{"id":11038,"date":"2023-04-14T19:56:48","date_gmt":"2023-04-14T19:56:48","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=11038"},"modified":"2023-04-18T20:11:32","modified_gmt":"2023-04-18T20:11:32","slug":"perspectivas-desde-europa-del-este-philip-giraldi","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2023\/04\/14\/perspectivas-desde-europa-del-este-philip-giraldi\/","title":{"rendered":"Perspectivas desde Europa del Este – por Philip Giraldi"},"content":{"rendered":"

\"\"<\/strong><\/p>\n

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Muchos quieren ver una derrota rusa<\/strong><\/p>\n

En los a\u00f1os setenta form\u00e9 parte del curso de Oficios de Campo para nuevos Oficiales de Casos en el principal centro de formaci\u00f3n de la Agencia Central de Inteligencia, situado en Camp Peary, cerca de Williamsburg, Virginia. Peary era y sigue siendo conocido por todos como \u00abla Granja\u00bb, aunque s\u00f3lo se dedicaba a la cr\u00eda de animales en el sentido m\u00e1s b\u00e1sico. Uno de los instructores ten\u00eda parte de un poema de Rudyard Kipling expuesto en la puerta de su despacho. Dec\u00eda as\u00ed:<\/p>\n

El sapo bajo la grada sabe<\/em><\/p>\n

exactamente d\u00f3nde va la punta de cada diente:<\/em><\/p>\n

La mariposa en el camino<\/em><\/p>\n

Predica satisfacci\u00f3n al sapo<\/em><\/p><\/blockquote>\n

Algunos de los alumnos empezaron a llamarse a s\u00ed mismos \u00absapos\u00bb y esperaban lo peor de los instructores para ajustarse a las expectativas de la Agencia, mientras que tambi\u00e9n identificaban a los instructores como las mariposas que les dec\u00edan que se callaran y les siguieran el juego si quer\u00edan obtener el certificado para ir al extranjero. Todo el mundo sab\u00eda que se trataba de una cuesti\u00f3n de percepci\u00f3n del papel o el estatus de cada uno, y que los estudiantes se resignaban al castigo o a algo peor, como los sapos, mientras que los instructores, cuyos puntos de vista y expectativas eran bastante diferentes, pod\u00edan asegurar alegremente a sus v\u00edctimas que todo marchaba como deb\u00eda.<\/p>\n

Que siempre habr\u00e1 sapos y mariposas involucrados en cuestiones de seguridad nacional es un hecho, mientras que las percepciones de lo que es importante o significativo variar\u00e1n en funci\u00f3n de la vida individual y las experiencias culturales de cada uno. O, dicho de otro modo, las opiniones b\u00e1sicas de cada uno no est\u00e1n predeterminadas y depender\u00e1n en gran medida del lado de la valla en el que uno se sit\u00fae.<\/p>\n

Dicho esto, acabo de regresar de un viaje de tres semanas que inclu\u00eda escalas en siete pa\u00edses de Europa del Este. Para preparar el viaje, me puse en contacto con varios periodistas, pol\u00edticos y acad\u00e9micos locales de los distintos pa\u00edses. Los que seleccion\u00e9 eran, en general, miembros activos de los partidos m\u00e1s conservadores de sus respectivos pa\u00edses, lo que me proporcion\u00f3 una especie de zona de confort dadas mis propias inclinaciones. Lo que realmente quer\u00eda saber era c\u00f3mo percib\u00edan la guerra de Ucrania tanto las \u00e9lites nacionales como los ciudadanos de a pie.<\/p>\n

Esperaba respuestas que estuvieran en sinton\u00eda con mis propios puntos de vista, es decir, que la guerra era evitable pero que hab\u00eda sido exigida tanto por Gran Breta\u00f1a como por Estados Unidos para debilitar a Rusia y a su l\u00edder Vladimir Putin; que todas las partes implicadas a cualquier nivel en el conflicto deber\u00edan pedir un alto el fuego y negociaciones para poner fin a los combates; y que Rusia tiene preocupaciones leg\u00edtimas de seguridad nacional que deben abordarse incluso cuando se condena el uso de la fuerza militar en este caso.<\/p>\n

Aunque hubo algunas variaciones en las respuestas de mis interlocutores, aprend\u00ed r\u00e1pidamente que la guerra de Ucrania, si no popular, se consideraba un paso necesario para limitar lo que se describ\u00eda repetidamente como el deseo de un Putin supuestamente autocr\u00e1tico, si no cleptocr\u00e1tico, de recrear la antigua Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, utilizando la fuerza militar si fuera necesario. He rebatido en\u00e9rgicamente esta opini\u00f3n por dos motivos: en primer lugar, Rusia no dispone de los recursos necesarios para albergar semejante agenda, como ha demostrado la lucha en Ucrania, y en segundo lugar, los comentarios de Putin, citados a menudo, sobre la \u00abdesastrosa\u00bb disoluci\u00f3n de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica se refieren claramente al catastr\u00f3fico saqueo de los recursos rusos que tuvo lugar posteriormente bajo el mandato de Boris Yeltsin. Putin no se refer\u00eda a un anhelo de recrear el Pacto de Varsovia ni nada parecido.<\/p>\n

De hecho, el sentimiento antirruso me sorprendi\u00f3 entre personas que se encuentran, innegablemente, en la primera l\u00ednea del conflicto y que normalmente deber\u00edan mostrarse cautelosas a la hora de implicarse. S\u00f3lo en Serbia, pa\u00eds que mantiene profundos lazos hist\u00f3ricos, culturales y religiosos con Rusia, un destacado periodista me dijo que la opini\u00f3n de sus compatriotas sobre el conflicto ucraniano est\u00e1 esencialmente dividida \u00abal cincuenta por ciento\u00bb, con la mitad de la naci\u00f3n e incluso algunos de sus l\u00edderes apoyando la defensa de Ucrania. En otros pa\u00edses de Europa del Este, el punto de vista era mucho m\u00e1s decididamente proucraniano. Un acad\u00e9mico de la Rep\u00fablica Checa describi\u00f3 a los l\u00edderes de su pa\u00eds como \u00abh\u00e9roes\u00bb porque, junto con los presidentes de Polonia y Eslovenia, viajaron a Kiev cuando empez\u00f3 la guerra para prometer su apoyo personal al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.<\/p>\n

Varios contactos ofrecieron una raz\u00f3n m\u00e1s plausible para la inclinaci\u00f3n hacia Ucrania: quer\u00edan impedir cualquier retorno al dominio ruso de la regi\u00f3n, lo que podr\u00eda conducir a una vuelta al control centralizado de Mosc\u00fa y a una posible adopci\u00f3n de los tipos de arte de gobernar empleados bajo los reg\u00edmenes comunistas establecidos por el Kremlin tras la Segunda Guerra Mundial. Quieren debilitar a Rusia, cueste lo que cueste, para que deje de desempe\u00f1ar un papel dominante en Europa Oriental y los Balcanes.<\/p>\n

Y, lo que es m\u00e1s, quieren que se les quite de las manos la prosperidad que han experimentado desde el colapso de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica hace algo m\u00e1s de treinta a\u00f1os. La mayor\u00eda de las naciones de Europa del Este son ahora visiblemente pr\u00f3speras, con restaurantes caros, hoteles elegantes y filas de tiendas de marcas italianas y francesas en los centros de las ciudades. Incluso cuando uno ve los monstruosos bloques de apartamentos estalinistas que ensucian muchas zonas urbanas, al tiempo que observa en las zonas rurales edificios abandonados y agujeros de bala en las fachadas que datan de los problemas de la d\u00e9cada de 1990, la impresi\u00f3n es definitivamente de lujo. En mi viaje vi m\u00e1s autom\u00f3viles caros que en ning\u00fan otro lugar, desde los omnipresentes Mercedes y BMW hasta los mucho m\u00e1s exclusivos Maseratis y Lamborghinis, pasando por algunos Bentley y Rolls Royce. Bucarest, la capital de Ruman\u00eda, tiene menos de 3 millones de habitantes que han matriculado 1,5 millones de autom\u00f3viles. Y observ\u00e9 que las calles y carreteras de todo el Este estaban mejor mantenidas que en muchas partes de los Estados Unidos de Joe Biden.<\/p>\n

Hay que tener en cuenta que muchas personas que viven ahora en Europa del Este tienen recuerdos directos y en gran medida desfavorables de los fracasos econ\u00f3micos y sociales que se remontan a la \u00e9poca en que gobernaban apoderados sovi\u00e9tico-comunistas respaldados por intervenciones militares (Hungr\u00eda, Checoslovaquia) cuando alguien se sal\u00eda de la l\u00ednea. Y la generaci\u00f3n m\u00e1s joven s\u00f3lo conoce los mercados libres y las elecciones relativamente libres y estar\u00eda a\u00fan menos dispuesta a querer volver a las viejas costumbres descritas por sus padres. Todo ello se suma a la preocupaci\u00f3n por una Rusia posiblemente irredentista.<\/p>\n

As\u00ed pues, me parece que lo que prevalece y ha determinado las actitudes y perspectivas es el miedo a volver a algo parecido al comunismo, \u00abel espectro que recorre Europa\u00bb, y el comunismo, hist\u00f3ricamente hablando, significa Rusia, nos guste o no. De hecho, me opuse a juzgar a la Rusia de hoy por un criterio de culpabilidad por asociaci\u00f3n con un concepto socioecon\u00f3mico descartado, sobre todo porque Rusia es, sin duda, al menos comparable a la mayor parte de Europa del Este en t\u00e9rminos de libertad de elecciones y otras libertades fundamentales. Y tambi\u00e9n est\u00e1 el v\u00ednculo com\u00fan de la religi\u00f3n ortodoxa, que es el credo mayoritario en la mayor\u00eda de los Estados de la regi\u00f3n, aunque un intelectual eslovaco me describiera la religiosidad de sus compatriotas como \u00abtodos son paganos\u00bb.<\/p>\n

As\u00ed pues, es razonable sugerir que se preferir\u00eda alg\u00fan tipo de relaci\u00f3n multilateral amistosa a un acuerdo en el que una alianza militar hostil impulsada por los neoconservadores se enfrenta al pa\u00eds con el mayor arsenal nuclear del mundo. Pero sea como fuere, mi viaje me abri\u00f3 los ojos a la realidad de que los europeos del Este tienen preocupaciones leg\u00edtimas sobre lo que Rusia representa, basadas en realidades hist\u00f3ricas. Es innegable que se trata de un factor que influye en c\u00f3mo se est\u00e1 alineando el apoyo a una mayor intervenci\u00f3n de la OTAN\/occidente y, en ese contexto, hay que se\u00f1alar que los gobiernos polaco, checo y eslovaco han sido l\u00edderes en el suministro de armas extra\u00eddas de sus propios arsenales a los ucranianos. Hay que esperar que en un momento dado todos entren en raz\u00f3n y se den cuenta de que matar a decenas de miles de ucranianos y rusos ha sido un ejercicio in\u00fatil que s\u00f3lo retrasar\u00e1 una inevitable resoluci\u00f3n negociada del conflicto.<\/p>\n

Philip Giraldi, 11 de abril de 2023<\/p>\n

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Philip M. Giraldi, Ph.D., es Director Ejecutivo del Council for the National Interest, una fundaci\u00f3n educativa deducible de impuestos 501(c)3 (N\u00famero de Identificaci\u00f3n Federal #52-1739023) que busca una pol\u00edtica exterior estadounidense en Oriente Medio m\u00e1s basada en los intereses. Su p\u00e1gina web es councilforthenationalinterest.org, su direcci\u00f3n es P.O. Box 2157, Purcellville VA 20134 y su correo electr\u00f3nico es inform@cnionline.org<\/a>.<\/p>\n

Fuente: https:\/\/www.unz.com\/pgiraldi\/perspectives-from-eastern-europe\/<\/a><\/p>\n

Traduccion por ASH para Red Internacional<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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