En Yemen los oficiales saudíes ejecutan implacablemente a los soldados sudaneses que se retiran

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El general Sissi, presidente de Egipto, gira una visita oficial de dos días a Sudán. Las relaciones entre los dos países se deterioraron tras el alineamiento de Sudán con Etiopía en el litigio sobre la presa de Nahda.

Es otro ejemplo del reajuste en el Cuerno de África, que ya hemos expuesto, consecuencia del reasentamiento de los imperialistas e Israel en la región de África oriental. La alianza entre Etiopía y Eritrea conduce a otra alianza entre El Cairo y Jartum.

Ambos países están enredados en una trama que supera sus propias capacidades. Los recientes acontecimientos en Gaza han demostrado que Egipto es incapaz de desempeñar con éxito el papel que durante mucho tiempo le asignaron los mismos que le ayudaron a llegar al poder en 2011 con la Primavera Árabe.

En cuanto al sudanés Omar Al-Bashir, lleva ya más de 20 años al frente de Sudán y ya no sabe cómo seguir suministrando carne de cañón para alimentar la aventura militar en Yemen, a cambio de un puñado de dólares.

Lo mismo que Emiratos, Sudán creyó que la agresión contra Yemen era “pan comido” y su prolongación multiplica exponencialmente un número de muertes tan elevado que la población sudanesa no está dispuesta a soportar más tiempo, ni siquiera por un puñado de dólares.

También en Jartum, la leña no para de llegar al fuego. Se ha filtrado la noticia de que los soldados sudaneses que se negaron a entrar en combate o se estaban retirando de Yemen fueron ejecutados implacablemente por oficiales saudíes.

Ansarolah ha echado sal en las heridas de Bashir pidiéndole que haga público el número de muertes de soldados sudanesas en la guerra de agresión contra Yemen.

Fuente 22julio 2018

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La Guerra de Yemen provoca un conato de revuelta palaciega en Emiratos Árabes Unidos

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Acaba de producirse una fisura en el interior la camarilla de príncipes y jeques que dirige Emiratos Árabes Unidos. La reciente deserción de un miembro de la familia gobernante que solicitó asilo en Qatar revela el malestar que reina en esta monarquía del Golfo de poco más de nueve millones de habitantes.

No todos los Emiratos que componen ese país son ricos en petróleo y gas, sino solamente Abu Dhabi, que es donde se concentra la riqueza, que luego se distribuye a los demás Emiratos, incluido el suntuoso Dubai. De hecho, es el gobernador de Abu Dhabi quien decide la gestión de los recursos de Emiratos Árabes Unidos, porque es él quien lleva las riendas.

Lo que ha provocado el malestar de los demás Emiratos son las cuotas de soldados movilizados en Yemen, la mayoría de los cuales proceden de los Emiratos depauperados, sin que sus gobernadores se hayan podido oponer a una decisión arbitraria.

Las pérdidas en Yemen son mucho mayores que las cifras anunciadas por los medios de comunicación yemeníes, lo que ha desencadenado una rebelión sorda entre los familiares de las víctimas.

El emir que ha solicitado el exilio en Qatar pertenece a uno de los Emiratos más marginales que ha perdido cientos de soldados en Yemen.

El jeque Rashid, el príncipe emiratí que ha decidido romper el silencio, ha dicho que los funcionarios emiratíes se oponen a la intervención militar en Yemen. Según él, los dirigentes de Abu Dhabi “no consultaron a los seis reinos restantes del país antes de tomar decisiones importantes” sobre la guerra de agresión dirigida por Arabia saudí.

El príncipe disidente ha revelado que los servicios secretos de Abu Dhabi le han chantajeado, amenazando con revelar una grabación de vídeo que afecta a su honor.

Los servicios secretos del emirato más rico de los Emiratos están obteniendo imágenes comprometedoras de los caciques emiratíes en numerosos lugares de libertinaje de Marruecos, país que se ha convertido en el principal destino turístico de los emiratíes en los últimos años.

Se vislumbra en el horizonte un comienzo de revuelta y no hay que descartar un estallido de esta monarquía de estabilidad frágil, a pesar de las apariencias.

Fuente, 20 julio 2018

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