Antisemitismo y “la necesidad” de proteger a los judíos – por Israel Shamir

Francia atraviesa un periodo de rápido retroceso de sus libertades. Todas las naciones lo están viviendo, pero Francia va a la cabeza. Desde hace varios años, los franceses tienen leyes que prohíben cosas que desagradan a los judíos; y ahora, están expandiendo estas leyes que castigan no sólo por lo que se dice o se escribe, sino también por lo que se piensa.

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Justifique siempre sus acciones por la necesidad de proteger a los débiles y vulnerables. Esta es la primera regla de la retórica política. Si bombardea a Siria, no admita que lo ha hecho para instalar un régimen títere o para construir un oleoducto. Diga que lo ha hecho para salvar a los niños de Alepo gaseados por Assad el Carnicero. Si ocupa Afganistán, no admita que está haciendo grandes ganancias con el tráfico de heroína; diga que ha venido a proteger a las mujeres. Si quiere someter a su pueblo a una vigilancia total, diga que lo hace para evitar que los grupos de odio ataquen a las minorías indefensas y diversas.

No lo olvide: no hay necesidad de preguntar a los niños, mujeres o inmigrantes si quieren su protección. Si le obligan, siempre podrá encontrar algunos perfiles adecuados dispuestos a mirar a las cámaras y a repetir un corto texto. Por más que yo rechace la hipocresía de la R2P (la ‘responsabilidad de proteger’), no puedo culpar a los supuestos protegidos por los desastres causados por los protectores no deseados.

Este pensamiento me vino a la mente durante mi reciente visita a Francia por la publicación de mi nuevo libro “En el nombre de Cristo”[1]. Francia atraviesa un periodo de rápido retroceso de sus libertades. Todas las naciones lo están viviendo, pero Francia va a la cabeza. Desde hace varios años, los franceses tienen leyes que prohíben cosas que desagradan a los judíos; y ahora, están expandiendo estas leyes que castigan no sólo por lo que se dice o se escribe, sino también por lo que se piensa, por lo que se “insinúa” o hasta por guiñar un ojo. Tal vez se vote muy pronto la ley que criminaliza el antisemitismo y el antisionismo. Como la ley aprobada en 2015 (después del atentado contra Charlie Hebdo[2]) contra la “apología del terrorismo”, la nueva ley autorizará al gobierno a aprehender a cualquiera, sólo por un tweet o una publicación en Facebook, o a mandar a una persona a “prisión preventiva” por 18 meses, incluso sin siquiera pasar por un tribunal. El juez le sancionará sobre la base de una “íntima convicción” sobre las “intenciones ocultas” del presunto culpable.

La lucha contra el supuesto antisemitismo se ha convertido, como en el Reino Unido, en un poderoso instrumento de las élites gobernantes contra el pueblo. Se usa contra los Chalecos amarillos de Francia, y contra la oposición en general. Las autoridades invocan el principio de la R2P para atacar las libertades de los franceses, bajo el supuesto argumento de proteger a los judíos, como si los judíos necesitaran protección. Y es así como en el nombre de los judíos les confiscan la libertad a todos.

Con un poco de libertad poética, uno podría proclamar que los judíos son inocentes de este ataque, como los niños de Alepo no tienen la culpa por el bombardeo de Siria o como las mujeres afganas tampoco son culpables de la ocupación estadounidense. A los judíos se les viene usando  como víctimas proverbiales, pero también a los niños y a las mujeres. La culpa y la responsabilidad son de quienes los usan como pretexto.

Bien podría usted argumentar que tal comparación suena un poco forzada, porque las instancias judeo-francesas participan activamente en esta campaña contra la libertad de los franceses. Sí, es cierto, pero estas organizaciones son los guardianes voluntarios y autoproclamados del interés judío. Los judíos no votaron por ellos, no los eligieron. El gobierno podía haberles ignorado  diciendo que no representan a sus conciudadanos judíos. De hecho, esa era la posición francesa tradicional, el rechazo a tratar con las organizaciones judías al afirmar que los judíos franceses son en primer lugar franceses y que no necesitan de intermediarios. Si el gobierno decidió escuchar a estas organizaciones, es sólo porque dicen lo que el gobierno quiere escuchar.

En Annecy, una de las ciudades medievales más bellas de Francia, me reuní con Maître Viguier, el abogado de Alain Soral, y acompañados con una fondue, la famosa especialidad regional, me contó una historia sorprendente.

Durante una de sus manifestaciones, los Chalecos amarillos quemaron una foto de una personalidad de la televisión francesa, Bernard-Henri Lévy (BHL, como se le conoce), y de otros personajes por el estilo. Esta escena aparece en un alegre videoclip (en forma de canción de rap) que usted con gusto puede ver[3]. Sin embargo, dicho videoclip fue difundido en un sitio web asociado a Alain Soral.

El CRIF, y/o la LICRA (Liga contra el racismo y el antisemitismo) y otras entidades más acusaron a Soral de antisemitismo, un delito penado por la ley, sobre la base de estos hechos, y exigieron dos años de prisión más una multa de 30,000 euros + 82,500 euros como compensación para las “víctimas”. Maître Viguier dice que las élites tratan de unir al pueblo judío contra los chalecos amarillos y contra los franceses comunes y corrientes. Otros simpatizantes de los Chalecos, Jean Bricmont y Étienne Chouard, son los próximos en la lista, después de Soral.

El CRIF argumentó que el rap contenía ‘lenguaje codificado’ y que la foto quemada de BHL sugiere un gran incendio para quemar a todos los judíos. “Entre 1940 y 1945, los nazis tildaban a los judíos de ‘plaga’ y de ‘parásitos’ que debían ser exterminados”, dicen los de la CRIF. Y es por eso que la palabra ‘parásitos’ aludida en el videoclip se refiere forzosamente a los judíos que deberían ser exterminados. Un argumento muy débil desde la lógica, Sócrates enviaría a todos estos sofistas del  CRIF de vuelta a las madrigueras donde suelen esconderse de la luz del sol. Independientemente de lo que dijeron los nazis, no tienen ellos los derechos de autor sobre la palabra ‘parásitos’. En la Unión Soviética, después de la revolución de octubre de 1917, cuando los judíos ocuparon una posición notoria en la sociedad, la canción revolucionaria más popular decía que los parásitos no tenían derecho a gobernar el país.

Los parásitos son los que no trabajan y sólo consumen, y ésta no es para nada una característica exclusiva de los judíos. Al retomar la idea de que los judíos son los parásitos, las autoproclamadas organizaciones judías caen en un vil antisemitismo.

¿Qué hay de malo en quemar una foto de BHL? Sobre este asunto, esto fue lo que redacté durante mi visita a Francia el 18 de junio de este año[4]:

BHL es un ciudadano francés con derecho a expresar sus propias opiniones. Sin embargo, ninguna de sus opiniones podría o debería ser tomada como “la posición de los judíos”. Los judíos franceses, y seguramente los judíos del mundo entero, manifiestan una amplia variedad de opiniones, algunos están de acuerdo con BHL en algunos puntos y otros no, algunas veces hasta se oponen enérgicamente. El Sr. BHL fue un ferviente partidario, incluso hasta un instigador, de la invasión de la OTAN contra Libia en 2011, la cual hizo de este país relativamente próspero del norte de África un Estado fallido liderado por grupos islamistas bien armados. Fue también un ferviente partidario y hasta instigador del golpe de Estado en Kiev en 2014, el cual derrocó al presidente legítimo de Ucrania y atrajo seguidores del colaboracionista nazi Stepan Bandera al poder. Además, el Sr. BHL ha intentado instigar la ira de sus compatriotas franceses contra los Chalecos amarillos. Estas opiniones, entre otras de sus convicciones, habían causado indignación en algunos ciudadanos franceses, quienes la expresaron quemando su foto. Estos actos de BHL y los de sus adversarios son perfectamente legítimos dentro de los límites de la libertad de expresión pública.

Lo que no es ni puede ser legítimo, es un intento por parte del “Consejo representativo de las instituciones judías de Francia” (CRIF) de crear una falsa impresión, como si esas opiniones y actos del Sr. BHL fueran una expresión de la posición judía. Es una ofensiva mentira antisemita. Los judíos de Francia, como los de Israel y del mundo entero, no deseaban necesariamente el bombardeo de Libia o los disturbios en Kiev; los judíos no tienen una posición política unificada sobre las elecciones francesas o los movimientos políticos franceses. Algunos judíos franceses apoyan a los chalecos amarillos, y otros los rechazan. Unos votan por Macron y otros por Marine Le Pen o por el Sr. Soral.

Son sólo antisemitas perversos los que alegan que todos los judíos siguen y apoyan a BHL. Esta afirmación despreciable ha sido defendida por el CRIF, una autoproclamada “organización judía”.

Permítanme repetirlo: la organización llamada CRIF no representa a los judíos franceses, ya que no fue elegida por ellos. Ni los judíos franceses ni de otro lado aceptan ser dirigidos por el CRIF. Se trata de una organización política con sus objetivos propios, y los mismos no coinciden con los de la mayoría de los judíos en Francia o en cualquier otro lugar.

Mientras que es posible argumentar que en algunos casos el CRIF actúa a favor de los intereses de los judíos al luchar contra el prejuicio antijudío; en este caso en particular, el CRIF actúa contra los intereses judíos, en la medida en que esta acción contribuye a reforzar el prejuicio antijudío según el cual todos los judíos actúan en conjunto para algún objetivo dudoso como la destrucción de Libia o de Ucrania o algún otro objetivo controversial.

Los judíos, en su condición de judíos, no tienen una posición en estos asuntos. El Sr. BHL no es un representante electo ni una autoridad espiritual para los judíos en Francia ni en otro lugar. No se viste como un judío practicante, no observa las leyes y costumbres judías; su familia es conocida por albergar apóstatas; sus acciones siempre fueron las de un agente libre; nunca consultó a las autoridades judías, espirituales o temporales.

Él tiene derecho de expresar sus puntos de vista y opiniones; sin embargo, no debe afirmar que actúa en interés de los judíos o que representa a los judíos. Y mucho menos el CRIF puede presentar una protesta contra BHL como un acto contra el pueblo judío en su totalidad; como un acto de antisemitismo. Si hay alguien antisemita es el CRIF que sugiere que un ataque contra BHL es un ataque contra el pueblo judío. Si fuera el caso, ¿deberíamos considerar una condena del comediante negro Dieudonné como un acto de racismo anti-negro?

En Israel es perfectamente legal quemar la imagen de BHL; y pretendo hacerlo mañana en Tel Aviv, en la Gordon Beach. Ningún tribunal en Israel me acusará de antisemitismo si yo quemo su foto; lo mismo con una foto de Netanyahu, quien es además un representante electo del Estado judío de Israel. Mientras que la bandera israelí está protegida contra la profanación, una imagen de una persona de origen judío no. Somos libres de quemarla o de hacer lo que queramos con ella.

Estoy seguro de que los ciudadanos franceses no son menos libres que los ciudadanos israelíes, y espero que el tribunal francés rechace la demanda sin fundamento de la autoproclamada organización judía llamada CRIF contra el Sr. Alain Soral. Estaría bien que el Sr. BHL tuviera el coraje de apoyar al Sr. Soral contra el CRIF afirmando que este grupo no actuó ni actúa como el representante legítimo o la autoridad espiritual de los judíos franceses. Mejor aún si la república francesa acusara al CRIF de fomentar el prejuicio anti-judío por medio de denuncias infundadas.

Si la república francesa considera necesario condenar al Sr. Alain Soral por una razón u otra, que lo haga sin pretender actuar en nombre de la causa judía. ¡Dejemos fuera a los judíos de esta polémica! Nosotros y nuestros antepasados ya han sufrido bastante sin ser utilizados como una clase de argumento supremo en una disputa interna entre franceses.

Eso fue lo que le dije al Sr. Viguier, el abogado francés, y presentó mi argumentación en el tribunal francés. Puede leer toda la argumentación sobre el caso en francés[5] o simplemente ver la entrevista[6] (en inglés con traducción al francés) que tuve con un popular presentador y analista, Jean-Michel Vernochet, y la fascinante poeta y pensadora, Maria Poumier, mi traductora.

Las historias de judíos nos ocupan el espacio mental indebidamente, y me alegra haber podido ayudar a los franceses en estado de asedio, defendiendo al mismo tiempo a los judíos. Dios sabe que los judíos tienen pecados suficientes como para tener que cargar con los pecados del establishment francés.

Sería triste e insensato concluir este artículo con un tono tan sombrío, mientras que un glorioso verano se alza frente a nuestros ojos. Crucemos el Canal de la Mancha, donde el indomable primer ministro de Malasia de 93 años, Tun Dr. Mahathir Mohamad, o simplemente Dr. M, habló frente a estudiantes ingleses durante un debate en el Cambridge Union el domingo 16 de junio. El público de Cambridge quedó encantado con el brillante ingenio del Dr. M, informó la prensa.

“Tengo algunos amigos judíos, muy buenos amigos, no son como los otros judíos, por eso son mis amigos”, dijo el Dr. M causando carcajadas en el público. Espero que me cuente entre sus amigos ya que me invitó a Kuala Lumpur hace 15 años y escribí un artículo sobre Malasia y sobre él, el hombre que había combatido a Soros y al FMI y que había ganado. Lea cómo lo logró (en inglés)[7].

Muchas veces calificó a Israel como ‘la fuerza detrás de todas las calamidades de Medio Oriente’. Nunca tuvo miedo de que lo etiquetaran como antisemita. Y aun así, este gran hombre (cuyo  nombre basta para horrorizar a los activistas judíos y empuja al Club Laborista de la Universidad de Cambridge a declarar su “solidaridad con los judíos británicos”) gobernó su país por más de 40 años y recientemente fue reelegido como candidato del partido de la oposición. Ya sobrepasa los 90 años de edad y sigue estando fuerte y entero.

¡Así que no pierdan el ánimo, amigos y lectores! Sigan el ejemplo del Dr. M. y no tengan miedo de ser llamados ya-saben-cómo. No es el fin del mundo. La voz de los judíos es poderosa sólo cuando está al unísono con el poder, y cuando sus oponentes son dóciles y debiluchos. Los hombres decididos pueden derrotar a la oposición tan fácil como pasar por alto un pleito entre mujeres en un mercado.

Israel Shamir, 25 junio 2019

Traducido por: Daniel Osuna

Contacto del autor: adam@israelshamir.net

Publicación original en inglés: The Unz Review

Publicacion original en Espanol: Red Internacional

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NOTAS

[1] Libro en francés disponible para su compra en línea: https://livre.fnac.com/a13557578/Israel-Adam-Shamir-Au-nom-du-Christ o https://www.amazon.fr/Nom-Christ-Shamir-Isra%C3%ABl-Adam/dp/2376040299/ref=sr_1_1?__mk_fr_FR=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&keywords=au+nom+du+christ+livre&qid=1561810320&s=gateway&sr=8-1

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Atentado_contra_Charlie_Hebdo

[3] https://www.youtube.com/watch?time_continue=4&v=rxFchAvqwK4

[4] Carta disponible en francés: https://plumenclume.org/blog/462-la-licra-vue-par-israel-adam-shamir

[5] https://www.egaliteetreconciliation.fr/Affaire-du-clip-de-rap-Gilets-jaunes-les-conclusions-en-defense-devant-le-Tribunal-correctionnel-de-55208.html

[6] https://www.youtube.com/watch?v=c_lg6lLknME

[7] http://www.unz.com/ishamir/the-malaysian-solution/

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