Para EEUU, es imposible competir con China en términos económicos en América Latina

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La gira sudamericana del secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, es una evidencia más de la reactivación de la doctrina Monroe, una política exterior que ve a América Latina como un territorio “natural” bajo la influencia de Washington, dijo a Sputnik el analista internacional Sergio Rodríguez Gelfenstein.

Uno de los puntos más relevantes de la agenda de Mattis es intentar revertir la importancia de China como un aliado estratégico de la región. De hecho, como reveló a la prensa el ministro de Defensa de Brasil, Joaquim Silva e Luna, durante su paso por ese país, su par estadounidense exhortó a reducir “la dependencia tecnológica e incluso económica de países que no están alineados con nuestra forma democrática de proceder”.

El mensaje, sin referencia explícita a Pekín, se inserta en un contexto de creciente intercambio comercial entre el gigante asiático y América Latina, así como de cuantiosas inversiones en infraestructuras y programas de cooperación en materia tecnológica.

Washington ve esto como una amenaza a su poder en la región, opinó Rodríguez Gelfenstein. Por eso, consideró, EEUU opta por “resucitar la doctrina Monroe”, es decir, “la necesidad en términos geoestratégicos que tiene de controlar lo que ellos consideran su ‘patio trasero'”.

Estos lineamientos de política exterior —que se suelen resumir en la frase ‘América para los americanos’— datan del siglo XIX, cuando crecía la influencia británica y de otros países europeos en una región contigua a EEUU. Hoy, según Rodríguez Gelfenstein, “el enemigo no es más Gran Bretaña, sino China y Rusia”.

En el resto del mundo, los lazos comerciales y la inversión china se multiplican exponencialmente en Asia y África. En Europa, se suscita una situación de tensión: por un lado están las exigencias de EEUU, pero por el otro los países “no pueden dejar de comerciar con China, no pueden dejar de comprarle gas a Rusia ni petróleo a Irán”.

“Entonces EEUU tiene que tratar de controlar su espacio natural, que es América Latina. Para eso está haciendo un esfuerzo mayor, aunque ya es imposible que pueda competir con China en términos económicos”, dijo Rodríguez Gelfenstein.

“Es creciente la presencia de China y potencialmente va a ser mucho mayor. EEUU no tiene capacidad económica para competir en eso. Entonces lo único que puede hacer es la vía de la fuerza, la vía de la amenaza y el chantaje”, agregó.

La situación económica mundial, en un creciente auge del proteccionismo por parte de EEUU, “hace que los países latinoamericanos tengan que buscar inversión y recursos” en otros mercados. Y actualmente “donde hay dinero no es en el Fondo Monetario Internacional, ni en el Banco Mundial, sino en China”.

Venezuela, la ‘obsesión’ de EEUU hace 20 años

En este contexto, no sorprenden las declaraciones de Mattis que consideran “equivocado” elegir otros aliados que no sean su país. El funcionario tiene entre los principales puntos de su agenda consensuar una línea dura contra Venezuela y de hecho propuso a Brasil “liderar” la respuesta regional a la crisis en el país caribeño.

En un encuentro con soldados en una escuela de guerra en Río de Janeiro, Mattis calificó al Gobierno de Nicolás Maduro como un “régimen hambriento de poder, opresor, que empuja a los refugiados hacia Brasil, Colombia y otros lados”, según reporta la agencia AFP.

Para Rodríguez Gelfenstein este tipo de declaraciones son la moneda común de una “agresión permanente que ha durado prácticamente desde que el presidente Hugo Chávez llegó al Gobierno en 1998”, con puntos álgidos como el golpe de Estado en su contra que duró poco menos de 72 horas.

El analista también recordó “el permanente cerco” en torno a Venezuela, con hechos como la reactivación en 2008 de la Cuarta Flota de la Armada estadounidense en el Caribe, la intención de instalar nuevas bases militares en Colombia o el fortalecimiento de la ya existente en Honduras.

Pero también el ingreso de Colombia a la OTAN, la realización de maniobras “nunca antes vistas” en el Caribe, o la AmazonLog 17, cuando “por primera vez en la historia” Brasil, Colombia, Perú y EEUU participaron en ejercicios conjuntos en la Amazonía brasileña.

Además señaló “supuestas bases de apoyo policial para efectos humanitarios”, un modo de “burlar la función de control de los Congresos de los países para la entrada de tropas extranjeras”.

“Estamos viendo una ofensiva continuada permanente que dura ya casi 20 años y que también tiene su efecto en términos políticos y diplomáticos”, resumió.

En cuanto a la elección de los países de la gira —Brasil, Argentina, Chile y Colombia, naciones críticas con Caracas— el experto consideró que “no tiene mucha importancia” lo que digan los líderes locales, sino que hay que “seguirle el paso a las acciones de EEUU, que finalmente es el jefe de estos países”.

Por otra parte, Rodríguez Gelfenstein subrayó los intentos de varios Estados por enterrar a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), proyecto de integración que tuvo como “padre” a Brasil.

“Si algo funcionaba bien y de manera acelerada y había coordinación en Unasur era en la comisión que agrupaba los intercambios entre las Fuerzas Armadas, entre las cuales las brasileñas tenían el protagonismo más importante. [Michel] Temer se lo ha quitado, les ha reducido su presupuesto y ha hecho lo que ningún otro presidente de Brasil había logrado, que era subordinar las Fuerzas Armadas brasileñas a la lógica de EEUU”, concluyó.

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