‘Lobbying’ entre ricos: ¿Quiénes son los ricos que dirigen la política de EEUU?

5735685787

Una de las frases más descriptivas de la actualidad es aquella del magnate inmobiliario y financiero, Warren Buffet, en la que dijera: “Hay una guerra de clases y los ricos la vamos ganando”.

Ya que delimita claramente un escenario, reconoce un conflicto en el que los ricos “van ganado” con una apuesta clara por hacer más eficiente el dinero que ponen en política. Nada nuevo, por supuesto, aunque invite a describir exactamente cómo es que “van ganando” y cómo elaboran su política a mediano y largo plazo.

Los donantes como ejemplo

  • De acuerdo a Keneth Vogel del medio web Politico, Estados Unidos tiene dos grandes clubs de donantes en el partido Republicano y Demócrata. El primero de ellos se conoce como la red Koch, fundada por los propietarios de una corporación industrial-financiera denominada justamente Koch Industries. El segundo se llama Alianza Democrática y fue creado por los magnates financieros George Soros y Pete Lewis, junto al operador demócrata Rob Stein, ex estratega de Bill Clinton.
  • En la conformación de los dos grupos prevalecen altos ejecutivos, accionistas y dueños del sector finanzas y bienes raíces, trazando un perfil asociado al negocio del momento actual: la especulación. En el caso de la red Koch, a este grupo le siguen los empresarios relacionados a las industrias y la minería. En la Alianza Democrática, en cambio, son los ricos provenientes de la industria tecnológica, cultural y de desarrollo científico, marcando una diferencia entre los dos grupos, como se puede observar en la siguiente infografía:

  • Estos dos grupos se encuentran dedicados a realizar reuniones periódicas, junto a un número de donantes que varía entre 100 a 200, según un estudio del sociólogo Theda Skocpol de la nada conspiranoica Universidad de Harvard. Encuentros que van dirigidos a “maximizar la eficacia de sus donaciones políticos en un horizonte que vaya más allá de los ciclos electorales, bajo el objetivo de hacer algo más que elegir o reelegir demócratas o republicanos”. Siendo de los Koch el interés por políticas conservadoras y de ultra mercado, los de la Alianza Democrática miran hacia una globalización de libre mercado bajo valores progresistas, como el respeto a las minorías y todo lo relacionado a la libertad de elección.

Cuáles son sus objetivos y hacia dónde van sus donaciones

  • El estudio de Theda Skocpol sostiene que los dos clubs de donantes apuntan a canalizar recursos “hacia la creación de ideas, la acción cívica y la generación de liderazgos”. Así lo que buscan es unificar el flujo de dinero en objetivos que podrían tardar mucho tiempo, como producir “cambios en la cultura política estadounidense, la reorientación de la agenda política y la formación de las futuras generaciones de líderes políticos”. De esta forma se moldea una política a largo plazo.
  • En esta dirección, en las reuniones de los dos clubes de donantes se realizan foros de debate donde se acercan a posibles receptores de fondos que puedan movilizar la estrategia planteada. En el caso del club de los hermanos Koch, la mayoría de los fondos van dirigidos a organizaciones y políticos de su red. En cambio, en la Alianza Democrática, a los donantes se le entrega un conjunto de posibles receptores de dinero, que sean afines a la estrategia marcada, en el marco de una infraestructura progresista de 173 organizaciones. En palabras del investigador Andrew Prokop del medio Vox, clubes como estos son “intermediarios entre grandes donantes y grupos ávidos de dinero” que compiten por él.

  • Ejemplos concretos de esta dinámica se dan en la coincidencia de ambos clubes de tener sus propias agendas de datos electorales y de movilización, centros de estudios sobre estrategias y formación, y tanques de pensamiento dirigidos a elaborar esas denominadas ideas de las que hablan. Para esto han gastado entre 500 millones de dólares, en el caso de la Alianza Democrática, y mil millones de dólares por año en la organización de los Koch. Aunque esos números parecen menores, bien vale recordar que son sólo los datos que se hacen oficiales y no tienen en cuenta la relación que cada donante tiene con determinadas organizaciones y figuras políticas.

Tal es así que hasta el mismo Theda Skocpol reconoce que sólo tiene totalizado el 40% de los gastos que ha hecho el club de los Koch a lo largo de su historia. Lo demás, como lo que se articula paralelamente, pasa por debajo de la mesa y fuera de foco.

Resultados y prácticas

  • “Existe considerable evidencia de que la red Koch a través de donaciones ha logrado mover el Partido Republicano y la agenda política estadounidense hacia posiciones más conservadoras y de ultramercado”, sostiene Skocpol en su estudio. Incluso al punto de que el propio Trump no es un “chico Koch”, pero defiende algunas de las posiciones políticas e ideas creadas por esta red, que se mueven de una forma más pesada en recursos hacia el Congreso y el armado de las plataformas electorales. Uno de los máximos catalizadores de esta ofensiva es el movimiento conservador Tea Party, que sin dejar de ser antisindicalista ni pro libre mercado, se define como antiestablisment y recibe dinero de la red.
  • En este mismo sentido, Skocpol define los resultados de la Alianza Democrática, ya que convirtieron a “las políticas del partido Demócrata en más liberales y relacionadas a su agenda estratégica”. Su enfoque de financiamiento, además, apunta a “construir un gran movimiento progresista e influir en las metas y actividades que operan en la centro izquierda estadounidense”. Lo que se puede observar, por ejemplo, en la rapidez con la que una semana después de las elecciones organizaron una reunión junto a activistas, ONGs y sindicatos del Partido Demócrata para discutir sobre un movimiento de resistencia contra Trump. En la que participaron figuras y organizaciones, como la senadora Elizabeth Warren y Moven On, que apoyaron a Bernie Sanders.
  • Justamente bien viene al caso el famoso movimiento de resistencia contra Trump como ejemplo de este “enfoque dirigido a influir en las metas y actividades de muchas organizaciones que operan en la centro izquierda, incluso de manera indirecta e involuntaria”. Tal es así el afán por capitalizar esa energía, promovida a través de los medios, que a la misma Alianza Democrática le salió otro club de donantes del mismo partido, capitaneado por David Brooks, operador de Hillary Clinton. Una muestra directa de cómo el armado de ideas y el diseño de políticas de estos donantes actúa en caliente para identificar actores que movilicen su política.

Como vamos a una era corporativa, en la que el 91% de las ganancias postcrack de 2008 van al 1%, le coincide una política del mismo estilo en los centros de mayor desarrollo del capitalismo. Así los donantes son una clara expresión de una misma dinámica, que se mueve también a través de lobbys y redes globales dedicadas a elaborar una política adecuada al flujo de negocios.

Las cuales campean entre la desmovilización general, que en la última elección presidencial se vio en la abstención de casi la mitad de Estados Unidos, y los movimientos que se desarrollan en un esquema de pensamiento que termina tributando a una agenda delimitada, que no molesta a intereses importantes.

Así la única utopía posible es la de los ricos.

Bruno Sgarzini, 6 marzo 2017

Fuente

Print Friendly, PDF & Email