del partido, que hab\u00eda llegado el momento de \u00abpasar de la defensiva a la ofensiva\u00bb. D\u00edas despu\u00e9s, hizo enviar una directiva especial a todos los puestos de mando para \u00abestar preparados a una se\u00f1al del Cuartel General para lanzar ataques rel\u00e1mpago para derrotar al enemigo, trasladar las operaciones militares a su territorio y apoderarse de objetivos clave\u00bb[6]<\/a>. Se estaban creando nuevos ej\u00e9rcitos en todos los distritos, y la movilizaci\u00f3n alcanzaba ya los 5,7 millones, un ej\u00e9rcito gigantesco imposible de mantener durante mucho tiempo en tiempos de paz. Se hab\u00eda entrenado a cerca de un mill\u00f3n de paracaidistas, tropas \u00fatiles s\u00f3lo para la invasi\u00f3n. Se construyeron cientos de aer\u00f3dromos cerca de la frontera occidental. A partir del 13 de junio, un incesante movimiento de trenes nocturnos transport\u00f3 miles de tanques, millones de soldados y cientos de miles de toneladas de municiones y combustible hasta la frontera.<\/p>\n Seg\u00fan Suvorov, si Hitler no hubiera atacado primero, el gigantesco poder militar que Stalin hab\u00eda acumulado en la frontera le habr\u00eda permitido llegar a Berl\u00edn sin mayores dificultades y luego, en el contexto de la guerra, hacerse con el control del continente. S\u00f3lo la decisi\u00f3n de Hitler de adelantarse a la ofensiva de Stalin le priv\u00f3 de estos recursos al perforar y desbaratar sus l\u00edneas y destruir o apoderarse de cerca del 65% de todo su armamento, parte del cual a\u00fan se encontraba en trenes.<\/p>\n Suvorov hace gala de un conocimiento impecable del Ej\u00e9rcito Rojo y de una aguda pericia en estrategia militar. En cuanto a las intenciones de Stalin, generalmente muy secretas, aporta numerosas citas de los 13 vol\u00famenes de sus escritos. Rebusc\u00f3 en monta\u00f1as de archivos y en las memorias de cientos de militares rusos. No es exagerado decir que la \u00abtesis Suvorov\u00bb ha revolucionado la historia de la Segunda Guerra Mundial, abriendo una perspectiva totalmente nueva a la que muchos historiadores, tanto rusos como alemanes, han a\u00f1adido ahora detalles: entre los alemanes cabe mencionar a Joachim Hoffmann, Adolf von Thadden, Heinz Magenheimer, Werner Maser, Ernst Topitsch, Walter Post y Wolfgang Strauss, que ha pasado revista a los historiadores rusos sobre el tema.<\/p>\n La tesis de Suvorov tambi\u00e9n ha generado mucha hostilidad. Sus oponentes se dividen en dos categor\u00edas. Algunos autores rechazan completamente su an\u00e1lisis y se limitan a negar que Stalin estuviera planeando una ofensiva. Al considerar las concentraciones sim\u00e9tricas de los ej\u00e9rcitos alem\u00e1n y ruso en su frontera com\u00fan en junio de 1941, las interpretan de forma diferente: La concentraci\u00f3n alemana prueba las intenciones belicosas alemanas, pero el mismo movimiento entre los rusos se interpreta como prueba de la incompetencia de los generales sovi\u00e9ticos para la defensa.<\/p>\n Esta tendencia queda ilustrada en la obra de David Glantz El coloso que tropieza<\/em>, sobre la que Ron Unz escribi\u00f3: \u00abAunque pretend\u00eda refutar a Suvorov, el autor parec\u00eda ignorar casi todos sus argumentos centrales, y se limitaba a ofrecer una recapitulaci\u00f3n bastante aburrida y pedante de la narraci\u00f3n est\u00e1ndar que yo hab\u00eda visto anteriormente cientos de veces, aderezada con unos cuantos excesos ret\u00f3ricos que denunciaban la vileza \u00fanica del r\u00e9gimen nazi\u00bb.<\/p>\n Otro detractor de Suvorov es Jonathan Haslam, que ataca a Suvorov por su \u00abmuy dudoso uso de las pruebas\u00bb. Haslam admite que, el 5 de mayo de 1941, Stalin hab\u00eda anunciado una ofensiva inminente, pero lo interpreta como una previsi\u00f3n de Stalin del ataque de Hitler. Luego a\u00f1ade: \u00abEl hecho de que todas las pruebas de que disponemos indiquen tambi\u00e9n que mostr\u00f3 una considerable sorpresa cuando los alemanes invadieron el pa\u00eds el 22 de junio siempre ha creado una especie de rompecabezas para los historiadores. \u00bfC\u00f3mo pod\u00eda Stalin esperar la guerra y ser cogido por sorpresa al mismo tiempo?\u00bb. Para responder a esta pregunta, Haslam se pierde en conjeturas difusas, mientras que la respuesta de Suvorov es la \u00fanica l\u00f3gica: Stalin sab\u00eda que la guerra con Alemania era inminente, pero no esperaba que Alemania golpeara primero.<\/p>\n No es de extra\u00f1ar que uno de los ataques m\u00e1s duros contra Suvorov proceda de un viejo apologista de Stalin, el profesor de la Universidad de Tel Aviv Gabriel Gorodetsky (Grand Delusion: Stalin and the German Invasion of Russia).<\/em> Gorodetsky califica los libros de Suvorov de \u00abendebles y fraudulentos\u00bb porque \u00abengendran mitos y obstruyen sistem\u00e1tica y deliberadamente la b\u00fasqueda de la verdad simplificando una situaci\u00f3n compleja\u00bb. Sin embargo, como se\u00f1ala un cr\u00edtico<\/a>, Gorodetsky \u00abignora negligentemente la obra de Suvorov despu\u00e9s de la p\u00e1gina ocho\u00bb y su libro est\u00e1 repleto de contradicciones y afirmaciones sin fundamento.<\/p>\n La segunda variedad de autores que critican a Suvorov son los que est\u00e1n de acuerdo con \u00e9l en general, y difieren s\u00f3lo en los detalles. Un ejemplo franc\u00e9s es un reciente libro de 1000 p\u00e1ginas del especialista franc\u00e9s Jean Lopez, Barbarossa 1941. La Guerre absolue<\/em> (2019). Lopez s\u00ed admite que Stalin se estaba preparando para invadir Europa, pero trata a Suvorov como un fraude y, en un ensayo anterior, descart\u00f3 como \u00abmito\u00bb la noci\u00f3n de que \u00abHitler anticip\u00f3 un ataque de Stalin\u00bb, con este argumento: \u00abSeg\u00fan varios relatos, Stalin cree que el Ej\u00e9rcito Rojo no estar\u00e1 listo hasta 1942. Ning\u00fan ataque sovi\u00e9tico, por lo tanto, podr\u00eda haberse emprendido antes de esa fecha\u00bb[7]<\/a>. Esto es demostrablemente falso: es cierto que Stalin hab\u00eda planeado originalmente su ofensiva masiva para el verano de 1942, como declar\u00f3 el propio Suvorov. Pero tambi\u00e9n hay muchas pruebas de que, en 1940, preocupado por la r\u00e1pida victoria de Alemania sobre Francia, Stalin hab\u00eda acelerado sus preparativos de guerra. Seg\u00fan el general Andrei Vlassov, capturado por los alemanes en 1942, \u00abel ataque [sovi\u00e9tico] estaba planeado para agosto-septiembre de 1941\u00bb[8]<\/a>. Es dif\u00edcil dar sentido a las contradicciones de L\u00f3pez.<\/p>\n Sean McMeekin, La guerra de Stalin<\/em>\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong><\/p>\n A\u00fan m\u00e1s parad\u00f3jico en su tratamiento de Suvorov es un libro publicado hace unas semanas: Stalin’s War: A New History of World War II<\/em>, de Sean McMeekin, del Bard College de Nueva York. Lo descubr\u00ed mientras buscaba (sin \u00e9xito) un ejemplar asequible del libro de Ernst Topitsch del mismo t\u00edtulo, Stalin’s War: A Radical New Theory of the Origins of the Second World War<\/em> (1987). Esperaba que el nuevo libro de McMeekin citara amplia y favorablemente a Suvorov. Me sorprendi\u00f3 que s\u00f3lo se mencionara a Suvorov una vez. Tras se\u00f1alar que Suvorov \u00abdescubri\u00f3 miles de documentos intrigantes\u00bb en apoyo de su tesis y que \u00abdecenas de historiadores rusos han investigado la ‘tesis Suvorov’\u00bb, produciendo en el proceso \u00abdos gruesos vol\u00famenes\u00bb de m\u00e1s documentos, McMeekin concluye: \u00abPero sigue habiendo un considerable misterio en torno a las intenciones de Stalin en v\u00edsperas de la guerra\u00bb, y a\u00f1ade que no se puede producir ning\u00fan documento escrito claro que \u00abpruebe sin ambig\u00fcedades que Stalin ya hab\u00eda resuelto la guerra, ya fuera preventiva, defensiva o de otro tipo\u00bb[9]<\/a>.<\/p>\n A duras penas le encuentro sentido a este comentario despectivo, ya que McMeekin en realidad est\u00e1 de acuerdo con casi todos los puntos importantes planteados por Suvorov. Al igual que Suvorov, y con las mismas fuentes, McMeekin demuestra que, a pesar de su pretensi\u00f3n t\u00e1ctica del \u00absocialismo en un solo pa\u00eds\u00bb, Stalin estaba incondicionalmente entregado al objetivo de Lenin de la sovietizaci\u00f3n de Europa. Su an\u00e1lisis de la forma en que Stalin incit\u00f3 a Hitler a una guerra en el frente occidental con el Pacto Molotov-Ribbentrop coincide totalmente con el de Suvorov. McMeekin atribuye el mismo significado que Suvorov al anuncio de Stalin, el 5 de mayo de 1941, de que \u00abdebemos pasar de la defensa al ataque\u00bb (al que dedica su \u00abpr\u00f3logo\u00bb). Su interpretaci\u00f3n del autodesignamiento simult\u00e1neo de Stalin como presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo coincide exactamente con la de Suvorov: \u00abA partir de este momento, toda la responsabilidad de la pol\u00edtica exterior sovi\u00e9tica, de la paz o la guerra, de la victoria o la derrota, reca\u00eda \u00fanicamente en manos de Stalin. Se hab\u00eda acabado el tiempo de los subterfugios. La guerra era inminente\u00bb[10]<\/a>. McMeekin repite la mayor\u00eda de las pruebas de Suvorov de que los preparativos b\u00e9licos de Stalin eran ofensivos y potencialmente abrumadores. Insiste, como Suvorov, en las bases a\u00e9reas indefensas construidas cerca de la frontera:<\/p>\n La prueba material m\u00e1s dram\u00e1tica de una intenci\u00f3n sovi\u00e9tica m\u00e1s ofensiva fue la construcci\u00f3n de bases a\u00e9reas avanzadas colindantes con la nueva frontera que separaba el imperio de Stalin del de Hitler. La <\/em>\u00abAdministraci\u00f3n Principal Sovi\u00e9tica de Construcci\u00f3n de Aer\u00f3dromos<\/em>\u00bb, dirigida por el NKVD, orden\u00f3 la construcci\u00f3n de 251 nuevas bases de la Fuerza A\u00e9rea Roja en 1941, de las cuales el 80% (199) estaban situadas en distritos occidentales colindantes con el Reich alem\u00e1n<\/em>[11]<\/a>.<\/p>\n A la vista de las pruebas, McMeekin cree que \u00abla fecha ideal para el lanzamiento de la ofensiva sovi\u00e9tica… ca\u00eda a finales de julio o agosto\u00bb[12]<\/a>.<\/p>\n McMeekin incluso refuerza el argumento de Suvorov de que la movilizaci\u00f3n de Hitler en el frente oriental fue una reacci\u00f3n a los preparativos b\u00e9licos de Stalin, y no lo contrario, al demostrar que, ya en junio de 1940, los alemanes recib\u00edan informes de Inteligencia de que:<\/p>\n el Ej\u00e9rcito Rojo, aprovechando la concentraci\u00f3n de la Wehrmacht en el Oeste, se preparaba para marchar desde Lituania hacia la Prusia Oriental, pr\u00e1cticamente indefensa, y la Polonia ocupada por Alemania. … El 19 de junio, un esp\u00eda alem\u00e1n inform\u00f3 desde Estonia de que los sovi\u00e9ticos hab\u00edan informado al embajador brit\u00e1nico saliente en Tallin de que Stalin planeaba desplegar tres millones de tropas en la regi\u00f3n del B\u00e1ltico <\/em>\u00abpara amenazar las fronteras orientales de Alemania<\/em>\u00bb[13]<\/a>.<\/p>\n McMeekin utiliza los mismos archivos que Suvorov, pero nunca le reconoce el m\u00e9rito de haber sido el primero en sacarlos a la luz. La \u00fanica excepci\u00f3n se encuentra en una \u00fanica nota final, donde menciona que una de las razones de Stalin para creer que Hitler no atacar\u00eda en junio era que se hab\u00eda \u00abenterado, a trav\u00e9s de esp\u00edas dentro de Alemania, de que el OKW no hab\u00eda pedido los abrigos de piel de oveja que los expertos cre\u00edan necesarios para la campa\u00f1a de invierno en Rusia, y que el combustible y el aceite lubricante utilizados por las divisiones acorazadas de la Wehrmacht se congelar\u00edan a temperaturas bajo cero\u00bb. La nota dice: \u00abNo todas las afirmaciones de Suvorov se sostienen, pero \u00e9sta encaja bien con la actitud optimista de Stalin hacia los informes sobre la acumulaci\u00f3n de armas alemanas\u00bb[14]<\/a>. En otra nota a pie de p\u00e1gina, McMeekin rebate la afirmaci\u00f3n de Suvorov de que Stalin orden\u00f3 en la primavera de 1941 el desmantelamiento de la \u00abL\u00ednea Stalin\u00bb de defensa que obstaculizar\u00eda los avances de sus tropas: no fue desmantelada sino simplemente \u00abdescuidada\u00bb, dice McMeekin, antes de a\u00f1adir: \u00abEn este caso, como en otros, Suvorov perjudica a su caso al exagerar los hechos\u00bb[15]<\/a>. Esta cr\u00edtica ser\u00eda justa si McMeekin hubiera reconocido tambi\u00e9n la abrumadora cantidad de hechos que Suvorov ha confirmado.<\/p>\n Al parecer, McMeekin pens\u00f3 que era t\u00e1cticamente sabio, no s\u00f3lo desairar a Suvorov incluso cuando le da la raz\u00f3n, sino tambi\u00e9n respaldar a su oponente m\u00e1s virulento David Glantz (quien, seg\u00fan \u00e9l, ten\u00eda \u00abraz\u00f3n al subrayar lo mal preparado para la guerra que estaba en realidad el Ej\u00e9rcito Rojo\u00bb)[16]<\/a> incluso cuando le da la raz\u00f3n, con abundantes pruebas de que en junio de 1941, la cuesti\u00f3n de la guerra \u00abestar\u00eda determinada por qui\u00e9n golpear\u00eda primero, ganando el control del espacio a\u00e9reo enemigo y derribando aer\u00f3dromos y dep\u00f3sitos de tanques\u00bb[17]<\/a>.<\/p>\n No es dif\u00edcil adivinar el motivo del ostentoso desprecio de McMeekin hacia Suvorov. Suvorov se ha pasado de la raya al sugerir que Barbarroja salv\u00f3 a Europa de la completa sovietizaci\u00f3n. Aunque no expresa ninguna simpat\u00eda por Hitler, Suvorov est\u00e1 de acuerdo con \u00e9l en que, si no hubiera atacado primero, \u00abEuropa estaba perdida\u00bb. Suvorov ha cometido un pecado imperdonable. Es una piedra angular intocable tanto de la historiograf\u00eda occidental como de la rusa que Hitler es la encarnaci\u00f3n del Mal absoluto, y que nada bueno en absoluto podr\u00eda haber surgido de \u00e9l. Y por eso se espera que los historiadores acad\u00e9micos del Frente Oriental hagan gala de sus buenos modales evitando a Suvorov y no preguntando: \u00bfY si Hitler no hubiera atacado primero? No deben sugerir que Hitler dijo alguna vez la verdad, o que sus comandantes militares fueron ahorcados injustamente.<\/p>\n Bueno, si el precio de llevar el revisionismo de Suvorov a la corriente principal de la erudici\u00f3n es negar la propia deuda con Suvorov, que as\u00ed sea. Los historiadores de la Segunda Guerra Mundial deben ser inteligentes: una frase o referencia descuidada puede costarte una carrera y una reputaci\u00f3n, como le ocurri\u00f3 a David Irving (que, por cierto, no figura en la bibliograf\u00eda de McMeekin). Algunas conclusiones obvias es mejor dejarlas para que las saquen otros. No cabe duda de que el libro de McMeekin es un gran logro y cabe esperar que se convierta en un nuevo hito en la historiograf\u00eda de la Segunda Guerra Mundial. Ya est\u00e1 recibiendo la mayor\u00eda de los elogios de la prensa y est\u00e1 dando un buen nombre al \u00abrevisionismo\u00bb. \u00a1Se acab\u00f3 la \u00abguerra buena\u00bb!<\/p>\n La tesis principal de McMeekin es que la Segunda Guerra Mundial fue principalmente querida y orquestada por Stalin, mientras que Hitler s\u00f3lo fue enga\u00f1ado para participar en ella. Esto es precisamente lo que Suvorov quiso decir cuando llam\u00f3 a Hitler \u00abel rompehielos de Stalin\u00bb. (Esto es tambi\u00e9n, m\u00e1s o menos, lo que A.J.P. Taylor argument\u00f3 en Los or\u00edgenes de la Segunda Guerra Mundial<\/em> en 1961).<\/p>\n Existen, en efecto, ligeros matices entre las perspectivas de McMeekin y Suvorov. En lugar de insistir en el hecho de que Barbarroja arruin\u00f3 el plan de Stalin para la conquista de Alemania y Europa, McMeekin se\u00f1ala que Barbarroja fue para Stalin \u00abuna especie de milagro de relaciones p\u00fablicas\u00bb que le convirti\u00f3 de \u00abasesino de masas y devorador de peque\u00f1as naciones… en una v\u00edctima a ojos de gran parte de la opini\u00f3n p\u00fablica occidental\u00bb. El propio Stalin, en su discurso radiof\u00f3nico del 3 de julio de 1941, dijo que la agresi\u00f3n alemana hab\u00eda aportado \u00abun tremendo beneficio pol\u00edtico a la URSS\u00bb, creando un apoyo en Londres y Washington que era \u00abun factor serio y duradero que est\u00e1 destinado a formar la base para el desarrollo de \u00e9xitos militares decisivos del Ej\u00e9rcito Rojo\u00bb[18]<\/a>. Es un buen punto, pero de menor importancia. Por lo que sabemos de las intrigas secretas de Churchill y Roosevelt antes de Barbarroja, es dudoso que Stalin se hubiera visto privado de su apoyo si hubiera atacado primero. Churchill llevaba inst\u00e1ndole a atacar Alemania desde 1940, y Roosevelt hab\u00eda empezado a planear su ayuda justo despu\u00e9s de su segunda reelecci\u00f3n en noviembre de 1940, cuando dijo a los estadounidenses que su pa\u00eds deb\u00eda convertirse en \u00abel gran arsenal de la democracia\u00bb[19]<\/a> y nombr\u00f3 al prosovi\u00e9tico Harry Hopkins para que empezara a hacer los preparativos.<\/p>\n De hecho, McMeekin demuestra que \u00abRoosevelt hizo todo lo que pudo para mejorar las relaciones con Stalin\u00bb desde los primeros a\u00f1os de su larga presidencia, empezando por el reconocimiento oficial de la URSS en 1933. Depur\u00f3 el Departamento de Estado de anticomunistas y lo dot\u00f3 de simpatizantes o agentes directos del NKVD, como Alger Hiss. Ya en noviembre de 1936, nombr\u00f3 embajador en Mosc\u00fa a un simpatizante sovi\u00e9tico, Joseph Davies, en sustituci\u00f3n de William Bullitt, que se hab\u00eda vuelto demasiado abiertamente cr\u00edtico con Stalin. \u00abDonde el embajador Bullitt hab\u00eda visto enga\u00f1o y astucia en la pol\u00edtica exterior de Stalin, su sucesor vio unicornios\u00bb, prodig\u00e1ndole cumplidos: \u00abUsted es un l\u00edder mayor que Catalina la Grande, que Pedro el Grande, un l\u00edder mayor incluso que Lenin, etc.\u00bb[20]<\/a>.<\/p>\n Y as\u00ed, aunque Barbarroja facilit\u00f3 que Roosevelt hiciera que la opini\u00f3n p\u00fablica estadounidense se inclinara favorablemente hacia Stalin, no significa que Roosevelt hubiera impedido que Stalin engullera Europa si hubiera atacado primero.<\/p>\n El plan de Stalin para la conquista de Europa\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong><\/p>\n Al igual que Suvorov, McMeekin aporta pruebas irrefutables de que Stalin planeaba invadir Europa en 1941, y que lo hab\u00eda planeado durante mucho tiempo. Al igual que Suvorov, se\u00f1ala que la Comintern, fundada en Mosc\u00fa en 1919, ten\u00eda como objetivo la sovietizaci\u00f3n de todo el mundo, como simboliza su emblema, posteriormente incorporado a la bandera de la URSS.<\/p>\n El principal objetivo de Lenin era Berl\u00edn. Para ello, quer\u00eda volar Polonia, pa\u00eds reconstituido tras la Primera Guerra Mundial entre Rusia y Alemania. Durante el verano de 1920, la caballer\u00eda sovi\u00e9tica intent\u00f3 invadir Polonia al grito de \u00ab\u00a1a Berl\u00edn!\u00bb. Pero los polacos hicieron retroceder a los rusos y les infligieron p\u00e9rdidas de territorio (Paz de Riga). Lenin proclam\u00f3 entonces una nueva estrategia en un congreso del partido celebrado en Mosc\u00fa el 26 de noviembre de 1920: \u00abHasta la victoria final del socialismo en todo el mundo, debemos explotar las contradicciones y la oposici\u00f3n entre dos grupos de poder imperialistas, entre dos grupos de Estados capitalistas, e incitarlos a atacarse mutuamente\u00bb[21]<\/a>.<\/p>\n El fracaso del levantamiento comunista en Alemania en octubre de 1923, confirm\u00f3 que fomentar el malestar revolucionario no era suficiente para derrocar a la socialdemocracia en Alemania. Lo que hab\u00eda que hacer era contribuir a crear las condiciones para una nueva guerra mundial y, durante este periodo de incubaci\u00f3n, frenar el discurso internacionalista para mantener las relaciones comerciales con los pa\u00edses capitalistas (que, en \u00faltima instancia, \u00abvender\u00e1n a los comunistas la cuerda que utilizar\u00e1n para ahorcarlos\u00bb)[22]<\/a>.<\/p>\n McMeekin coincide con Suvorov en que Stalin era el verdadero heredero de Lenin, cuyo culto p\u00fablico orquest\u00f3: \u00abLa visi\u00f3n dial\u00e9ctica de Stalin de la pol\u00edtica exterior sovi\u00e9tica \u2014en la que la met\u00e1stasis del conflicto entre facciones capitalistas en guerra permitir\u00eda al comunismo avanzar hacia nuevos triunfos\u2014 estaba firmemente arraigada en el marxismo-leninismo, basada en el precedente de la propia experiencia rusa en la Primera Guerra Mundial, y expuesta de forma clara y coherente en muchas ocasiones, tanto verbalmente como por escrito\u00bb[23]<\/a>, sobre todo en su primera obra importante tras la muerte de Lenin, Fundamentos del leninismo<\/em> (1924), en la que recordaba que la revoluci\u00f3n bolchevique hab\u00eda triunfado en Rusia porque las dos principales coaliciones de pa\u00edses capitalistas hab\u00edan \u00abestado agarradas por la garganta\u00bb[24]<\/a> Cuando estalle una nueva guerra capitalista, Stalin dijo al Comit\u00e9 Central del Partido Comunista en 1925, \u00abtendremos que actuar, pero seremos los \u00faltimos en hacerlo. Y lo haremos para arrojar el peso decisivo sobre la balanza, el peso que puede hacerla girar\u00bb[25]<\/a>.<\/p>\n Mientras se preparaba para la Segunda Guerra Mundial, la pol\u00edtica interior de Stalin consisti\u00f3, por un lado, en consolidar su control sobre la poblaci\u00f3n y, por otro, en construir un enorme complejo militar-industrial. \u00abEl impulso industrializador de Stalin\u00bb, escribe McMeekin, \u00abfue concebido, vendido y ejecutado como una operaci\u00f3n militar dirigida contra el mundo capitalista. … Cada vez que no se cumpl\u00edan los onerosos objetivos de producci\u00f3n, se culpaba a los saboteadores capitalistas, como si hubieran sido esp\u00edas en un campamento del ej\u00e9rcito\u00bb[26]<\/a>.<\/p>\n Desde la inauguraci\u00f3n del primer Plan Quinquenal en 1928, la econom\u00eda sovi\u00e9tica hab\u00eda estado en pie de guerra. Los objetivos de producci\u00f3n del tercer Plan Quinquenal, lanzado en 1938, eran impresionantes, previendo la producci\u00f3n de 50.000 aviones de guerra anuales para finales de 1942, junto con 125.000 motores a\u00e9reos y 700.000 toneladas de bombas a\u00e9reas; 60.775 tanques, 119.060 sistemas de artiller\u00eda, 450.000 ametralladoras y 5. 2 millones de fusiles; 489 millones de proyectiles de artiller\u00eda, 120.000 toneladas de blindaje naval y 1 mill\u00f3n de toneladas de explosivos; y, por si fuera poco, 298.000 toneladas de armas qu\u00edmicas<\/em>[27]<\/a>.<\/p>\n Junto con el establecimiento de una econom\u00eda de guerra, los dos primeros planes quinquenales inclu\u00edan la colectivizaci\u00f3n de la agricultura. Pero tambi\u00e9n en este caso el objetivo estaba estrechamente ligado a la guerra, como muestra Jean Lopez. En 1927, los informes indicaban que el mundo campesino, bajo la direcci\u00f3n de los kulaks, sabotear\u00eda el esfuerzo de guerra. \u00abLa peor pesadilla de los dirigentes bolcheviques reside en la aparici\u00f3n de un rechazo popular a la guerra similar al que hizo caer a la dinast\u00eda Romanov\u00bb[28]<\/a>. Esto es lo que motiv\u00f3 el \u00abGran Viraje\u00bb de 1928, cuyas v\u00edctimas, ya sea por ejecuci\u00f3n, deportaci\u00f3n o hambruna, se estiman entre 10 y 16 millones. Durante esta \u00e9poca, Stalin vendi\u00f3 al extranjero una media de 5 millones de toneladas de grano al a\u00f1o para financiar su armamento.<\/p>\n En 1939, todo lo que Stalin necesitaba era maniobrar para que los pa\u00edses capitalistas lucharan entre s\u00ed en una nueva guerra mortal. Ese era el principal objetivo, desde el punto de vista de Stalin, del Pacto Molotov-Ribbentrop firmado el 23 de agosto de 1939, con un protocolo secreto para la partici\u00f3n de Polonia y la distribuci\u00f3n de \u00abesferas de influencia\u00bb.<\/p>\n El Pacto de los G\u00e1ngsters\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong><\/p>\n Apenas dos meses antes, Stalin segu\u00eda negociando, a trav\u00e9s de su ministro de Asuntos Exteriores Molotov y su embajador en Londres Maiski, la posibilidad de una alianza militar con Inglaterra y Francia para contener a Alemania y proteger la integridad de Polonia. El 2 de junio de 1939, Molotov entreg\u00f3 a los embajadores brit\u00e1nico y franc\u00e9s un borrador de acuerdo, seg\u00fan el cual los sovi\u00e9ticos podr\u00edan prestarse ayuda mutua a los estados europeos m\u00e1s peque\u00f1os bajo \u00abamenaza de agresi\u00f3n por parte de una potencia europea\u00bb[29]<\/a>. El 12 de agosto, una delegaci\u00f3n anglo-francesa lleg\u00f3 a Mosc\u00fa para proseguir las conversaciones. Pero Stalin cambi\u00f3 entonces de opini\u00f3n, y Molotov no recibi\u00f3 a los delegados[30]<\/a>. En un discurso ante el Politbur\u00f3<\/a> el 19 de agosto de 1939, Stalin explic\u00f3 por qu\u00e9 hab\u00eda optado finalmente por un pacto con Alemania:<\/p>\n La cuesti\u00f3n de la guerra o la paz ha entrado en una fase cr\u00edtica para nosotros. Si concluimos un pacto de asistencia mutua con Francia y Gran Breta\u00f1a, Alemania se retirar\u00e1 de Polonia y buscar\u00e1 un modus vivendi con las potencias occidentales. Se evitar\u00eda la guerra, pero m\u00e1s adelante los acontecimientos podr\u00edan volverse peligrosos para la URSS. Si aceptamos la propuesta de Alemania y concluimos un pacto de no agresi\u00f3n con ella, por supuesto invadir\u00e1 Polonia, y la intervenci\u00f3n de Francia e Inglaterra en ello ser\u00eda inevitable. Europa occidental se ver\u00eda sometida a graves trastornos y des\u00f3rdenes. En este caso tendremos una gran oportunidad de mantenernos al margen del conflicto, y podr\u00edamos planear el momento oportuno para entrar en la guerra.<\/p>\n Nuestra elecci\u00f3n est\u00e1 clara. Debemos aceptar la propuesta alemana y, con una negativa, enviar educadamente a casa a la misi\u00f3n anglo-francesa. Nuestra ventaja inmediata ser\u00e1 tomar Polonia hasta las puertas de Varsovia, as\u00ed como la Galitzia ucraniana …<\/em><\/p>\n Para la realizaci\u00f3n de estos planes es esencial que la guerra contin\u00fae el mayor tiempo posible, y todas las fuerzas, con las que estamos activamente involucrados, deben ser dirigidas hacia este objetivo …<\/p>\n Por lo tanto, nuestro objetivo es que Alemania lleve a cabo la guerra el mayor tiempo posible para que Inglaterra y Francia se cansen y se agoten hasta tal punto que ya no est\u00e9n en condiciones de acabar con una Alemania sovietizada.<\/p>\n \u00a1Camaradas! Es en inter\u00e9s de la URSS \u2014la patria de los trabajadores<\/em>\u2014 que estalle la guerra entre el Reich y el bloque capitalista anglo-franc\u00e9s. Hay que hacer todo lo posible para que \u00e9sta se prolongue lo m\u00e1s posible con el objetivo de debilitar a ambos bandos. Por esta raz\u00f3n, es imperativo que aceptemos concluir el pacto propuesto por Alemania, y luego trabajar de tal manera que esta guerra, una vez declarada, se prolongue al m\u00e1ximo. Debemos reforzar nuestro trabajo de propaganda en los pa\u00edses beligerantes, para estar preparados cuando termine la guerra.<\/em><\/p>\n Este discurso se filtr\u00f3 a la agencia de noticias francesa Havas ese mismo a\u00f1o. Stalin lo denunci\u00f3 inmediatamente como falso en Pravda, lo que fue excepcional por su parte. Su autenticidad ha sido debatida durante mucho tiempo, pero en 1994 los historiadores rusos encontraron un texto fidedigno del mismo en los archivos sovi\u00e9ticos, y su autenticidad es ahora generalmente aceptada. En cualquier caso, existen otras fuentes que confirman la estratagema de Stalin, de modo que no cabe duda, para McMeekin, de que con el pacto Molotov-Ribbentrop, \u00ablejos de desear prevenir una guerra europea entre Alemania y las potencias occidentales, el objetivo de Stalin era asegurarse de que estallara\u00bb[31]<\/a>:<\/p>\n los beneficios del Pacto de Mosc\u00fa para el comunismo eran evidentes. El mundo capitalista pronto se ver\u00eda envuelto en una terrible guerra, y la URSS podr\u00eda extender su territorio sustancialmente hacia el oeste contra enemigos aparentemente indefensos. Todo lo que Stalin ten\u00eda que hacer era asegurarse de que ni Alemania ni sus oponentes obtuvieran una ventaja decisiva. Una vez que los dos bandos se hubieran agotado en una lucha a muerte, el camino estar\u00eda despejado para que los ej\u00e9rcitos del comunismo marcharan y tomaran al mundo capitalista por el cuello<\/em>[32]<\/a>.<\/p>\n Pero, \u00bfc\u00f3mo pod\u00eda Stalin estar tan seguro de que Francia e Inglaterra no declarar\u00edan tambi\u00e9n la guerra a Rusia? Una parte de la respuesta es que no hab\u00eda roto las negociaciones con Gran Breta\u00f1a tras firmar un pacto con Hitler. Incluso se cree que el 15 de octubre de 1939, menos de dos meses despu\u00e9s del pacto Molotov-Ribbentrop, se firm\u00f3 un acuerdo secreto brit\u00e1nico-sovi\u00e9tico<\/a> a espaldas de Hitler[33]<\/a>.<\/p>\n Con el Pacto Molotov-Ribbentrop, Hitler pens\u00f3 que hab\u00eda contrarrestado la pol\u00edtica brit\u00e1nica de cerco contra Alemania. Y crey\u00f3 que el pacto le proteger\u00eda de una declaraci\u00f3n de guerra por parte de Gran Breta\u00f1a y Francia si tanto Alemania como Rusia interven\u00edan en Polonia. Hab\u00eda subestimado enormemente a Stalin.<\/p>\n Cuando Hitler invadi\u00f3 Polonia desde el oeste el 1 de septiembre, el Ej\u00e9rcito Rojo no cedi\u00f3. Por ello, el 3 de septiembre, Inglaterra y Francia declararon la guerra a Alemania en solitario. Esto fue una mala sorpresa para Hitler. Inst\u00f3 a los rusos a lanzar su ataque, pero \u00e9stos hicieron o\u00eddos sordos. \u00abEl 3 de septiembre\u00bb, escribe McMeekin:<\/p>\n Ribbentrop telegrafi\u00f3 al embajador Schulenburg en Mosc\u00fa, pidi\u00e9ndole que preguntara a Molotov si la URSS participar\u00eda en la guerra polaca como hab\u00eda prometido y proporcionar\u00eda <\/em>\u00abalivio<\/em>\u00bb a la Wehrmacht, duramente presionada. \u00bfNo consideraba Stalin, pregunt\u00f3 Ribbentrop, <\/em>\u00abdeseable que las fuerzas rusas se movieran en el momento oportuno contra las fuerzas polacas en la esfera de inter\u00e9s rusa y, por su parte, ocuparan este territorio?<\/em>\u00bb[34]<\/a>.<\/p>\n Molotov respondi\u00f3 el 5 de septiembre<\/a>: \u00abTodav\u00eda no ha llegado el momento. … nos parece que con una precipitaci\u00f3n excesiva podr\u00edamos perjudicar nuestra causa y fomentar la unidad entre nuestros adversarios\u00bb. El 8 de septiembre, un nuevo comunicado de la Wehrmacht instaba a los sovi\u00e9ticos a avanzar en la toma de Varsovia. Los sovi\u00e9ticos respondieron que la ca\u00edda de Varsovia no estaba confirmada y que \u00abestando Rusia unida a Polonia por un pacto de no agresi\u00f3n, no puede marchar hacia delante\u00bb. El 10 de septiembre, Molotov declar\u00f3 a bocajarro a Schulenburg que, \u00abpor guardar las apariencias, no deber\u00edamos cruzar la frontera de Polonia hasta que la capital hubiera ca\u00eddo\u00bb, y que el pretexto para la entrada sovi\u00e9tica en Polonia ser\u00eda proteger a \u00ablos ucranianos y bielorrusos en peligro\u00bb[35]<\/a>. Stalin incluso intent\u00f3 persuadir al gobierno polaco, que se hab\u00eda refugiado en Kuty, para que le pidiera protecci\u00f3n. Finalmente, el 17 de septiembre, el embajador polaco en Mosc\u00fa fue convocado a las 3 de la madrugada y recibi\u00f3 el siguiente mensaje<\/a>:<\/p>\n La guerra polaco-alemana ha mostrado la bancarrota interna del Estado polaco. En el transcurso de diez d\u00edas de hostilidades, Polonia ha perdido todas sus zonas industriales y centros culturales. Varsovia, como capital de Polonia, ya no existe. El Gobierno polaco se ha desintegrado y ya no da se\u00f1ales de vida. Esto significa que el Estado polaco y su Gobierno, de hecho, han dejado de existir. De la misma manera, los Acuerdos concluidos entre la U.R.S.S. y Polonia han dejado de funcionar. Abandonada a su suerte y desprovista de liderazgo, Polonia se ha convertido en un campo propicio para todo tipo de peligros y sorpresas, que pueden constituir una amenaza para la U.R.S.S. Por estas razones, el Gobierno sovi\u00e9tico, que hasta ahora ha sido neutral, ya no puede mantener una actitud neutral ante estos hechos. El Gobierno sovi\u00e9tico tampoco puede ver con indiferencia el hecho de que los pueblos afines de Ucrania y Rusia Blanca, que viven en territorio polaco y que est\u00e1n a merced del destino, queden indefensos. En estas circunstancias, el Gobierno sovi\u00e9tico ha ordenado al Alto Mando del Ej\u00e9rcito Rojo que ordene a las tropas cruzar la frontera y tomar bajo su protecci\u00f3n la vida y los bienes de la poblaci\u00f3n de Ucrania occidental y Rusia blanca occidental. Al mismo tiempo, el Gobierno sovi\u00e9tico se propone tomar todas las medidas necesarias para liberar al pueblo polaco de la desgraciada guerra a la que ha sido arrastrado por sus imprudentes dirigentes<\/em>.<\/p>\n Aunque no mencionaba expl\u00edcitamente a Alemania como agresor, el mensaje era claro: la URSS no es el agresor, sino el defensor de Polonia. Los sovi\u00e9ticos hab\u00edan esperado dos semanas y media antes de entrar en Polonia, dejando toda la lucha a los alemanes y dando al mundo la impresi\u00f3n de que interven\u00edan para impedir que Alemania se apoderara de todo el pa\u00eds. De este modo, la URSS permaneci\u00f3 oficialmente neutral y no incurri\u00f3 en ninguna culpa por parte de Francia e Inglaterra.<\/p>\n Hitler intenta recuperar la ventaja <\/strong><\/p>\n Aunque la partici\u00f3n de Polonia hab\u00eda sido idea de Stalin, s\u00f3lo se culp\u00f3 de ella a Hitler. Su pacto f\u00e1ustico con su peor enemigo no le hab\u00eda protegido de una guerra con Francia e Inglaterra, y tampoco le proteger\u00eda de una invasi\u00f3n sovi\u00e9tica. Estaba claro que le hab\u00edan enga\u00f1ado. Al incitar a Hitler a invadir Polonia, Stalin hab\u00eda desencadenado la Segunda Guerra Mundial manteni\u00e9ndose al margen. Todo lo que ten\u00eda que hacer era esperar a que los pa\u00edses de Europa se agotasen mutuamente en una nueva guerra. El 1 de septiembre, el mismo d\u00eda de la invasi\u00f3n de Polonia por Alemania, el Soviet Supremo aprob\u00f3 una ley de reclutamiento general que, bajo el pretexto de establecer el servicio militar durante dos a\u00f1os, equival\u00eda a una movilizaci\u00f3n general. Para Suvorov, esto es una prueba de que Stalin sab\u00eda que la partici\u00f3n de Polonia desencadenar\u00eda la guerra mundial, en lugar de evitarla como esperaba Hitler.<\/p>\n Mientras tanto, Stalin aprovechar\u00eda al m\u00e1ximo la dif\u00edcil situaci\u00f3n de Alemania en el Oeste, engullendo tres estados b\u00e1lticos fronterizos con Alemania y llen\u00e1ndolos de bases militares. Como se\u00f1ala McMeekin:<\/p>\n Con sus movimientos oportunistas contra los estados b\u00e1lticos, Besarabia y el norte de Bucovina tras la humillaci\u00f3n alemana de Francia, Stalin estaba exprimiendo hasta la \u00faltima gota de n\u00e9ctar de su melosa asociaci\u00f3n con Hitler mientras, de alguna manera, escapaba de la hostilidad de los oponentes de Hitler. Gran Breta\u00f1a, en lo que Churchill denomin\u00f3 el <\/em>\u00abmejor momento<\/em>\u00bb del pa\u00eds, estaba ahora sola contra la Alemania nazi. Por alguna raz\u00f3n, sin embargo, Gran Breta\u00f1a no hab\u00eda declarado la guerra al socio de la alianza de Berl\u00edn, a pesar de que Stalin hab\u00eda invadido el mismo n\u00famero de pa\u00edses soberanos desde agosto de 1939 que Hitler (siete). Pero la paciencia de Hitler ten\u00eda un l\u00edmite, y Stalin estaba a punto de alcanzarlo<\/em>[36]<\/a>.<\/p>\n Como Suvorov antes que \u00e9l, McMeekin subraya la hipocres\u00eda de los brit\u00e1nicos. \u00abEl n\u00famero de v\u00edctimas asesinadas por las autoridades sovi\u00e9ticas en la Polonia ocupada hasta junio de 1941 \u2014alrededor de quinientas mil\u2014 era asimismo tres o cuatro veces superior al de los asesinados por los nazis\u00bb. Sin embargo, Stalin no recibi\u00f3 ni siquiera un tir\u00f3n de orejas de las potencias occidentales[37]<\/a>. El ministro de Asuntos Exteriores Halifax explic\u00f3 al gabinete de guerra brit\u00e1nico el 17 de septiembre de 1939 que \u00abGran Breta\u00f1a no estaba obligada por tratado a entrar en guerra con la U.R.S.S. como resultado de su invasi\u00f3n de Polonia\u00bb, porque el Acuerdo anglo-polaco \u00abpreve\u00eda que el Gobierno de Su Majestad tomara medidas s\u00f3lo si Polonia sufr\u00eda la agresi\u00f3n de una potencia europea\u00bb, y Rusia no era una potencia europea[38]<\/a>.<\/p>\n En una reuni\u00f3n del gabinete de guerra el 16 de noviembre de 1939, Churchill incluso respald\u00f3 la agresi\u00f3n estalinista: \u00abSin duda, a la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica le parec\u00eda razonable aprovechar la situaci\u00f3n actual para recuperar parte del territorio que Rusia hab\u00eda perdido como consecuencia de la \u00faltima guerra, al principio de la cual hab\u00eda sido aliada de Francia y Gran Breta\u00f1a\u00bb. McMeekin comenta: \u00abQue Hitler hab\u00eda utilizado la misma justificaci\u00f3n para las reclamaciones territoriales de Alemania sobre Polonia o no se le ocurri\u00f3 a Churchill o no le molest\u00f3\u00bb[39]<\/a>.<\/p>\n Stalin esperaba que Alemania luchara contra Francia e Inglaterra durante dos o tres a\u00f1os antes de que \u00e9l interviniera. Por tanto, sigui\u00f3 suministrando materias primas a Alemania, y se cuid\u00f3 de no cortarle el suministro de metales de Suecia, ni el de petr\u00f3leo de Ruman\u00eda, cuando ten\u00eda los medios para hacerlo. Cuando los alemanes lanzaron su ofensiva contra Francia el 10 de mayo de 1940, Stalin se alegr\u00f3. \u00abPor fin, los comunistas pod\u00edan disfrutar viendo a ‘dos grupos de pa\u00edses capitalistas… librando una buena y dura batalla y debilit\u00e1ndose mutuamente’, como Stalin se hab\u00eda jactado ante el secretario general de la Comintern, Dimitrov, en septiembre de 1939\u00bb. Pero la guerra result\u00f3 menos sangrienta de lo que hab\u00eda esperado.<\/p>\n Sin embargo, la rapidez de las victorias alemanas fue alarmante. Stalin y Molotov habr\u00edan preferido una lenta, dura y sangrienta batalla de desgaste: una victoria alemana, s\u00ed, pero que debilitara a Hitler casi tanto como a sus enemigos. Seg\u00fan el recuerdo posterior de Jruschov, despu\u00e9s de conocer el alcance de la debacle aliada en mayo, Stalin <\/em>\u00abmaldijo a los franceses y a los brit\u00e1nicos, pregunt\u00e1ndoles c\u00f3mo pod\u00edan haber dejado que Hitler les aplastara as\u00ed<\/em>\u00bb[40]<\/strong><\/em><\/a>.<\/p>\n El \u00e9xito militar de Alemania oblig\u00f3 a Stalin a apresurar sus preparativos para poner en marcha el Ej\u00e9rcito Rojo en el verano de 1941. En primavera, el armamento, las tropas y el transporte estaban listos, y los preparativos entraron en la fase final. El 5 de mayo de 1941, Stalin declar\u00f3 a los oficiales militares que la \u00abpol\u00edtica de paz sovi\u00e9tica\u00bb (es decir, el Pacto Molotov-Ribbentrop) hab\u00eda permitido a la URSS \u00abavanzar en el oeste y el norte, aumentando su poblaci\u00f3n en trece millones en el proceso\u00bb, pero que los d\u00edas de tal conquista \u00abhab\u00edan llegado a su fin. No se puede ganar ni un metro m\u00e1s de terreno con sentimientos tan pac\u00edficos\u00bb. Cualquiera \u00abque no reconociera la necesidad de la acci\u00f3n ofensiva era un burgu\u00e9s y un tonto\u00bb; \u00abhoy, ahora que nuestro ej\u00e9rcito ha sido completamente reconstruido, completamente equipado para luchar en una guerra moderna, ahora que somos fuertes… ahora debemos pasar de la defensa a la ofensiva\u00bb. Para ello, debemos \u00abtransformar nuestro entrenamiento, nuestra propaganda, nuestra agitaci\u00f3n, la impronta de una mentalidad ofensiva en nuestro esp\u00edritu\u00bb[41]<\/a>. Pravda<\/em> comenz\u00f3 a preparar al pueblo:<\/p>\n La conflagraci\u00f3n de una segunda guerra imperialista se extiende m\u00e1s all\u00e1 de las fronteras de nuestra patria. Todo el peso de sus males pesa sobre los hombros de las masas trabajadoras. En todas partes, la gente no quiere participar en la guerra. Su mirada est\u00e1 fija en la tierra del socialismo, cosechando los frutos del trabajo pac\u00edfico. Con raz\u00f3n ven en las fuerzas armadas de nuestra Patria <\/em>\u2014el Ej\u00e9rcito Rojo y nuestra Marina<\/em>\u2014 el baluarte probado y verdadero de la paz. … Dada la compleja situaci\u00f3n internacional actual, hay que estar preparados para todo tipo de sorpresas<\/em>. (Editorial de Pravda<\/em>, 6 de mayo de 1941)[42]<\/a>.<\/p>\n Para entonces, Hitler ya se hab\u00eda dado cuenta de que estaba atrapado. Puede que recordara lo que hab\u00eda escrito en 1925: \u00abla formaci\u00f3n de una nueva alianza con Rusia llevar\u00eda en direcci\u00f3n a una nueva guerra y el resultado ser\u00eda el fin de Alemania\u00bb (Mein Kampf<\/em>, vol. 2, cap\u00edtulo 14). Con la Operaci\u00f3n Barbarroja, intentaba recuperar la ventaja. Pero, seg\u00fan Suvorov, era imposible que Alemania derrotara sola a Rusia, por razones relacionadas con la inmensidad de su territorio, la dureza del invierno y los limitados recursos de Alemania en comparaci\u00f3n con los de Rusia.<\/p>\n Hitler cometi\u00f3 un error irremediable, pero no el 21 de julio de 1940, cuando orden\u00f3 los preparativos para la guerra contra la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica. El error se produjo el 19 de agosto de 1939, cuando acept\u00f3 el Pacto Molotov-Ribbentrop. Habiendo aceptado la divisi\u00f3n de Polonia, Hitler tuvo que enfrentarse a una guerra inevitable contra Occidente, teniendo detr\u00e1s al <\/em>\u00abneutral<\/em>\u00bb Stalin. Precisamente a partir de este momento, Hitler ten\u00eda dos frentes. La decisi\u00f3n de iniciar la Operaci\u00f3n Barbarroja en el este sin esperar a la victoria en el oeste no fue un error fatal, sino s\u00f3lo un intento de corregir el error fatal que ya hab\u00eda cometido. Pero para entonces ya era demasiado tarde<\/em>[43]<\/a>.<\/p>\n Podr\u00eda decirse que Hitler habr\u00eda prevalecido y conquistado el Lebensraum<\/em> de sus sue\u00f1os si Stalin no se hubiera salvado gracias a la ayuda de Roosevelt en forma de pr\u00e9stamo y arriendo: m\u00e1s de diez mil millones \u2014equivalentes a billones en la actualidad\u2014 en aviones y tanques, locomotoras y ra\u00edles, materiales de construcci\u00f3n, cadenas de montaje enteras de producci\u00f3n militar, alimentos y ropa, combustible de aviaci\u00f3n y muchas otras cosas. A lo largo de cuatro densos cap\u00edtulos, McMeekin deja meridianamente claro (como Albert Weeks antes que \u00e9l en Russia’s Life-Saver: Lend-Lease Aid to the U.S.S.R. in World War II<\/em>, 2010), que, sin la ayuda estadounidense, la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica no habr\u00eda podido hacer retroceder a los alemanes, y mucho menos conquistar Europa del Este en 1945. Otro factor, en el que McMeekin insiste debidamente, fue el suministro casi ilimitado de carne de ca\u00f1\u00f3n por parte de Stalin: un total de 32 millones de soldados a lo largo de la guerra, conducidos al matadero con ametralladoras en la espalda y la amenaza de que, si eran capturados en lugar de asesinados, sus familias ser\u00edan castigadas: \u00abLa URSS de Stalin es el \u00fanico Estado en la historia que ha declarado el cautiverio de sus soldados un crimen capital\u00bb[44]<\/a>.<\/p>\n Al final, aunque Stalin entr\u00f3 realmente en la guerra del lado de Alemania, saldr\u00eda del lado de los Aliados. Aunque el pacto que decid\u00eda el reparto de Polonia entre Alemania y Rusia se firm\u00f3 en Mosc\u00fa \u2014en presencia de Stalin y no de Hitler\u2014, la historia s\u00f3lo retendr\u00e1 la agresi\u00f3n de Alemania y considerar\u00e1 a la URSS como uno de los pa\u00edses agredidos. Mientras que Inglaterra y Francia entraron oficialmente en guerra para defender la integridad territorial de Polonia, al final de la guerra toda Polonia estar\u00e1 bajo el dominio de Stalin.<\/p>\n Sin embargo, como dijo Suvorov, y como McMeekin deja sin decir, fue probablemente gracias a la Operaci\u00f3n Barbarroja que las tropas sovi\u00e9ticas no consiguieron izar la bandera roja sobre Par\u00eds, \u00c1msterdam, Copenhague, Roma, Estocolmo y posiblemente Londres.<\/p>\n Laurent Guy\u00e9not, 8 de mayo de 2021<\/p>\n *<\/em><\/p>\n <\/p>\n Hitler atac\u00f3 a la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, destruy\u00f3 su ej\u00e9rcito y aplast\u00f3 gran parte de la industria sovi\u00e9tica. Al final, la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica fue incapaz de conquistar Europa. Stalin perdi\u00f3 la guerra por Europa y la dominaci\u00f3n mundial. El mundo libre sobrevivi\u00f3 y no pudo coexistir con la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica. Por lo tanto, el desmoronamiento de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica se hizo inevitable. … La Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica gan\u00f3 la Segunda Guerra Mundial, pero por alguna raz\u00f3n desapareci\u00f3 del globo tras esta distinguida victoria. … Alemania perdi\u00f3 la guerra, pero la vemos, una de las potencias m\u00e1s poderosas de la Europa contempor\u00e1nea, a cuyos pies mendigamos ahora[45]<\/strong><\/a><\/em>.<\/p>\n Fuente: https:\/\/www.unz.com\/article\/barbarossa-suvorovs-revisionism-goes-mainstream\/<\/a><\/p>\n Traducido por ASH para Red Internacional<\/a><\/p>\n *<\/p>\n <\/p>\n [1]<\/a> Citado en Mark Weber, \u00abWhy Germany Attacked the Soviet Union. Hitler\u2019s Declaration of War Against the USSR \u2013 Two Historic Documents\u00bb, on unz.com<\/a>.<\/p>\n [2]<\/a> Ibid<\/em>.<\/p>\n [3]<\/a> Adolf Hitler, Collection of Speeches, 1922-1945, <\/em>en l\u00ednea en archive.org<\/a>.<\/p>\n [4]<\/a> Interrogatorio previo al juicio, 17 de junio de 1945, citado en Viktor Suvorov, Icebreaker: Who Started World War II, <\/em>PLUK Publishing, 2012.<\/p>\n [5]<\/a> Citado en Adolf von Thadden, Stalins Falle: Er wollte den Krieg<\/em> (\u00abStalin\u2019s Trap: He Wanted War\u00bb), Kultur und Zeitgeschichte\/Archiv der Zeit, 1996, citado en Daniel Michaels, \u00abNew Evidence On \u2018Barbarossa\u2019: Why Hitler Attacked Soviet Russia\u00bb, The Journal of Historical Review<\/em>, Sept.-Dec. 2001<\/a>.<\/p>\n [6]<\/a> Viktor Suvorov, Icebreaker: Who Started World War II, <\/em>PLUK Publishing, 2012.<\/em><\/p>\n [7]<\/a> Jean Lopez et Lasha Otkhmezuri, \u00abHitler a devanc\u00e9 une attaque de Staline\u00bb, en Les Mythes de la Seconde Guerre mondiale, <\/em>Jean Lopez and Olivier Wieviorka (eds), Perrin, 2015, en l\u00ednea en books.google.fr<\/p>\n [8]<\/a> Adolf von Thadden, Stalins Falle: Er wollte den Krieg<\/em> (\u00abStalin\u2019s Trap: He Wanted War\u00bb), Kultur und Zeitgeschichte\/Archiv der Zeit, 1996, citado del libro rese\u00f1ado por Daniel Michaels, \u00abNew Evidence On \u2018Barbarossa\u2019: Why Hitler Attacked Soviet Russia\u00bb, The Journal of Historical Review<\/em>, Sept.-Dec. 2001<\/a>.<\/p>\n [9]<\/a> Sean McMeekin, Stalin\u2019s War, A New History of World War II, <\/em>Basic Books, 2021, p. 267<\/p>\n [10]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 20.<\/p>\n [11]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 222.<\/p>\n [12]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 267.<\/p>\n [13]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 182.<\/p>\n [14]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 257.<\/p>\n [15]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 768.<\/p>\n [16]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 283.<\/p>\n [17]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 270.<\/p>\n [18]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 330.<\/p>\n [19]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 231.<\/p>\n [20]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 54-55.<\/p>\n [21]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 25.<\/p>\n [22]<\/a> Lenin as quoted by McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 86.<\/p>\n [23]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 13.<\/p>\n [24]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 29.<\/p>\n [25]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 30. Tambi\u00e9n citado en Albert L. Weeks, Stalin\u2019s Other War: Soviet Grand Strategy, 1939-1941, <\/em>Rowman & Littlefield, p. 108.<\/p>\n [26]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 34.<\/p>\n [27]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 213.<\/p>\n [28]<\/a> Jean Lopez y Lasha Otkhmezuri, Barbarossa 1941. La Guerre absolue, <\/em>Pass\u00e9 Compos\u00e9, 2019, p. 55.<\/p>\n [29]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>p. 82.<\/p>\n [30]<\/a> McMeekin, Stalin\u2019s War, <\/em>pp. 81-82<\/p>\n<\/strong><\/p>\n
NOTAS<\/h4>\n