Análisis económico y geopolítico del acuerdo de libre comercio entre Mercosur y UE – por Federico Addisi y Diego Pappalardo

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Luego de 20 años de negociaciones se llegó finalmente a firmar el Acuerdo de Libre Comercio entre la UE y el Mercosur. En el presente análisis buscaremos abordar las consecuencias económicas de dicho tratado, pero también -y de esto nadie habla- la cuestión geopolítica que acarrea el mismo, como también las tensiones que esto produce.

En materia económica, se trata de la vieja y remanida trampa -elevada a nivel de ciencia económica ortodoxa- de la división internacional del trabajo. Pero veamos, dentro de lo poco que se conoce de la “letra chica”, como sería el intercambio comercial que justifique nuestra aseveración:

 

1-CUESTION ECONOMICA-COMERCIAL

-Comercio de bienes: el Mercosur accede a reducir aranceles a cero para el 90% de los productos importados desde la UE, en su mayoría bienes manufacturados. La reducción progresiva de aranceles se realizaría en los próximos 15 años, pero el 60% se realizará en menos de diez años.

-Reglas de origen: el Mercosur aceptará cláusulas con criterios flexibles para determinar si un bien es originario de Europa, por lo que la UE podrá importar insumos de terceros países (China, o donde sean más baratos) y con modificaciones mínimas adquirirán estatus de productos made in Europe, entrando con aranceles cero.

-Laboratorios europeos: sus patentes medicinales tendrán un periodo de exclusividad adicional a los 20 años que otorga la OMC. Esto será especialmente perjudicial para la posibilidad de producir medicamentos genéricos.

-Libre navegabilidad de los ríos: El Mercosur evalúa permitirle a la flota mercante europea la libre navegación de sus mares y ríos. Es imposible en este punto no rememorar con nostalgia la férrea defensa de nuestros ríos interiores realizada por Juan Manuel de Rosas en el siglo XIX, justamente, cuando las dos armadas más poderosas del momento; Gran Bretaña y Francia, pretendían la libre navegación para imponer el libre comercio en toda la cuenca del Plata.

-Compras gubernamentales: reducción de umbrales mínimos de montos para que las empresas europeas participen de licitaciones con iguales condiciones que las empresas nacionales (especialmente obra pública). Incluso podrán participar en igualdad de condiciones en compras públicas a nivel subfederal.

– Tratado comercial Asimétrico. Veamos:

La capacidad productiva de la Unión Europea es cuatro veces más grande que la del Mercosur en términos de PBI. Sólo Alemania tiene un PBI que casi equipara a la suma de todos los países del Mercosur. Mientras que el PBI per cápita en la Unión Europea en 2018 fue de u$s 41.890,  el del MERCOSUR fue de u$s10.600 (medido en precios corrientes).

La asimetría es evidente. Por tanto, la mejor forma de evaluar los posibles efectos de un acuerdo con los europeos para nuestras industrias y nuestros trabajadores es ver qué sucedió en otros casos de tratados comerciales asimétricos firmados por la UE.

Con este Tratado, la Argentina refuerza su posicionamiento internacional dentro de la histórica División Internacional del Trabajo que desde el siglo XIX le impuso el Imperio Británico y que la relega a ser una mera exportadora de materias primas, importadora de productos manufacturados con mayor valor agregado y una población sumida en la pobreza. Como señala nuestro maestro Marcelo Gullo, Argentina necesita una “insubordinación fundante” y que en materia de política internacional no es otra que la negación de la división internacional del trabajo.

En su lugar, se necesita trabajar por lograr la real unidad del América Hispana (a diferencia de la UE -un Estado-continental con 27 naciones; se trata de una sola nación balcanizada). Y esto es así porque el Mercosur jamás pasó de ser un simple tratado de libertad aduanera. Y cuando se buscó avanzar en una integración real, verbigracia con la UNASUR, el proyecto fue torpedeado hasta su disolución.

2- CUESTION GEOPOLITICA

La profundización del funcionamiento del liberalismo internacionalista, gestionado por algunos clanes de poder y vehiculado mediante el Atlantismo, exacerbó los sentimientos de ciertas dirigencias y precisos sectores nacionales del centro de Occidente y partes del resto del Mundo porque les querían imponer, arbitraria y bélicamente, un solo formato de vida y el bombeo de gran parte de los recursos hacia las élites centradas en los países base del Atlantismo. De este modo pudo observarse un “reverdecer” de los movimientos nacionales (Estado-Nación) que se resistían a este estado de cosas, por ejemplo el brexit en Gran Bretaña, el nacionalismo polaco, las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia, el deseo rupturista de Grecia, luego de su crisis económica originada por una deuda impagable y tantos más.

Así las cosas, el eje Francia- Alemania con su sistema bancario y la “zona Euro”, tuvo que salir al rescate de los países en crisis, a la vez que se veía tironeada por las propias tensiones del poder mundial. Esto es, el mantenimiento de la hegemonía de la Reserva Federal con el patrón dólar como respaldo, cuyo representante histórico es la familia Rockefeller; o bien, respaldarse en la City londinense encabezada por el clan Rothschild quienes son proponentes del patrón oro.

El mundo unipolar estaba fracasando y Alemania comenzaba a mirar hacia el Este, con el avance del pujante proyecto Euroasiatico promovido por Putin, cuyos principales artífices son Rusia y China. No es menor la política proteccionista de Donald Trump y su política de acuerdos bilaterales, con lo que el papel de la UE, ante este cambio de paradigmas se veía debilitado política y estratégicamente hacia adentro y en virtud de su papel en el llamado Nuevo Orden Mundial.

El complejo de clanes que representa, entre otros, Soros brega por una reformulación de la UE para revitalizarla e impedir de ese modo su desintegración porque, en caso de darse ese desmantelamiento, significará una derrota estratégica para el Globalismo considerando que hay proceso de traslado de Eje hacia la esfera euroasiática con la pérdida de influencia del liberalismo internacionalista (transfronteras, disolución de Estado-naciones, inmigración ilimitada, ideología de género, caída del Dólar, etc). Es por esto que Macron es bendecido como el nuevo interlocutor del proyecto, en detrimento de una ambivalente Merkel. Pasando en limpio, gente como Soros quiere fortalecer la UE para que ésta supere la crisis en la cual está por haber aplicado los valores y las mecánicas del liberalismo internacionalista y para que sirva de contrapeso a los otros bloques geopolíticos.

En ese marco de decadencia internacional, de problemáticas internas graves de la UE y la respuesta de clanes representados por Soros por procurar salvarla y reposicionarla globalmente, tenemos que vincular al Acuerdo UE-Mercosur. Sí o sí, la dirección de la actual reestructuración de la UE tiene que salir a capturar (o recapturar) más espacios internacionales para no perder frente a Trump, Putin y Xi Jinping, tres líderes anti-liberales internacionalistas y deconstructores del Eje atlantista y de la zona Dólar.

Finalmente, es nuestra opinión que este Acuerdo otorgará más ganancias al Brasil, bajo el formato de Bolsonaro, que a la Argentina de Macri-Vidal, no solamente por razones de composición de estructuras de exportación de ambos países sino porque Brasil ha sido designado por la City de Londres, Wall Street, e incluso la industria del armamento del Pentágono, para ser el Eje regional en detrimento de la Argentina.

Pero de aquí, y ante el panorama electoral que prontamente se ha de vivir en nuestro país (Argentina), puede emerger un reordenamiento y una oportunidad. De llegar a triunfar la oposición, es menester que el desventajoso acuerdo, para ser finalmente aplicado, que deberá pasar antes por el Congreso de la Nación de la República Argentina y ser refrendado también por los parlamentos de los distintos países europeos, sea rechazado. Y aprovechar a su vez, el “corrimiento” de Brasil, a través de Bolsonaro, y gestionar el ingreso de la Argentina al eje de los BRICS toda vez que se trabaje en paralelo en la unidad continental de la América Hispana.

Federico Addisi y Diego Pappalardo, 1 julio 2019

 

Publicado originalmente en Noticias del Congreso Nacional, Buenos Aires, Argentina
Republicado por Red Internacional
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