Obrador y los dueños de México (los mercados contra la democracia)

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Desde ahora, son documentos invaluables para la historia las extensas entrevistas que le ha realizado Emmanuel Sibilla Oropesa a Alfredo Jalife-Rahme para la estación XEVT 104.1 FM / Telereportaje, del estado sureño de Tabasco, y su entrevista telefónica, el viernes, 1 de junio, no es la excepción. Quizá se trate del material que mejor explique el momento actual que se vive en la elección presidencial mexicana, que se llevará a cabo el próximo 1 de julio.

La entrevista se da un día después de que el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, anunciara la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio (25% y 10% respectivamente) provenientes de Europa, Canadá y México.

La política de guerra comercial de Estados Unidos (EU) depende ahora de las ocurrencias con las que ese día se despierte un presidente que arremete con sus trucos gastados en contra de aliados y rivales por igual. Argumenta que la imposición de los aranceles se da a través de una orden ejecutiva por razones de seguridad nacional. ¿Qué?

La confrontación de EU con Europa es cada vez más directa (“la lucha entre el dólar y el euro”, de acuerdo con Jalife-Rahme) y la usará en contra de Canadá y México hasta que consiga imponer sus condiciones en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Mientras tanto, a esperar un alza en los precios de los productos en ambos lados de la frontera… y que arda el mundo.

De alguna manera, la noticia le sonará bien a la base electoral de Trump, que por lo visto no se entera de nada, ni siquiera de cómo les afectan estas medidas. Trump hace todos estos ridículos malabares pensando siempre en las elecciones intermedias de noviembre, con el peligro latente de que llegue al Congreso una mayoría demócrata que lo saque de la Casa Blanca.

En el colmo de la hipocresía, a mediados del mes pasado, otro escándalo de corrupción —¡qué novedad!— le explota en las manos a Trump: los jugosos negocios que la familia y sus colaboradores están haciendo al amparo de China. ¡Ah, este… no, sí, habrá mano dura y ahora le impondremos a China nuevos aranceles! Al cabo que una noticia tapa a la otra…

Dos escenarios: el bueno…

El efecto de la guerra comercial en las elecciones mexicanas no debería cambiar las tendencias entre los tres principales candidatos. En todo caso, ayudaría a acrecentar las posibilidades de López Obrador, siempre tachado de “extremista” por los capitales financieros, que solo están esperando la hora para ponerlo a él y al país de rodillas.

Jalife-Rahme reporta que han salido 8 mil millones de dólares del país en los últimos tres meses: “Imagínate el choque económico, devaluación ante el dólar, fuga de capitales, desplome de la bolsa, falta de inversión… […] Esa es la verdadera dicotomía del planeta en el siglo XXI: los mercados contra la democracia“, afirma. De cualquier manera, ante esta situación, López Obrador ha respondido con prudencia, como lo ha hecho durante toda la campaña.

Un largo historial de predicciones fallidas nos dice que no es posible creer lo que dicen las encuestas, las más recientes, del periódico Reforma y Parametría, de Francisco Abundis. El problema radica en saber si están demasiado abultadas en favor de López Obrador o bien, que sea “de tal magnitud el sentimiento ‘anti establishment’ que impera en México”, que de alguna manera reflejen lo que va a suceder el domingo, 1 de julio.

Jalife-Rahme plantea dos escenarios sobre el posible resultado en la elección presidencial. La primera es que López Obrador gane con claridad. Esa pareciera ser la percepción en el ámbito empresarial internacional y de una buena parte de los medios de comunicación nacionales, en especial, Televisa, que podrían ser interpretados como mensajes del grupo en el poder: “Estos no juegan solos, los dejaron, no creo que estén tan sueltos”, dice el analista.

En este primer escenario, la elección debería centrarse más bien en cuántos legisladores lograría obtener la coalición encabezada por Morena, es decir, si logra tener mayorías tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, lo que le permitiría tener a su eventual gobierno un mayor margen de maniobra.

Jalife-Rahme explica que, de llegar a ganar, López Obrador tendrá que ‘apaciguar’ de alguna manera a los mercados: “Lo que le preocupa obviamente a EU es la cuestión del petróleo, el temor de que López Obrador dé reversa a la reforma energética. […] Ahí, en la negociación fina, es donde entra en juego el papel preponderante de Alfonso Romo, que prácticamente actuaría como vicepresidente. [Romo] acaba de tener una conferencia, antier en Guadalajara, y abiertamente dijo que ya había presentado su proyecto a las calificadoras. […] No van a tocar las reformas. Más que nada, la prioridad va a ser el ataque a la corrupción, promover las pymes (pequeñas y medianas empresas) y sobre todo [impulsar] al campo mexicano […] [López Obrador] tiene muy buenos economistas, son de primera, [Carlos M.] Ursúa [para la SHCP], una gente muy seria. […] Todavía opera con él Rogelio Ramírez de la O, que es un excelente economista. […] Trae un buen equipo a nivel de finanzas”, explica.

Más que una izquierda radical, Jalife-Rahme considera que López Obrador se acerca más a las políticas de Bernie Sanders en EU, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Jeremy Corbyn en Gran Bretaña. Es cierto que nos encontramos ante un cambio de paradigma en las elecciones a nivel internacional, representado en cada caso por estos personajes ‘anti-establishment’, denominados ‘de izquierda’. La gran pregunta es: ¿los dejarán llegar en sus respectivos países? ¿Será López Obrador el primero en esta nueva etapa? Esa quizá sea la pregunta que defina el rumbo de la política a seguir, al menos en una buena parte de nuestro continente, en los próximos años.

El malo y el feo

Sobre el segundo escenario, Jalife-Rahme observa que la tendencia del candidato de la coalición PAN-PRD, que ahora se encuentra en segundo lugar, Ricardo Anaya, está a la baja. Recordemos además que todavía tiene la amenaza de una acción penal en su contra por parte de la PGR (Procuraduría General de la República) por un caso de presunto lavado de dinero en el estado de Querétaro.

El analista atribuye esta tendencia a la baja en parte a su asesor, Jorge Castañeda Gutman, el ex secretario de la “enchilada completa”, de Relaciones Exteriores con Fox, y al hecho de que Anaya hubiera ido a provocar a López Obrador en el segundo debate… (Sí, sí, nadie recordará lo que Anaya le fue a decir, solo cómo se lo comió López Obrador con el gesto de la cartera)…

Mientras tanto, el candidato del PRI que ahora se encuentra en tercer lugar, José A. Meade, va a la alza: “El sistema es poderoso, yo no eliminaría que con el apoyo del [gobierno estadounidense] puedan imponer a su candidato. […] Este sistema no está muerto. Te diría [una frase que se le atribuye a un escritor español]: ‘Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud’. No seamos triunfalistas antes de tiempo. Cuidado”, afirma Jalife-Rahme.

“Si te vas a una elección de tercios, obviamente Meade y Anaya son los perdedores. […] Van a tener que decidir los dos que se pelearon a muerte, que son [el ex presidente Carlos Salinas de Gortari], que empujó a través de Diego Fernández de Cevallos la candidatura de Anaya, y [el ahora secretario de Relaciones Exteriores, Luis] Videgaray, que es el que realmente selecciona a Meade. Van a tener que decidir, uno de los dos tiene que declinar por el otro. […] Ahí entra el factor Diego, que ya vivió eso”, explica.

Son varios los desencuentros entre el grupo de Salinas y el gobierno, como ha explicado el periodista Mario Maldonado (El Universal, 11 de abril). Recordemos que en meses anteriores “el jefe” Diego, asesor jurídico de Ricardo Anaya, asistió tanto a los cumpleaños de José A. Meade como de Salinas, fiesta a la cual también asistieron Peña Nieto y varios miembros de su gabinete… pero no Videgaray.

Jalife-Rahme ve que el momento de las definiciones se dará alrededor del tercer debate, a llevarse a cabo el 12 de junio en Mérida, Yucatán: “Va a ser interesante si declinan antes del [tercer] debate o después. Yo creo que lo van a hacer un día después, porque [ahí] los dos se van a dedicar a golpear a López Obrador, sobre todo Anaya”.

A la pregunta de si aun hay tiempo suficiente para que uno de los dos candidatos alcance al puntero, Jalife-Rahme responde irónicamente: “[El ex presidente Felipe] Calderón, que sabe mejor que nadie de eso, dice que con dos semanas les basta”. Hace también referencia al modelo de Honduras y sus ‘controvertidas’ elecciones, en noviembre del año pasado, reconocidas por México y EU, a pesar del chapucero que hizo el presidente Juan Orlando Hernández, de la recomendación de la OEA (Organización de los Estados Americanos) para llamar a nuevas elecciones y cuyas protestas han provocado cerca de 40 muertos y más de mil 600 detenidos.

Finalmente, Jalife-Rahme no descarta que el gobierno estadounidense intervenga de alguna manera, posiblemente con alguna filtración, antes del día de las elecciones: “Todavía no sale el manotazo de Trump, puede haber escándalos muy fuertes”, afirma.

Como bien dice el investigador y documentalista, Ulises López Bengoa: “En un país democrático, en un mes estaríamos asistiendo a la victoria de López Obrador, sin embargo México no es así”.

Cajita de pandora

No he dado nombres, pues no se trata de avergonzarlos públicamente, pero durante estas elecciones me ha tocado ver a varios de mis contactos en redes sociales publicar notas falsas, noticias que no pasan ni la prueba periodística más básica de verificación de fuentes. Mucho me temo que lo que yo he visto no sean casos aislados.

No está de más insistir en que cada quien debe hacer lo que quiera con su voto y tratar de convencer a quien quiera, si creemos que importa. Ya habrá tiempo de celebrar a gritos y sombrerazos, como los grandes aficionados de la política que decimos ser.

Pero andar publicando información falsa, solo porque se ajusta a nuestra visión del mundo, es bastante grave, sobre todo en las redes digitales, entrenadas para reproducir nuestros propios prejuicios e incrementar la polarización de la sociedad.

Si no lo creen, véanse por un momento en el espejo de nuestros vecinos, al sur y al norte, de derecha e izquierda, y descubriremos cómo es ahí donde se pierde lo que debería ser una ciudadanía responsable.

Eduardo Ibarra Aguirre, 6 junio 2018

Fuente

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